En 2010 vio la luz el libro How Enemies Become Friends: The Sources of Stable Peace, de Charles Kupchan. En él, el autor explica por qué y cómo largas, dolorosas y violentas enemistades históricas entre naciones pueden y se han transformado. El trabajo de Kupchan no es sino un recordatorio sobre el dinamismo de la política internacional y sobre el carácter mutable de las relaciones humanas. Sobre eso tuvimos una lección magistral en nuestro campus, al mediodía del jueves 16 de septiembre, cuando se encontraron los embajadores de la República de Polonia, el excelentísimo señor Paweł Woźny, y de la República Federal Alemana, el excelentísimo señor Peter Ptassek, en el auditorio Lleras. En el conversatorio titulado “Una firma histórica: a 30 años del tratado polaco-alemán de buena vecindad y cooperación”, moderado por el profesor Víctor Mijares, ambos diplomáticos expusieron y respondieron preguntas sobre el proceso que llevó a dos viejos enemigos a convertirse en socios, aliados y amigos.
En este evento, cuyas palabras de apertura fueron dadas por el profesor Mauricio Nieto, decano de la Facultad de Ciencias Sociales, se puso de relieve la amarga historia de las relaciones polaco-alemanas. Desde la invasión de la Alemania nazi en 1939, el cruel episodio de Gueto de Varsovia, pasando por la difícil relación entre la Alemania del oeste, la de Este, Polonia y la URSS, hasta el colapso del bloque socialista y la nueva realidad estratégica que llevó al tratado del 17 de junio de 1991, los eventos fueron abordados con franqueza por los expositores. El tratado, firmado por canciller Helmut Kohl y el primer ministro Krzysztof Bielecki, logró lo que se llamó “el milagro de la normalidad”.
"Este conversatorio “híbrido”, dio la oportunidad para ir más allá de Europa central, y no faltaron las preguntas y reflexiones sobre la paz en Colombia y sobre las relaciones del país con sus vecinos, sobre todo con referencia a la difícil relación con Venezuela."
Si bien los jefes de las misiones europeas se apegaron al respeto que impone sus investiduras en el marco del derecho diplomático, no perdieron la oportunidad para advertir los problemas son diferentes y que, asimismo, las soluciones también lo pueden ser, pero que sus países están dispuestos a cooperar por la concordia y el desarrollo de Colombia y Latinoamérica.