1) ¿Podría explicarnos en qué consiste el burn-out, qué lo causa y qué consecuencias tiene?
Yo prefiero llamarlo «Síndrome de quemarse por el trabajo» (SQT) pues de esta manera no se estigmatiza al individuo con expresiones que sugieren, o pueden sugerir, que el problema tiene su origen en el trabajador porque es incapaz de afrontar los retos laborales. Realmente, el problema tiene relación con las condiciones inadecuadas de trabajo, derivadas de un mal diseño de los ambientes psicosociales o de la ausencia de programas de formación dentro de la organización que capaciten al trabajador para afrontar los retos laborales.
Hecha esta matización, podemos afirmar que el SQT es un fenómeno vinculado al incremento de los riesgos psicosociales en el trabajo, que puede ser definido como una respuesta psicológica al estrés laboral crónico de carácter interpersonal y emocional. Esta respuesta se caracteriza por: (a) un deterioro cognitivo del individuo, determinado por una desilusión profesional o una baja realización personal en el trabajo; (b) un deterioro afectivo, caracterizado por un agotamiento emocional y físico, y; (c) actitudes y conductas negativas hacia los clientes y la organización (indiferentes, frías, distantes y lesivas como indolencia, despersonalización o cinismo). En ocasiones estos síntomas se acompañan de sentimientos de culpa.
Esta experiencia subjetiva de carácter negativo trae también numerosos problemas psicosomáticos como gastroenteritis, problemas músculo-esqueléticos, alteraciones del sueño, síntomas de depresión, ansiedad, problemas cardiovasculares y alteraciones cognitivas que ocasionan errores en el trabajo y bajo rendimiento laboral.
2. Según las cifras actuales, ¿cuál es el número de personas que sufren o han sufrido este síndrome en España y en el mundo?
Las tasas de prevalencia e incidencia del SQT dependen del sector ocupacional en el que se realiza el estudio: la mayoría se han realizado en profesionales de enfermería y en docentes. Así se han obtenido porcentajes del 30%, aunque resultados más moderados sitúan su prevalencia en torno al 10%. En Holanda, al aplicar criterios más conservadores, se estima que entre el 4% y el 7% de la población podrían sufrir niveles graves del SQT; porcentajes cercanos al 7% se han estimado para Suecia; en Finlandia los casos graves de SQT se sitúan sobre el 2,5%. En estudios realizados en España se han obtenido porcentajes similares.
El SQT puede llegar a ser considerado como un problema de salud pública que no debe ser pasado por alto, pues es una patología que se desarrolla en mayor medida en los profesionales del sector de servicios, los cuales desarrollan su actividad laboral hacia otras personas. Las cifras de las encuestas en España sobre la población laboral activa indican que en la actualidad el mayor porcentaje de trabajadores se encuentra en el sector de servicios; este porcentaje es superior al 70%.
El problema tiene relación con condiciones inadecuadas de trabajo, derivadas de un mal diseño de los ambientes psicosociales o de la ausencia de programas dentro de la organización que capaciten al trabajador para afrontar los retos laborales.
3. ¿Cuáles son los principales cambios psicosociales del contexto laboral que han hecho del burn-out un síndrome asociado, principalmente, al plano laboral?
Se pueden mencionar cuatro cambios importantes:
a. El incremento de los niveles de sobrecarga laboral para los profesionales que deben atenderlos, por ejemplo, los docentes y los profesionales de la salud en la Unión Europea.
b. La sobrecarga relacionada con la escasez de recursos en una sociedad cada vez más compleja y burocratizada, de manera que los profesionales perciben que tras años de estudio dedican más tiempo en tareas burocráticas y de gestión económica, que en tareas propias de los contenidos de su formación.
c. El desarrollo de lo que se ha denominado «la sociedad de la queja». Los servicios se han convertido en bienes de consumo, y los ciudadanos se consideran consumidores con derecho a exigir la calidad del producto que compran. Los políticos incitan esta exigencia, pues perciben que de esa forma ganan simpatías y votos. El resultado es una sociedad en la que el diálogo ha caído en el olvido en favor del conflicto y del pleito.
d. También se podría citar el trabajo emocional que implica ser un profesional de servicios y la cada vez mayor competencia que se establece entre las organizaciones de este sector.
4. ¿Qué tratamientos reciben actualmente los pacientes que han sufrido o sufren de burn-out?
Lo más importante es desarrollar programas para prevenir la aparición de riesgos psicosociales en el trabajo, encaminados hacia la prevención de la violencia laboral en los trabajadores, el mejoramiento del apoyo social y programas de tipo organizacional que permitan la participación de los trabajadores en el diseño y mejora de sus lugares de trabajo.
En la Unidad de Investigación Psicosocial de la Conducta Organizacional (UNIPSICO) de la Universitat de València hemos identificado dos tipos de burn-out. La diferencia entre ellos está en que en unos casos los individuos presentan altos niveles de culpa y en otros no. Los programas de intervención de tipo cognitivo-conductual (y el coaching), con apoyo emocional y negociación del rol en el reingreso en la organización, son una buena alternativa.
5. ¿Qué queda por hacer en la investigación y en el desarrollo de tratamientos para el síndrome del burn-out?
Hay varios asuntos en los que hace falta trabajar. En primer lugar, los estudios sobre el proceso de desarrollo del síndrome y el conocimiento de los tipos o formas que puede adoptar. En segundo lugar, el desarrollo de estudios longitudinales, la validación transnacional de modelos teóricos y psicométricos, como el del cuestionario que he desarrollado. En tercer lugar, los estudios con biomarcadores del tipo del cortisol, para ver la relación entre el síndrome y los indicadores biológicos de deterioro por estrés. También, y para finalizar, el desarrollo de programas de intervención.
Me gustaría señalar que el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) del Gobierno de España me ha concedido un proyecto de investigación (PSI2013-48185-R) para desarrollar estas líneas de estudio.
* César Augusto Duque es asistente graduado del Departamento de Lenguajes y Estudios Socioculturales de la Universidad de los Andes, Colombia.
Jessica Nathalia Sanabria es psicóloga de la Universidad del Rosario, Colombia.
** La entrevista fue editada por exigencias del formato del periódico Sextante. No obstante, se mantuvo el total de los contenidos exigidos por el entrevistado.