Las publicaciones académicas de manuscritos de diversa índole y de otras iniciativas hace parte fundamental de las actividades investigativas de los profesores y profesoras de la Universidad de los Andes. A través de estos trabajos, los y las investigadoras aportan nuevo conocimiento en sus áreas de especialización disciplinar y en trabajos interdisciplinares colaborativos. En la Facultad de Ciencias Sociales, en particular, estos trabajos buscan aportar valor en el diagnóstico y solución de diferentes fenómenos sociales. También buscan generar impacto en grupos diversos que se beneficien de los hallazgos encontrados en las investigaciones.
En una Facultad tan diversa como lo es la de Ciencias Sociales, se reconocen diferentes intereses investigativos de los y las profesores y profesoras, así como trayectorias y ritmos variados en los procesos de indagación y de publicación de los trabajos que se hacen. Las publicaciones y otras iniciativas académicas, hacen parte de una labor que no está aislada de otras actividades reflexivas como la es la docencia, los semilleros de investigación, proyectos de investigación y de consultoría, y la gestión académica. En este espacio se compartirá lo relacionado con lo primero. El objetivo central es visibilizar los resultados de las diferentes investigaciones de los y las profesores y profesoras de la Facultad de Ciencias Sociales y mostrar la pertinencia que tienen estos trabajos en la sociedad.
En la Universidad de los Andes, la investigación y la creación son procesos sistemáticos orientados al desarrollo, validación y evaluación de nuevo conocimiento. Estos procesos no se limitan a una sola metodología, sino que integran una variedad de enfoques, como el conocimiento académico, la experiencia, la intuición, la creatividad y la innovación. La creación de productos es un medio clave para alcanzar los objetivos de la investigación: la generación y difusión de nuevo conocimiento. Para la Facultad de Ciencias Sociales, es fundamental reconocer y valorar las distintas formas de producir este conocimiento. Con el propósito de visibilizar tanto la producción tradicionalmente reconocida como otras formas de creación, innovación y socialización del saber, se han establecido dos categorías principales: productos convencionales y productos no convencionales.
Los productos convencionales abarcan las publicaciones más reconocidas en el ámbito académico, como libros, capítulos de libros y artículos. También incluyen compilaciones, la coordinación y edición de libros y revistas, traducciones filológicas, entradas en enciclopedias, traducción de capítulos y reseñas de libros en revistas académicas, entre otros. Para su valoración, se consideran los siguientes principios:
• Impacto: en la comunidad científica o disciplinar a nivel nacional e internacional, así como el impacto social en contextos locales, regionales o globales.
• Proyección: nacional e internacional, según los canales de distribución y las estrategias de visibilidad y difusión.
• Calidad: determinada por la rigurosidad de los procesos de evaluación.
La evaluación de los productos convencionales combina el reconocimiento de estos productos en indexadores internacionales con un sistema de puntuación progresiva. El modelo de valoración asigna los siguientes puntajes:
• Producto D: 3 puntos.
• Producto C: 5 puntos (D+2).
• Producto B: 9 puntos (C+4).
• Producto A: entre 15 y 45 puntos (B+6).
Según la definición de la Universidad de los Andes sobre la investigación, y considerando las disciplinas y departamentos de la Facultad de Ciencias Sociales, se reconoce la existencia de productos académicos que trascienden las publicaciones escritas. Estos no son un fin en sí mismos, sino medios para explicar, comunicar o socializar nuevo conocimiento.
Ejemplos de estos productos incluyen producciones audiovisuales, museografía, curaduría y exposiciones, productos de investigación digital, bases de datos, productos de innovación social y docente, entre otros. Dado que estos productos no cuentan con índices de aceptación generalizados, su valoración se realiza mediante una evaluación cualitativa, la cual incluye un componente de autoevaluación y valoración colegiada. Para ello, se han establecido protocolos y criterios de evaluación específicos.
Para los productos no convencionales, un comité evalúa aspectos como la coherencia entre la investigación y el producto final, la relación entre los objetivos del producto y su estrategia de circulación, así como el rol del investigador/a y las colaboraciones involucradas. Se asignan puntajes a cada uno de estos factores y la valoración final se clasifica así:
• Entre 8 y 13 unidades: D (3 puntos).
• Entre 14 y 19 unidades: C (6 puntos).
• Entre 20 y 26 unidades: B (9 puntos).
• Entre 27 y 30 unidades: A (15 puntos).
La noción de patrimonio cultural abarca un conjunto cada vez más amplio de ideas, normas e instituciones. Desde el Estado como vínculo de memoria e identidad. Desde la academia como un conjunto de conocimientos que lo estructuran y contrastan. Desde las comunidades como parte del vocabulario y de la cotidianidad de las personas. Pero en todos estos niveles, el patrimonio implica siempre un principio de autoridad, es decir, un proceso que selecciona qué puede o no recibir esta condición. El patrimonio, por lo tanto, siempre tiene algo de oficial, de autorizado o de legítimo.
La noción de patrimonio cultural abarca un conjunto cada vez más amplio de ideas, normas e instituciones. Desde el Estado como vínculo de memoria e identidad. Desde la academia como un conjunto de conocimientos que lo estructuran y contrastan. Desde las comunidades como parte del vocabulario y de la cotidianidad de las personas. Pero en todos estos niveles, el patrimonio implica siempre un principio de autoridad, es decir, un proceso que selecciona qué puede o no recibir esta condición. El patrimonio, por lo tanto, siempre tiene algo de oficial, de autorizado o de legítimo.
Universidad de los Andes | Vigilada MinEducación
Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964.
Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 MinJusticia.
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