A mediados de la década de 1930 a 1940, casi un cuarto de la población de Tobia (Cundinamarca) murió como consecuencia de una infección bacteriana transmitida por garrapatas; se trataba de Rickettsia rickettsii, la misma bacteria causante de la fiebre manchada (petequial o exantemática) brasilera y la fiebre manchada de las Montañas Rocosas. Desde ese momento hasta nuestros días, el Instituto Nacional de Salud investigó algunos casos aislados de esta enfermedad en otras regiones del país. La enfermedad desapareció de las agendas públicas en salud del país y se tornó invisible en los horizontes diagnósticos dentro del grupo de enfermedades transmitidas por vector. En diciembre de 2003, varios casos de un síndrome febril con curso fatal fueron identificados en Villeta, Cundinamarca, un municipio adyacente a Tobia. Es en este contexto donde tuvo lugar la investigación cuyos resultados se presentan en este libro y que buscan dar cuenta de manera interdisciplinaria de la situación actual de la enfermedad.