La complejidad de la naturaleza y evolución de la política contemporánea requiere que su análisis se realice desde los diferentes ámbitos de las Ciencias Sociales. Por esa razón, nuestro propósito es generar una aproximación a los temas más apremiantes de la política, el gobierno y la democracia de la Colombia contemporánea, teniendo en cuenta las cuatro dimensiones de la presente área de investigación. A partir de la dimensión teórica, pretendemos investigar de qué manera las nuevas teorías de las Ciencias Sociales han incidido en la actual compresión de la política y la sociedad colombiana. Desde la dimensión institucional buscamos observar y analizar el funcionamiento del Congreso de la República y la representación política. Con la tercera dimensión, pretendemos conocer y analizar la cultura política y la opinión de los colombianos, sobre los diversos aspectos de la democracia y la problemática política del país. Y finalmente, con la cuarta dimensión, queremos identificar y analizar las relaciones que se establecen entre las pertenencias identitarias de los actores y las movilizaciones sociales, las elecciones, la construcción de nación y las políticas públicas.
Los aportes de la teoría social, del estudio de la opinión pública y del conocimiento de los nuevos actores e instituciones sociales, son relevantes para comprender las transformaciones de lo político. Partimos de la idea de que fenómenos actuales como la globalización, la transformación del Estado-nación, el resurgimiento de la sociedad civil, el surgimiento de nuevos movimientos y actores sociales, la reivindicación de lo étnico, el multiculturalismo, la preocupación por la identidad individual y colectiva, y las instituciones que surgieron de la Constitución de 1991, entre otros factores, problematizan la concepción tradicional de la política colombiana. De allí la necesidad de elaborar nuevas perspectivas de análisis e identificar las nuevas prácticas políticas, a fin de comprender mejor los fenómenos políticos colombianos y de difundir este conocimiento entre los ciudadanos y la comunidad académica.
Un caso que nos permite ejemplificar el tipo de problemas que pueden ser abordados desde esta área de investigación, es el cambio demográfico y su incidencia en la cuestión agraria. Según el último censo de población, realizado por el DANE en 2005, un poco más del 74% de la población colombiana vive en los centros urbanos y alrededor del 26% vive en las áreas rurales. Así pues, Colombia es hoy un país eminentemente urbano. Pero la vida de los habitantes urbanos se vio afectada en los últimos meses, en términos de tranquilidad, movilidad y abastecimientos alimenticios, por los paros y disturbios protagonizados por movimientos reivindicatorios que representan los intereses de ese 26% de población campesina marginada del desarrollo socioeconómico, debido a la falta de voluntad política de la clase dirigente, para resolver los problemas estructurales que acosan al sector agropecuario desde hace más de setenta años. Así que si la opinión pública considera que las marchas de protesta y de apoyo al paro campesino alteran el “orden público”, sin embargo, lo verdaderamente preocupante es que esta situación refleja una brecha muy grande entre la Colombia urbana y la rural.
Hoy, la concentración de la tierra sigue siendo un problema sin solución. Según datos de Fedesarrollo, 77% de la tierra cultivable del país está en manos del 13% de los propietarios, y de estos, solo el 3,3% concentra el 30% de dichas tierras. Así que Colombia necesita con urgencia una reforma agraria que redistribuya la propiedad rural; aunque esta reforma se haya intentado, sin éxito, en varias oportunidades. Adicionalmente, la globalización y la liberalización de la economía y una de sus máximas expresiones, los tratados de libre comercio, exponen a los productores nacionales, especialmente a los del campo, a una competencia desigual en el mercado mundial, dado los bajos niveles de productividad del agro colombiano.
Los fenómenos actuales como la globalización, la transformación del Estado-nación, el resurgimiento de la sociedad civil y las instituciones que surgieron en el 91 problematizan la concepción tradicional de la política colombiana.
A manera de hipótesis, podríamos decir que una de las razones por las que las leyes de tierras no tienen la fuerza suficiente para ser eficaces, tiene que ver con la sobre-representación en el Congreso de la República, de los intereses vinculados a la gran propiedad rural, ya que el Parlamento seguiría teniendo una composición que ya no refleja los cambios demográficos recientes. Es por ello que una de las contribuciones del área de investigación Política contemporánea, Gobierno y Democracia, del Centro de estudios sobre Colombia Contemporánea, es una investigación sobre la representación política actual, para ver si la tesis mencionada se sostiene y, en general, para determinar las nuevas características de dicha representación frente a los cambios demográficos del país.
Así pues, los paros agrarios de estos últimos meses han sido la expresión coyuntural de grandes problemas estructurales que afecta al campo colombiano, los cuales llevan casi un siglo sin solución y sin una política agraria adecuada. Estos paros son, además, expresión de los nuevos movimientos sociales y del derecho a la protesta, generados por la Constitución de 1991. De esta manera, otro de los aspectos a investigar, que sobre las dimensiones políticas de la Colombia contemporánea piensa adelantar el ya mencionado grupo de investigación, es el estudio de las características de la movilización social y de las nuevas identidades de sus actores. Vemos entonces que los paros y las marchas realizadas en la última década son políticos porque son expresión de demandas ciudadanas, porque la política requiere de la acción colectiva, organizada y legítima para ser eficaz y porque la política es, en todo caso, “la conflictiva y nunca acabada construcción del orden deseado”. Y ese orden deseado hoy por el 26% de la población rural colombiana, es aquel que proporcione una vida digna, justa y productiva.
Por último, la relevancia de esta área de trabajo radica en la búsqueda de una visión integrada de los problemas políticos del país, a partir de la articulación de las dimensiones teórica y empírica. Esta articulación permitirá crear y promover nuevos espacios para la reflexión, la investigación, la elaboración de diagnósticos y de soluciones a los problemas concretos, surgidos de la nueva configuración de la sociedad colombiana del siglo XXI.