Los herederos del pasado hace un seguimiento histórico de la apropiación del indígena y de su historia por parte de los criollos de Colombia y Venezuela. Comienza con la manera como se representó al indígena durante la conquista española y continúa con el nacimiento de la idea de que su pasado formaba parte de la historia de los descendientes de los conquistadores, hasta llegar al momento en el cual los criollos hablan de “nuestros indios”. El autor propone que la imagen idealizada del indígena no tiene como referente al propio indígena, sino al criollo que utiliza al nativo para representarse a sí mismo, especialmente en referencia con el extranjero. La obra reflexiona también sobre la relación entre el pensamiento europeo y el norteamericano con respecto al habitante del trópico y las respuestas de los criollos, cuyo pensamiento se presenta como complejo y rico, aunque se controvierte su pretendido carácter original y liberador. Por el contrario, propone que la apropiación de lo indígena como “nuestro” tiene un propósito colonial. En otras palabras, la visión positiva del indígena no es un acto de generosidad ni de reconocimiento, sino que es inherente a una ideología de dominación.