La noticia de que fue aceptada a la Universidad de Manchester, en el Reino Unido, con una beca del Economic and Social Research Council, North West Social Science Doctoral Training Partnership, le llegó hace poco. Para celebrar su ingreso, le pedimos a Daniela que nos contara sobre su paso por la Maestría en Sociología, sobre el origen de sus intereses de investigación y sobre su proyecto doctoral:
Toda mi experiencia académica y profesional, hasta el momento, había tenido lugar en la Universidad de los Andes. Allí hice mis pregrados en Filosofía e Historia, la maestría en Sociología y también fue el lugar en el que tuve mis primeros trabajos como monitora, asistente de investigación y de docencia, y como profesora de cátedra de italiano y de español en el departamento de Lenguas y Cultura. En la Universidad aprendí muchas habilidades y me enfrenté a varias experiencias que me impulsaron a hacer un doctorado en el exterior. Es por esto que, gracias a la formación académica que recibí en la Universidad de los Andes, y al financiamiento que recibiré de la beca del ESRC NWSSDTP, elegí la Universidad de Manchester como el lugar ideal para emprender mi investigación doctoral.
En Manchester encontré dos profesores que representan la síntesis de mis intereses por la música, la política, la vida cotidiana y los movimientos sociales. Pero también escogí la universidad porque vi en ella un lugar que promueve el diálogo constante. De hecho, su Escuela de Ciencias Sociales no sólo se caracteriza por el rigor teórico y metodológico, sino también por su interdisciplinariedad –algo crucial para mí, pues mi proyecto no se puede clasificar en una sola categoría– y por el hecho de que alberga diferentes centros de investigación. En particular, me entusiasmó saber que mi tema de interés podría contribuir al Movements@Manchester, al Morgan Centre for Study of Everyday Life y al Mitchell Centre for Social Network Analysis.
Otra de las razones por las que escogí esta universidad es por la apertura que, siento, caracteriza a la academia británica. Antes de enviar la solicitud consideré otros lugares de Europa, pero me di cuenta de que el modo en que estudiaban América Latina no correspondía con la lectura central que yo le quería dar en mi propuesta de investigación. Por eso opté por Manchester y elegí centrar mi investigación en un caso latinoamericano, lo que interesó mucho a mis profesores. En particular, destacaron que estudiar las movilizaciones en Chile tenía un potencial que iba más allá del caso de estudio: eran la puerta de entrada para poner en comunicación perspectivas interesadas en los movimientos sociales, la música y la vida cotidiana. Esa apertura a la diversidad también la encontré en la ciudad misma: Manchester es una ciudad culturalmente vibrante y socialmente muy heterogénea.
En mi propuesta de investigación, “Experimentando una canción: las posibilidades estéticas y políticas de la música”, me centraré en la música de protesta utilizada en las movilizaciones de Chile de 2019. Mi trabajo busca comprender la significancia estética y política de la música y, para ello, emplearé un acercamiento relacional que me permita entender la estructura de relaciones que se han formado alrededor de las canciones de protesta y, también, acercarme a la experiencia de la música que tienen los mismos actores. Ahora bien, cabe destacar que la música siempre ha estado presente a lo largo de mi trayectoria académica y, además, es parte importante de mi vida personal. Las canciones latinoamericanas han sido el soundtrack de mi vida; han sido mis canciones de infancia, la banda sonora en mis horas de estudio y de dispersión, pero también el vehículo que mi papá ha utilizado para explicarme la historia, nuestra historia. Es por esto que, cada vez que trato de entender algo nuevo, sigo su propuesta y busco entenderlo a través de la música.
De hecho, en mis pregrados quise comprender cómo la música podía constituirse en una forma de resistencia ante regímenes totalitarios, pero también al olvido. En la maestría desplacé el énfasis y decidí centrarme en un único movimiento: La Nueva Canción Chilena, rastrear su historia, comprender sus complejidades y sus tensiones. La pregunta de la maestría me llevó a defender la idea de que podía ser considerada como un «campo» en sentido de Bourdieu –investigación que fue considerada novedosa por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile que, de hecho, premió a mi tesis con una mención de honor– pero también me llevó a darme cuenta de que explorar un movimiento musical podía arrojar luces sobre inquietudes interesantes y me brindó metodologías de análisis que antes no había considerado. Y es que justo cuando estaba finalizando la maestría, hacia finales de 2019, ocurrió algo que me hizo darme cuenta de que mi tema de investigación era más vigente que nunca. Parte del corpus de canciones con el que había trabajado en la maestría, muchas de ellas de finales de los años sesenta e inicios de los setenta, volvían a aparecer (re-estructuradas y, si se quiere decir, “rejuvenecidas”) en las recientes protestas de Chile, lo que hacía eco una y otra vez de lo que señalan algunos versos de la Cantata Santa María de Iquique “quizá mañana o pasado, o bien en un tiempo más, la historia que han escuchado, de nuevo sucederá”.
¡Felicitamos a Daniela por este importante logro y le deseamos lo mejor en el curso de su doctorado!