El Centro Nacional de Memoria Histórica es un establecimiento público del orden nacional, adscrito al Departamento para la Prosperidad Social (DPS), que tiene como objeto la recepción, recuperación, conservación, compilación y análisis de todo el material documental, testimonios orales y los que se obtengan por cualquier otro medio, relativo a las violaciones ocurridas con ocasión del conflicto armado interno colombiano, a través de la realización de investigaciones, actividades museísticas, pedagógicas, entre otras que contribuyan a establecer y esclarecer las causas de tales fenómenos, conocer la verdad y contribuir a evitar su repetición en el futuro.
Después de tres años y medio bajo la dirección de Darío Acevedo, y de las muchas críticas a su gestión, el presidente Petro acaba de nombrar a María Valencia Gaitán como directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH. La nueva directora se enfrenta a problemas presupuestales heredados de la anterior administración, a unas políticas discutibles de intermediación para asignar los recursos, a un rezago serio en proyectos de pedagogía y de divulgación, y a la desconfianza que produjo la política negacionista de la administración anterior entre las organizaciones de víctimas.
Resolver estos problemas es urgente para reparar a las víctimas del conflicto, como lo exige la ley, y para asegurar el futuro del proceso de paz en curso y el de los procesos que parecen retomarse. Este proceso será difícil, sin duda, teniendo en cuenta el debilitamiento institucional propiciado por la administración anterior ad portas de un nuevo gobierno.
Constanza Castro, Profesora Asistente del departamento de Historia y Geografía, escribió este artículo para Razón Pública a propósito del nombramiento reciente de la nueva directora del Centro Nacional de Memoria Histórica.