La apropiación social del conocimiento está a la orden del día y fue la que me movió ya hace casi diez años a producir un cómic. Comunicar resultados de investigación histórica a diferentes públicos es de suma importancia para evidenciar lo que hacemos los historiadores.
En este caso, quería dar cuenta de la historia de un funcionario mulato a quien se le encarga de luchar contra el contrabando en Mompox en la época en la que se estaba adquiriendo la independencia de la Nueva Granada (1822). Su enfrentamiento inicial con comerciantes antioqueños y bogotanos no demoró en transformarse en un conflicto con la élite local donde indudablemente los prejuicios raciales tomaron un lugar central. Son esta transición y todas las peripecias que debió enfrentar Remigio Márquez las que se ponen en escena en este cómic. A la vez, esta historia de contrabando y color permite al lector adentrarse en el rol de la prensa y en el de los principios republicanos recientemente adoptados. Por lo anterior, se trata de una historia que versa sobre el ejercicio del poder y que, por ende, dialoga con el presente.
Para producir este cómic, fue esencial contar con un equipo de trabajo sólido. Me alié con dos diseñadores gráficos: Rubén se encargó de la adaptación al formato de viñetas y Beto se ocupó del dibujo a lápiz y del color. Fueron unos meses intensos que me mostraron la importancia de contar con personas que, por su formación, comunican de forma distinta. Así, el grueso del libro está constituido por el cómic -entendido como la sucesión de viñetas-, pero también cuenta con una infografía para reflejar el decomiso de los bienes de contrabando y con unas páginas facsimilares donde se plasman los debates que se daban en la prensa. El resultado está plasmado en las imágenes que muestran algunas partes del libro y el proceso. Dibujos a mano, su transformación con el color, así como un ejemplo de cómo debimos airear páginas densas. Otras de las imágenes permiten apreciar el manejo de las voces que permite el formato cómic, como el grito y la voz baja, casi interior, y también la posibilidad de recurrir al flashback.