Este texto se enfrenta a un reto: el de historizar los mecanismos asociados a las transiciones, en tanto práctica intelectual y política, y situar la discusión en otros términos de referencia, realizando otras preguntas e instaurando otros lenguajes para hablar de este momento histórico en diversas sociedades. Estos otros términos son los que aquí se proponen de manera general: leer el escenario transicional como un momento liminal en el que emerge la promesa de una nueva sociedad mediante los mecanismos que usa y las múltiples formas que toma la imaginación social del porvenir. La lectura de estos escenarios plantea un cambio en la escala de percepción, una inflexión, un retorno a la historicidad de lo cotidiano, a los planos de clivaje que lo constituyen: sus burocracias establecidas, sus discursos y presupuestos fundacionales, sus prácticas institucionales, todas vistas desde una perspectiva que privilegie el ámbito de los significados. Hablo de una lectura amplia del espacio creado por la circulación de conceptos y teorías pero vistas desde sus negociaciones y contenidos sociales. Una perspectiva de este dispositivo (transicional) tendría que comenzar por leer estos arreglos de manera integrada, como parte de procesos sociales e históricos donde se implantan en lo local modelos globales de gobernabilidad.