El sujeto que escucha está entonces implicado, pero ¿en qué medida? ¿Como un mero receptor del sufrimiento del otro? ¿Como alguien vulnerable al contagio de la virulencia del dolor de los demás? El compromiso de sí mismo con el sufrimiento del otro parece demandar, al mismo tiempo, un distanciamiento de esa experiencia de dolor que tiende a nombrarse como vicaria o secundaria. ¿De qué manera tomar distancia de algo que convoca a la mayor implicación? ¿Es posible ponerle un límite a la escucha comprometida, sin que pierda justamente lo que la constituye como tal?
Estar a la escucha del sufrimiento humano en un contexto de guerra implica un importante grado de compromiso con la experiencia del otro, pero también comprometer algo de sí mismo para alcanzar la particular disposición que permite acoger ese dolor. El sujeto que escucha está entonces implicado, pero ¿en qué medida? ¿Como un mero receptor del sufrimiento del otro? ¿Como alguien vulnerable al contagio de la virulencia del dolor de los demás? El compromiso de sí mismo con el sufrimiento del otro parece demandar, al mismo tiempo, un distanciamiento de esa experiencia de dolor que tiende a nombrarse como vicaria o secundaria. ¿De qué manera tomar distancia de algo que convoca a la mayor implicación? ¿Es posible ponerle un límite a la escucha comprometida, sin que pierda justamente lo que la constituye como tal?
En esta charla abordaré diferentes lugares de escucha del dolor de la guerra que derivan a su vez en nociones prefijadas de lo traumático. Mi recorrido irá desde las experiencias vicarias y secundarias de profesionales que acogen el sufrimiento, englobadas en categorías como trauma vicario o trauma secundario, pero también la de las segundas generaciones a quienes se les enmarca como depositarias del trauma intergeneracional.
Profesor Asociado
El Coloquio Interuniversitario Inconsciente, Sociedad y Cultura es organizado por
la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad del Rosario y la Universidad de los Andes