La danza como plataforma política: Nicolle Flórez analiza en su trabajo de grado la cultura ballroom bogotana.
Nicolle Flórez, candidata a grado del pregrado en Ciencia Política, investigó en su tesis cómo la danza se convierte en el Ballroom en una herramienta con un gran potencial político, emancipador y terapéutico para personas con sexualidades disidentes en Bogotá.
Durante toda su carrera, Nicolle Flórez se interesó por estudiar las diversas formas de resistencia política, más allá de las tradicionales o institucionalizadas. Por este motivo, en el paro nacional del 2021, llamaron mucho su atención las expresiones artísticas de resistencia que surgieron para manifestar las razones de las movilizaciones de la época. Fue en ese momento en el que Nicolle tuvo su primer acercamiento con el Ballroom, a través de un vídeo viral, en el que un grupo de bailarinas hicieron un performance en el transporte masivo de la ciudad, posteriormente también se presentaron en la Plaza de Bolívar y cada vez más, Nicolle se sentía muy atraída por este tipo de estilística con la que no había tenido contacto antes.
El Ballroom responde a cuestionamientos que Nicolle se había hecho a lo largo de su vida, alrededor de cómo habitar una ciudad como Bogotá teniendo una sexualidad disconforme, sexualidades que no se ajustan al modelo heteronormativo. Es un tema que la interpela personalmente. De esta forma, la pregunta que guio su investigación se encaminaba por mostrar cómo la danza en el Ballroom se convierte en una forma de resistencia “con un profundo potencial político emancipador, (re)creativo y terapéutico que les permite a las sexualidades disidentes construir espacios de existencia en Bogotá”.
Para comenzar a estudiar el tema, Nicolle tomó clases de vogue, al tiempo que realizaba una revisión de literatura sobre la historia del movimiento y la llegada del Ballroom específicamente a la ciudad de Bogotá. Realizar estos dos procesos en paralelo le permitió a Nicolle sumergirse en la cultura Ballroom desde diversas perspectivas, lo que enriqueció profundamente su investigación.
La cultura Ballroom nace en Nueva York, particularmente en Harlem, en los años 60s como un espacio que mediante competencias de baile “vogue” les permite sobre todo a personas de la comunidad LGBTQ+ expresarse libremente en un contexto donde era prohibido y estigmatizado tener una sexualidad disconforme; comienza siendo una actividad clandestina. Con el pasar del tiempo, hacia la década de 1990 el Ballroom comienza a masificarse gracias producciones culturales populares, como el vídeo “Vogue” (1990) de Madonna, en el que se muestran los movimientos y el estilo característico del baile, y el documental “Paris is burning” de Jennie Livingston, que retrata la cultura ball en Nueva York, durante los últimos años de la década de 1980, a través de las historias de personas afros, latinas y trans, pertenecientes a las comunidades que más participaban en las competencias.
Sin embargo, la llegada del Ballroom a Latinoamérica y particularmente a Bogotá se da de forma bastante tardía, hacia el año 2014. Y si bien el Ballroom es de origen estadounidense al adaptarse al contexto bogotano adquirió significados muy particulares, diferentes a los de su lugar de origen. En 2016 se funda la primera “casa” -forma de organización de lxs bailarines y personas que practican el Ballroom, que simula a una familia-, llamada “Casa las Tupamaras”.
El Ballroom llega desde la academia:
El Ballroom llega a Bogotá gracias a bailarines profesionales que conocieron el género en otros lugares del mundo y comenzaron a aplicarlo en nuestra ciudad en academias. En 2016 se funda la primera “casa” -forma de organización de lxs bailarines y personas que practican el Ballroom, que simula a una familia-, llamada “Casa las Tupamaras” que se dedicaba exclusivamente a crear producciones artísticas y divulgar la cultura Ballroom:
Los espacios pedagógicos:
A diferencia de otros lugares del mundo, en Bogotá se destaca mucho que cualquier persona que desee aprender a bailar vogue puede hacerlo en espacios gratuitos, o con un aporte voluntario que puede ser de índole económica, o un aporte en alimentos o con la logística de los encuentros. Este es el caso de “La Trinchera Voguera”, un grupo que se reúne todos los sábados en el Parque el Renacimiento y forman un espacio de práctica y retroalimentación abierto al público, sobre todo a las comunidades más vulnerables: “personas queer racializadas y empobrecidas”. Estos espacios también son la muestra de que actualmente la escena del Ballroom en Bogotá suele ser más de autogestión y resistencia, dejando de lado sus inicios institucionalizados.
“La danza y el movimiento representan una vía política en tanto permiten la transformación de las subjetividades (el cambio de la relación del sujeto con el poder), la resistencia de normatividades que aprisionan a los cuerpos y posibilita el tejido de reciprocidades afectivas en donde los sujetos colectivos, armados de coraje, recrean su vida. Busco radiografiar cómo la danza posibilita prácticas de resistencia, sanación y (re)creación de personas minorizadas en el orden sexual y de género y por tal motivo representa una plataforma política no institucional que brinda alternativas para estudiar otras formas de habitar la ciudad, específicamente una ciudad como Bogotá.”
Cuerpos danzantes: prácticas de resistencia, (re)creación y sanación de la danza en la cultura ballroom bogotana, trabajo de grado de Nicolle Flórez Cruz (2023).
La práctica del Ballroom les permite a sus participantes reconstruir sus subjetividades. Es un espacio seguro, en donde encuentran protección ante las violencias que enfrentan en otros lugares de la ciudad y hasta en sus mismas familias. Es un espacio emancipador, a través del cual pueden manifestarse y resistir a las violencias y demás formas en las que se les ha degradado su dignidad. También es un espacio de recreación, donde pueden soñar y tener un momento de fantasía que se prolonga en el intervalo de tiempo en el que el Ballroom se desarrolla:
Actualmente Nicolle se encuentra esperando su grado en el segundo semestre del 2023, desea empezar a adquirir experiencia laboral en la Ciencia Política y continuar con proyectos de investigación, algo que realmente le gusta. También, en el futuro espera poder publicar un artículo sobre su trabajo de grado y más adelante comenzar a estudiar una maestría, probablemente en el campo de los estudios de género y paz que son los temas que más le apasionan.
¡Desde la Facultad de Ciencias Sociales le deseamos los mejores éxitos a Nicolle en su carrera!
¿Cómo lograr una tesis de grado exitosa?
Le pedimos a Nicolle que nos diera unos consejos para los estudiantes que están pensando en realizar una monografía de grado, o ya se encuentran en el proceso de hacerla.
- Encontrar un tema que te interpele. Para Nicolle fue fundamental investigar una problemática en la que podía proyectar sus luchas políticas más íntimas, eso la impulsó a tener un compromiso muy fuerte con su proyecto de grado.
- Confiar en los procesos vividos durante la carrera. Realizar una tesis no es un proceso lineal y puede haber contratiempos, pero es importante confiar en las experiencias que se han vivido en la Universidad, que te han preparado tanto intelectual como emocionalmente para afrontar un proceso de investigación.
- Habla constantemente con tu tutor/a, amigos y colegas. Un trabajo de grado no es un proceso que se lleve en solitario, es importante recibir una retroalimentación continua de las personas que están a tu alrededor para realizar nuevas conexiones entre conceptos y abrir la mente a diferentes perspectivas.