En un auditorio universitario, se dan cita un filósofo y un personaje de la política, las artes o la cultura, para tener una conversación en público. El diálogo es amable, pero intelectualmente riguroso, y a partir del intercambio se va construyendo el perfil del personaje invitado. El filósofo, en el papel de “entrevistador”, ejerce una de las habilidades más destacadas de su disciplina: trae a la luz lo que estaba oculto; los aspectos de la vida y obra del personaje sobre los cuales este aún no ha reflexionado suficientemente. Al final, el público, conformado por estudiantes de diversas disciplinas, toma la palabra y hace también preguntas al invitado. Todo transcurre con cordialidad. Hay genuina curiosidad en quienes preguntan y espontaneidad sin trabas en quienes responden. El diálogo es un intercambio real, no una mascarada de egos. Y todo ello se graba para la televisión.
Así hemos pensado y realizado Filósofo, No Filósofo. Un proyecto llevado a cabo durante los últimos dos años por los profesores Lisímaco Parra, Ángela Uribe y Porfirio Ruiz del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia y que ahora cuenta con la participación del Departamento de Filosofía de la Universidad de los Andes. El pasado 12 de octubre de 2012, en el Auditorio Lleras de la Universidad, Filósofo, No Filósofo tuvo su edición número trece. Rodolfo Arango, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad de los Andes, compartió escenario con la abogada Mónica Roa, actual directora para América Latina de Women’s Link Worldwide. La conversación versó sobre el papel de la jurisprudencia en sociedades contemporáneas para hacer efectivos los derechos humanos a través de mecanismos constitucionales. En este caso, se hizo énfasis en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; especialmente, en el derecho al aborto cuando el embarazo es el resultado de una violación o cuando la salud de la mujer o del feto se encuentra en grave peligro.
Mónica Roa, abogada de la Universidad de los Andes, relató su experiencia como activista de los derechos humanos en Women’s Link Woldwide. Hace seis años regresó a Colombia, después de realizar un proyecto de investigación sobre los derechos sexuales en diferentes países del mundo, para iniciar el movimiento de despenalización del aborto en los tres casos mencionados, lo que resultó en la sentencia aprobatoria de la Corte Constitucional en 2006. Desde entonces, sus esfuerzos se han concentrado en vigilar que la sentencia se cumpla, de modo que miles de mujeres en situaciones de riesgo puedan terminar su embarazo legalmente y con la necesaria atención médica y hospitalaria.El diálogo entre Rodolfo Arango y Mónica Roa fue una verdadera «lección de pluralismo», tal como el profesor Arango lo afirmó en su columna de El Espectador del 17 de octubre de 2012. Por su parte, Mónica Roa expresó su confianza en que el ejercicio del derecho ayude a afianzar la democracia en Colombia, de manera que los derechos humanos y de las minorías se respeten y no vayan en contravía con la diversidad religiosa y cultural.
*Catalina González es profesora asociada del Departamento de Filosofía de la Universidad de los Andes, Colombia.