Y es que la sociología nació como respuesta a unas crisis nuevas y muy desafiantes. En su vida posterior, se cuajó en medio de crisis agudas.
Durante toda su existencia, las alteraciones sociales, que son sinónimo de crisis, han sido de sus grandes preocupaciones. Han sido una de sus cuestiones privilegiadas.
Las sociólogas y los sociólogos han brindado iluminadoras explicaciones sobre estos fenómenos de incertidumbre, turbación y conmoción, como esta que concibió Emile Durkheim, en su clásico libro “El suicidio”, cuando define el hecho social de la anomia.
Todo esto se parece mucho a la situación que vivimos actualmente producto de la pandemia de coronavirus. El mensaje es, entonces, acudamos más y siempre a la sociología.