El principio de evaluación es fundamental para que la implementación de políticas públicas que pretendan resolver los problemas y atender las necesidades de los ciudadanos, sea exitosa. Sin embargo, en muchas ocasiones, cuando estas evaluaciones se hacen, los métodos utilizados para realizarlas y sus enfoques no contribuyen de manera satisfactoria en su objetivo de mejorar la ejecución de estas políticas porque no capturan su impacto. Ello es el diagnóstico y punto de partida de este libro. Desde un estudio crítico de unas experiencias de evaluación desarrolladas en América Latina, pero también en Mongolia y en Sudáfrica, los autores invitan a reflexionar sobre la pertinencia y la utilidad de la evaluación. También, plantean algunas recomendaciones para que la evaluación sea una verdadera herramienta al servicio de los cambios institucionales. El libro insiste, en particular, en una evaluación pluralista que integre tanto a los actores que conciben las políticas públicas como a los sectores de la población beneficiarios de ellas. También, se considera la estrecha relación entre los ejercicios de evaluación y la reflexión general sobre la gobernanza, además, el modo de gobernar, la relación entre gobernantes y gobernados o, más ampliamente, la interacción entre el Estado y la sociedad. En otras palabras, la evaluación consitituye una parte integral del ciclo de la gobernanza.