He sido feliz leyendo sus memorias y quizás he aprendido tanto o más del país que leyendo sus trabajos académicos. ¿Para qué se escribe una autobiografía si no es para que el lector evoque con el autor un retazo de historia? Estoy seguro de que Francisco Leal no busca ningún elogio al escribir sus memorias, aunque goza escribiéndolas – y al detalle -. Busca más bien trenzar y comprender su historia personal, la de su familia, la de sus compañeros, con la historia nacional que le tocó vivir. Los que hemos sido sus amigos no podemos menos que añadirnos a este intento haciendo de su experiencia la nuestra. Somos todos parte de la misma historia, aunque no seamos personales históricos sino meros amigos. Tomado del prólogo de Alfredo Molano.