¿Qué tienen en común una panadería, una iglesia, un café, un taxi y una oficina? No mucho, realmente. Sin embargo, se trata de lugares en los que las personas ocasionalmente hablan sobre política, por lo que son espacios centrales de intercambio de información y de formación de opiniones. Por tener estas características, estos lugares cotidianos cobran gran relevancia para quienes estudiamos la forma en que los ciudadanos deciden por quién votar.
En el caso de Bogotá, la conversación política y los espacios de socialización representan un reto analítico para entender de qué manera los ciudadanos forman sus opiniones y toman sus decisiones electorales. Tradicionalmente, las decisiones electorales se han explicado como consecuencia de identidades partidistas o de valoraciones sobre el desempeño de la economía. Es decir, sentir simpatía por un partido político motiva al ciudadano a votar por esa colectividad. Igualmente, quienes creen que el desempeño de la economía es bueno se inclinan a votar por candidatos del mismo partido del gobernante del momento. Sin embargo, estas explicaciones no parecen ser muy útiles para Bogotá, porque apenas el 26% de sus habitantes se identifican con un partido político y porque la responsabilidad por el desempeño de la economía usualmente recae sobre actores del nivel nacional.
Con esto en mente planteamos el proyecto “Ninguna persona es una isla. Contexto social y decisiones de voto en las elecciones locales de Bogotá, 2011”, el cual cuenta con financiación de la Vicerrectoría de Investigaciones. A partir de la combinación de metodologías cuantitativas y cualitativas, estudiamos el papel que juegan la interlocución política y los contextos barriales en la formación de opiniones y en la toma de decisiones políticas. Para indagar por las opiniones y las decisiones políticas, y para reconstruir los patrones de interlocución política de los bogotanos, hicimos una encuesta tipo panel con dos olas. A diferencia de las encuestas tradicionales, las encuestas tipo panel se hacen con el mismo grupo de personas en varios momentos; para nuestro caso, antes y después de las elecciones locales de 2011. Las muestras siguen siendo aleatorias y, por lo tanto, sus resultados son representativos de la opinión de los bogotanos.
En la primera ola del estudio recopilamos información sobre diversas opiniones y actitudes de los encuestados y, además, les pedimos que pensaran en las personas con las que hablaban de política. Con respecto a esos interlocutores les preguntamos si sabían por quiénes votarían; si estaban al tanto de su afiliación partidista; si en sus discusiones solían estar de acuerdo o en desacuerdo, etc. Posteriormente, en la segunda ola del estudio, indagamos sobre la decisión de voto de los participantes en el estudio.
Adicionalmente, para reconstruir las características de los contextos barriales de nuestros encuestados, estamos adelantando una estrategia compleja de recolección de información que incluye acudir a diferentes instituciones a nivel distrital (Alcaldía, Cámara de Comercio, etc.) para averiguar sobre la vida asociativa y la actividad económica de los barrios. Sin embargo, la información más rica proviene, sin duda, de las entrevistas a profundidad que estamos realizando con líderes comunitarios y dirigentes barriales de sesenta barrios de la ciudad.
Los primeros resultados nos indican que el 57% de los encuestados reportaron tener interlocutores políticos; aunque la mayoría habla de política apenas con una persona que, por lo general, es un familiar. Por su parte, la reconstrucción de los contextos barriales nos ha mostrado que los sectores populares cuentan con más espacios de encuentro, discusión y socialización que los barrios de estratos altos. No obstante, en los estratos altos es donde se da la mayor parte de la interlocución política, lo que sugiere que esta tiene lugar en espacios familiares o laborales. También, hemos podido constatar que quienes conversan de política con otras personas suelen ser ciudadanos más participativos, y que la interlocución política juega un papel importante en la toma de decisiones políticas. Por ejemplo, la mayoría de quienes reportaron estar “rodeados” de petristas terminaron votando por el actual alcalde de Bogotá.