Cuando se trata del conflicto armado colombiano, es difícil definir quién es el malo y quién es el bueno, así como es difícil responder a la pregunta sobre quién es este personaje. Lo único cierto, es que José Jaime divide su historia en dos: quién era antes, y en quién se convirtió después de la masacre de Mapiripán.
José Jaime Uscátegui es el hijo del General retirado Jaime Humberto Uscátegui, quien fue condenado en 1999 por su presunta responsabilidad en la masacre ejecutada en Mapiripán, Meta. Creció en una familia conformada por 4 hermanos, su mamá, y su papá; alrededor de una lógica de honor militar−que junto con el contexto−construyó la idea de que la guerra tenía solo dos bandos: el Estado y la guerrilla. Así, José Jaime se crió admirando el uniforme, y sobre todo, al que lo portaba orgullosamente, hasta el día en el que la justicia colombiana arrebató el honor de las insignias del General Uscátegui−el mismo día que la vida de José Jaime dio un vuelco.
Lo sucedido en Mapiripán es angustioso de recordar; la culpabilidad del General es difícil de definir. Los hechos recuentan que en 1997 un grupo de paramilitares apoyados logística y armamentísticamente por el Estado y el Ejército, tomaron control del pueblo, asesinando brutalmente a 49 supuestos simpatizantes de las FARC (CIDH, 2005). Presuntamente, el General, quien era comandante de la séptima brigada, ignoró las advertencias de sus subalternos acerca de la masacre, y tuvo entonces el poder de frenar tal acción violenta. Las versiones son difusas, así como las jurisdicciones de cada brigada en los territorios. Es por esto, que el caso del General no se ha estancado, y está incluso sujeto a una revisión mediada por la JEP.
Sea cual sea la verdad, lo que ocurrió fragmentó el corazón del joven Uscátegui, que se propuso dedicar su vida a defender el honor de su padre, a buscar la justicia que considera refundida, y a generar un cambio desde lo que le apasiona: la política. Con este fin, en sus primeros años de activismo se involucró en huelgas, investigaciones, eventos políticos, y cualquier otro espacio en el que pudiera llamar la atención sobre el caso de su padre. Posteriormente, y gracias quizás a su posición socioeconómica, consiguió escalar internamente en la jerarquía del partido Conservador; camino que lo dirigió finalmente a ocupar el cargo de congresista desde el 2014 hasta el 2017, y luego, para el partido Centro Democrático, como representante a la Cámara desde el 2018 hasta el próximo periodo electoral.
De este modo, se vislumbra cómo la respuesta generacional del joven Uscátegui al conflicto se determinó alrededor de una creencia ciega frente a la inocencia de su padre, generando respuestas políticas que permitieran restituir la imagen de orgullo que siempre asoció con las Fuerzas Armadas; manteniendo siempre la convicción de que ante la creencia de inocencia, no es necesario pedir perdón.
Referencias:
Caracol Radio. (2014, 31 de marzo). José Jaime Uscátegui inicia huelga de hambre frente a la sede de la OEA. Nacional. https://caracol.com.co/radio/2014/03/31/nacional/1396282200_155227.html
Calderón, D. (2011, 28 de noviembre). Los hijos de Mapiripán. El espectador. https://www.elespectador.com/colombia/mas-regiones/los-hijos-de-mapiripan-article-313910/
Corte Interamericana de Derechos Humanos (15, septiembre, 2005). CASO DE LA “MASACRE DE MAPIRIPÁN” VS. COLOMBIA. [Sentencia] http://bit.ly/3bf26Io
Mosquera, M. (2014, 7 de marzo). Mi papá paso de ser un militar admirado, al mayor paramilitar uniformado condenado: José Jaime Uscátegui. Las2Orillas. https://www.las2orillas.co/mi-papa-paso-de-ser-un-militar-admirado-al-mayor-paramilitar-uniformado-condenado-jose-jaime-uscategui/