El renovado interés de la Facultad y su Vicedecanatura de Investigaciones y Posgrados en la conformación del Centro de Investigación en Colombia Contemporánea ha sido una oportunidad para pensar su papel institucional en el marco de los posibles escenarios de paz en Colombia, particularmente a raíz del proceso de La Habana, más allá de operaciones puramente coyunturales. Una de las áreas de trabajo de dicho Centro, Estudios Sociales de las Transiciones, Conflicto y Construcción de Paz, reúne diversas perspectivas al respecto. En esta oportunidad nos gustaría resaltar la primera, el ámbito de un programa interdisciplinario de estudios sociales de “escenarios transicionales”.
La manera en que sociedades han experimentado diferentes formas de violencia ha estado en el centro de una serie de debates académicos y políticos en las últimas décadas. La idea de una justicia transicional, y la compleja red de mecanismos legales y extra legales responsables de ocuparse de las causas y los efectos de graves violaciones a los derechos humanos, está basada en al menos dos presupuestos básicos. Por un lado, en la promesa implícita y el prospecto de lo que llamo una “nueva nación imaginada”. En segundo lugar, en la posibilidad de asignar a la violencia un lugar “atrás”, en la reclusión aséptica del pasado. En otras palabras, el dispositivo transicional busca establecer una fractura temporal (un antes y un después) a través de la instauración de una serie de políticas, de muy diversa índole, en donde la sociedad transita por una teleología axiomáticamente enclavada en el capitalismo global.
El dispositivo transicional busca establecer una fractura temporal (un antes y un después) a través de la instauración de una serie de políticas en donde la sociedad transita por una teleología enclavada en el capitalismo global.
Sin embargo, en países donde desigualdades políticas y económicas de largo alcance han estructurado la vida cotidiana, lo que se denomina violencias de larga temporalidad, la “promesa transicional” plantea una serie de preguntas importantes, sobre todo de cara a la sostenibilidad de la paz: ¿es posible pensar en una transición, en tanto experiencia social, como una forma de continuidad más que como la ruptura definitiva con la que se presenta la posviolencia o el posconflicto? ¿En qué registros se podría estudiar esta dialéctica entre continuidad y ruptura con el pasado? ¿Cómo podrían configurarse estas continuidades y discontinuidades identificadas y de qué manera determinan las políticas del presente? Críticos del paradigma transicional, como Thomas Carrothers (2002), han señalado las dificultades en aplicar o incluso en imaginar el prospecto de un futuro (posviolencia) en sociedades donde hegemonías políticas y económicas continúan siendo enraizadas históricamente.
Así, el interés por lo que se ha venido a llamar el “paradigma transicional” es distribuido en un número diverso de disciplinas (desconectadas) que se encargan de algún aspecto de este modelo global de administración y gestión del conflicto. No obstante, la profusa e industrial producción tecnocrática y académica, y a la vez la profunda formalización y globalización de una serie de procedimientos, requiere una mayor indagación a la luz de campos de poder locales. Por esta razón, el objetivo de un programa de investigación concentrado en “escenarios transicionales” (implícitamente permitiendo la posibilidad de lo comparativo) no radica solamente en la necesidad de abrir un nuevo programa académico per se, sino entender desde la experiencia de investigación empírica las múltiples razones por las cuales otras sociedades parecen naufragar en medio de la promesa de una nueva sociedad (después de conflictos armados y desigualdades crónicas). Valga la pena aclarar, en este contexto, que por “escenario transicional” se hace referencia a “los espacios sociales (y sus dispositivos legales y políticos, geográficos, productivos y económicos, imaginarios y sensoriales) que se gestan como producto de la aplicación de lo que llamo, de manera genérica, leyes de unidad nacional y reconciliación y que se caracterizan por una serie de ensambles de prácticas institucionales, conocimientos expertos y discursos globales que se entrecruzan en un contexto histórico concreto con el objeto de enfrentar graves violaciones a los derechos humanos y otras modalidades de violencia” (Castillejo, 2014).
En este sentido, el análisis de problemas complejos que emergen en estos momentos históricos requiere de diferentes conocimientos expertos que brinden herramientas de análisis desde distintos lentes, pero integrados en un programa de investigación de largo plazo que se concentre en dicho dispositivo. Es así como se necesita una iniciativa orgánica integrada por una serie de preguntas y problemas, por unos modos de operación empírica, y por una necesidad de interpelar públicamente procesos concretos desde puntos de vista alimentados por visiones más globales e históricos. De ahí el interés de intervincular conocimientos de diversas disciplinas, pero además, experiencias de otros contextos internacionales. Por tanto, la idea de un programa de investigación, y eventualmente de formación y colaboración con organizaciones sociales, busca consolidar un ámbito donde se promueva la crítica y se construyan nuevas formas de pensar e intervenir el fenómeno transicional.
Colombia se constituye no solo como un escenario ideal para la indagación de los mecanismos formales de justicia transicional que se ponen en marcha en la actual coyuntura y sus ramificaciones sociales, sino que también, aunado a la experiencia de investigación en otros contextos nacionales, aporta la posibilidad de crear modos de intervención y maneras de acotar y enfrentar problemas concretos.
¿Es posible pensar en una transición, en tanto experiencia social, como una forma de continuidad más que como la ruptura definitiva con la que se presenta la posviolencia o el posconflicto?
Referencias:
Carrothers, T. (2002). “The End of the Transition Paradigm,” Journal of Democracy 13(1): 5-21
Castillejo-Cuéllar, A. (2014). “La Imaginación social del Futuro: notas para una comisión de verdad en Colombia”. En: Detrás del espejo: los retos de las comisiones de verdad, José Antequera (Compilador). Bogotá: Centro Distrital de Memoria Paz y Reconciliación, Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas.