En el libro Los setenta convulsionan el mundo. Irrumpe el presente histórico, Hugo Fazio argumenta que los últimos años de la década de 1960 y los años de 1970 constituyen el inicio de un nuevo periodo histórico que el autor denomina como el presente histórico contemporáneo. Fazio desarrolla este argumento analizando los rasgos distintivos que le dan cierta unidad de sentido a esta larga década de 1970. Se trata de una serie de particularidades y características que le confieren un significado concreto y aglutinador al conjunto de hechos, acontecimientos y procesos que ocurrieron durante estos años.
En el primer capítulo, Fazio sostiene que el año de 1968 debe ser entendido como un «año-nodo» en el que se comprimió espacial y temporalmente la historia contemporánea. Igualmente, argumenta que el 68 produjo reverberaciones que persistieron en el tiempo y que se trata de un año que posee una identidad fundacional. El autor explica que 1968 fue un año de gran efervescencia en el que se reunieron, articularon y colisionaron diversos procesos sociales, económicos, culturales y políticos. Las protestas, el surgimiento de movimientos contraculturales, los conflictos generacionales y la polarización política, entre otros sucesos que ocurrieron en distintas regiones del mundo durante el 68, dan razón de la compresión espacial y temporal de la historia que se vivió durante este año. Fazio argumenta que esta explosión de eventos generó unas secuelas y derivaciones que persistieron en el tiempo a la vez que le concedieron al 68 un significado particular. Por ejemplo, el autor afirma que este año representa el comienzo de la «globalidad histórica». Después del 68, el entrecruzamiento, encadenamiento y sincronización de situaciones análogas pero distintas y acontecidas en diferentes regiones del mundo se convirtieron en manifestaciones cada vez más comunes. Adicionalmente, Fazio sostiene que el 68 produjo una nueva relación con el tiempo que controvirtió la noción del tiempo como progreso. Basándose en las nociones planteadas por François Hartog, el autor alega que, tras al 68, se intensificó la condición del presente, se le otorgó una mayor primacía a la inmediatez y el presente reemplazó al futuro como el «nuevo horizonte de expectativas».
Tras analizar el significado del año de 1968, Fazio examina la manera en que estas reverberaciones tomaron forma a lo largo de la década de 1970. En el segundo capítulo del libro, el autor argumenta que fue durante estos años que la economía global comenzó a adquirir las particularidades que tiene en la actualidad. Durante los años setenta, los avances tecnológicos introducidos por la Tercera Revolución Industrial –con sus grandes innovaciones en la esfera de las comunicaciones y la información–, transformaron los procesos productivos y causaron una fractura en el pacto social que los países capitalistas instauraron tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. De esta manera, el equilibrio entre trabajo y capital se rompió, el mercado sustituyó al Estado en distintos ámbitos y los gobiernos comenzaron a desmontar las regulaciones existentes. En adición a lo anterior, el 68 también tuvo repercusiones políticas, sociales y culturales. En el tercer capítulo del libro, Fazio sostiene que, durante los años de 1970, la Guerra Fría entró en un status quo que se caracterizó por la aparente mesura con la que actuaron las potencias. Igualmente, se trató de un periodo en el que surgieron nuevos movimientos sociales y culturales al mismo tiempo que la globalidad adquirió nuevas formas y los Estados nacionales dejaron de ser la única referencia en los intercambios mundiales y globales.
Este conjunto de transformaciones y continuidades que determina la larga década de los setenta representa, según el autor, el inicio del presente histórico contemporáneo. Aunque, Fazio ofrece argumentos sólidos para justificar este razonamiento, por momentos faltan más referencias puntuales que permitan ilustrar la manera en que este fenómeno aparentemente global no solamente afectó al mundo occidental urbano, sino también impactó a sociedades en vías de desarrollo al igual que a sectores rurales. Igualmente, al autor le faltó resaltar de manera más enfática la relación simbiótica entre los eventos domésticos y la política internacional. Por último, queda la pregunta de si los acontecimientos de los últimos años –tales como la crisis económica; los debates en torno a los paradigmas económicos; el surgimiento de diversos grupos radicales que van desde los islamistas extremistas hasta partidos europeos nacionalistas y xenófobos; las protestas alrededor del planeta en contra de la corrupción; entre otros– implicarán el fin del presente histórico contemporáneo tal como lo conocemos hoy en día.
* Juan Pablo Ardila Falla (jpardila@hotmail.com) es historiador y economista de la Universidad de los Andes, Colombia, y Magister en Historia por la misma Universidad. Realizó una especialización en Estudios sociales, económicos y políticos avanzados en la Universidad de Notre Dame, Indiana, Estados Unidos. Es miembro del grupo de investigación Historia del tiempo presente (Categoría A en Colciencias).