Por lo general, El príncipe se ha leído como una suerte de manual de preceptos políticos en el que en aras del mantenimiento del poder y del estado, se justifica que el gobernante pueda hacer uso de cualquier medio, independientemente de la moral, la religión y la ley. Maurizio Viroli, profesor emérito de la Universidad de Princeton, propone una sugestiva y desafiante reinterpretación de esta controversial obra de Nicolás Maquiavelo. Más que una apología del poder por el poder, Viroli lee El príncipe como una exhortación reflexiva y entusiasta por la redención de la Italia de inicios del siglo XVI; más que un texto para afianzar la dominación, se lo expone como una propuesta de liberación frente a yugos extranjeros.