Aunque actualmente hay debates acerca de lo que significa ser indígena y ser Muisca, la realidad es que en Bogotá existen dos comunidades que se autoreconocen como Muis-cas y que luchan por recuperar sus costumbres y tradiciones en medio de la modernidad. Una prioridad de estas comunidades ha sido la educación de la generación más joven; es decir, la primera infancia (0 a 5 años de edad). Para la formación de sus niños y niñas, la Comunidad Muisca de Suba cuenta con un jardín de Educación Inicial Indígena que busca que ellos y ellas puedan acceder a un servicio específico de su cultura.
El origen de este espacio educativo tienen que ver con diferentes situaciones sociales; sin embargo, hay una idea relevante a señalar. En la mayoría de los escenarios de formación de la infancia, los contenidos curriculares no desarrollan lineamientos diferenciales ni interculturales, y su organización por competencias estandariza aún más la pertinencia cultural de enseñanza y la diversidad de formas de aprendizaje. Esto a su vez redunda en un sacrificio, e incluso eliminación, de aspectos culturales propios de las comunidades de las cuales forman parte los niños.
En la mayoría de los escenarios de formación de la infancia redunda un sacrificio e incluso eliminación de aspectos culturales propios de las comunidades de las cuales forman parte los niños.
Sin duda surgen diferentes inquietudes entorno a ésta iniciativa educativa, pero las principales preguntas en relación con el desarrollo tienen que ver con: ¿cómo se da la formación de los niños y las niñas? es decir ¿cómo es su proceso de desarrollo? o ¿cómo ser Muiscas? El trabajo de investigación que pretende abordar estas preguntas se inscribe dentro de los supuestos de la psicología cultural que tiene como propósito poner la cultura en el centro y concebirla como un aspecto constitutivo de la psicología humana. No se trata sólo de prestar atención al contexto, tampoco es tener en cuenta el contexto y al niño(a) como variables, ni como dos cosas unificadas, sino de comprenderla como un tipo particular de relación entre los dos. En este sentido, la cultura sí hace la diferencia en el desarrollo de los niños(as) y hace posible pensar en diferentes trayectorias de desarrollo que no implican etapas universales.
A partir de esta perspectiva, la cultura incluye los artefactos materiales que los muis-cas están constantemente creando y que se transmiten de una generación a la siguiente. Para la ciencia del desarrollo es de gran interés la forma como los niños aprenden el uso de los artefactos, de manera que un punto de análisis será cómo los conocimientos y habilidades de los infantes Muisca emergen en interacción con esos artefactos.
Pero ¿cómo realizar un proceso de investigación que permita comprender cómo los niños y las niñas llegan a ser Muisca?, ¿cómo rastrear las trayectorias de desarrollo teniendo en cuenta la interacción de los infantes con otros miembros de la comunidad y con los artefactos propios de su cultura? A nivel metodológico esta investigación implica desafíos interesantes.
En primer lugar, implica una etnografía que invite a pensar la teoría de manera diferente, en un sentido real de sensibilización hacia lo que significa ser un indígena, lo cual conlleva la necesaria implementación de estrategias colaborativas que recuperen la voz de la comunidad. En segundo lugar, las estrategias colaborativas sugieren el uso de un diseño investigativo cualitativo y emergente que incluya a la población como sujetos y no como objetos de estudio. Es decir, contar con la comunidad en la construcción y reconstrucción permanente y conjunta del proceso investigativo. Finalmente, este estudio propone rastrear cambios y transformaciones en el proceso de formación y/o desarrollo de los niños, lo cual requiere un análisis detallado a través del tiempo; es decir, una etnografía longitudinal.
La cultura sí hace la diferencia en el desarrollo de los niños y niñas, y hace posible pensar en diferentes trayectorias de desarrollo, que no implican etapas universales.
Esperamos que los resultados de este estudio aporten a nivel disciplinar y social. En términos disciplinares se espera que el estudio aporte en la comprensión del desarrollo cultural en la infancia. A nivel social se espera que los resultados aporten en la comprensión de la realidad de las comunidades indígenas contemporáneas de manera que se contribuya al desarrollo de estrategias educativas y sociales acordes con su realidad y que esto a su vez de luces acerca de la importancia de estrategias educativas específicas y no necesariamente universales.