Por: Angelika Rettberg, Luisa Salazar Escalante y María Gabriela Vargas
Gender, Justice, and Security Hub
Durante los últimos meses entrevistamos a diferentes mujeres representantes de la academia y el activismo. A continuación, presentamos un avance de nuestros hallazgos y documentamos qué las inspiró y cuáles fueron las circunstancias que las acercaron a los estudios de género, en relación con la justicia, el conflicto y la paz en Colombia.
Muchas de nuestras entrevistadas relataron cómo su paso por la universidad y la participación en movimientos estudiantiles, centros de pensamiento, las clases sobre género, las lecturas sobre la materia y las figuras de otras mujeres mentoras las llevaron a profundizar en sus inquietudes y a enrutar sus actividades en esta dirección. Otro hallazgo claro es que la consigna “lo personal es político”[1] que ha acompañado la lucha feminista, es más vigente que nunca. Para estas mujeres, sus realidades personales sirvieron de impulso para trabajar e investigar en género en ámbitos públicos. El hecho de experimentar las inequidades y discriminaciones en razón al género, bien fuese en sus familias o en su trabajo, las ha motivado a convertir el género en su motor de vida e incidencia.
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Empecemos por resaltar las experiencias personales de estas mujeres frente a las discriminaciones de género. Por una parte, relatan que desde casa empezaron las primeras lecciones sobre feminismo, al crecer en familias en las que “lo político” siempre estuvo presente. Manifiestan encontrar vacíos y profundas inquietudes en las visiones del mundo en el que ellas habitaban:
“Yo entro a los estudios de género como muchas de nosotras, yo creo, por la vida personal ¿no? porque no encuentro en la academia que me tocó a mí de finales de los 70 en Ciencia Política, -que en todo caso la pregunta de la Ciencia Política es una pregunta sobre el poder y el Estado-, no encuentro una mirada que me explique a mi lo que yo vivo, yo, yo, como María Emma, en mi vida cotidiana, en mis relaciones afectivas, en mis relaciones familiares con mis hermanos y mi papá, no, no encuentro ninguna referencia, la Ciencia Política está muda.”
María Emma Wills, Universidad de los Andes
“Realmente mis primeras lecciones de feminismo empírico eran dadas por mi mamá (…) Yo soy hija de un sindicalista y de una madre que se vio con dos hijas a los 22 años. Luego tuvo que abandonar sus estudios universitarios por cuidarnos y todas las discusiones alrededor de mi vida estuvieron marcadas por la cuestión del trabajo de cuidado y de cómo distribuirlo”
Lina Buchely, Universidad ICESI
“Cuando yo entré a estudiar derecho yo debo decir que, entre otras, mis primeras opciones eran medicina o ingeniería que eran como las dos cosas que hacía mi familia, pero en ambos lugares me sentí como muy maltratada ¿no? Como que ser mujer iba a ser una cosa que todo el tiempo era un problema. Decidí estudiar derecho y entonces ya entré pensando que en derecho iba a haber menos discriminación”
Isabel Cristina Jaramillo, Universidad de los Andes
Estas historias nos cuentan sobre la discriminación en sus disciplinas, usualmente vinculadas a las ciencias sociales, pero también dejan ver la multidisciplinariedad que caracterizan a los estudios de género. La pregunta por “el género” permea todas las áreas del conocimiento.
“Hice mi pregrado en antropología en la U del Cauca. Y una primera cuestión durante el pregrado fue: “¿Qué ha pasado con la autoría de las mujeres en estas disciplinas (ciencias sociales) finales de 1970 e inicios de 1980?”. “Con Margaret Mead y su libro sobre sexualidad de 1935 (…) comienza el acercamiento y básicamente ese concepto, esa categoría analítica para referirse a la visibilización de las mujeres en las disciplinas sociales y humanas, es decir, cómo las mujeres también tenían un lugar como académicas, como productoras de conocimiento, de pensamiento, pero que continuaban en la trastienda”
Alba Nubia Rodríguez, Universidad del Valle
“Yo estudié filosofía en el Rosario y la verdad mi experiencia con la filosofía es que, pues era una disciplina muy masculina en muchos sentidos, no solo porque los autores y los cuerpos de conocimiento que leíamos y con los que estudiábamos eran prácticamente escritos por hombres, sino también las dinámicas internas de las clases, de los seminarios y demás eran muy masculinas en el sentido de había una promoción de cierto tipo de competencia, generalmente las voces de los hombres tenían mucha primacía en los espacios y demás”
Margarita Martínez, DeJusticia
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Otro hallazgo de esta investigación se vincula con el encuentro de la agenda de género en la educación superior. Las universidades se han convertido en los espacios donde, así fuere de manera minoritaria, las mujeres que han trabajado y trabajan hoy en género, se acercaron de manera conceptual y vivencial a este.
“Yo me pasé para artes y ahí empecé en artes (…) como tienen toda esta formación sobre como expresarse y pensar uno quién es y qué quiere decir, a través de esas clases (…), y el catalizador recuerdo que fue una clase sobre Frida Kahlo en que leímos mucha literatura feminista sobre Frida Kahlo. Y entonces ahí realmente lo primero que yo descubrí no fueron los estudios de género sino el feminismo como proyecto emancipador, sobre todo (…) y me sedujo muchísimo”
Julieta Lemaitre Ripoll, JEP
“Bueno, yo empecé en los estudios de género muy joven cuando estaba más o menos por la mitad de mi carrera. Yo estudié derecho en la Universidad de los Andes, y ahí yo junto con unas compañeras creamos un grupo de estudios en género y un grupo de activismo en género que se llama “No Es Normal”. Y ahí empezamos a estudiar entre nosotras temas de género que nos parecían, digamos, importantes, que nos interesaban.”
María Ximena Dávila, DeJusticia
Cabe mencionar que las experiencias generacionales de estas mujeres marcan un punto importante en este recorrido diacrónico por los estudios de género. Quienes llevan más tiempo en esta disciplina, cuentan la ausencia de enunciación de las mujeres y el género en sus espacios educativos, y más aún en el mundo en que habitaban en la década de los 70s. Estas mujeres forjaron el camino de los estudios y el activismo de las siguientes generaciones.
“Yo entro a los estudios de género en 1974 y ahí me quedo; y la publicación de este libro, de mujer y desarrollo en Colombia, es de 1977, donde, si miramos la bibliografía que cita ese libro, realmente hay muy pocas cosas para citar en los diferentes temas; educación, salud, etcétera”
Magdalena León, Universidad Nacional
“Yo llegué a Colombia, tú sabes, hace más de 50 años, mi generación cuando me volví feminista por ahí al final de los 70, principio de los 80, el concepto de género no había llegado. Es decir, no habíamos leído todavía a Joan Scott, no habíamos leído, estábamos hablando desde el feminismo y desde las feministas, pero todavía…Realmente pues nosotras asistimos a la llegado del concepto de género yo diría que al final de los 80, tal vez cuando se empieza a hablar del género en el desarrollo y la mujer en el desarrollo”
Florence Thomas, Universidad Nacional
“En ese momento no se hablaba tanto de perspectiva de género, y aquí en Colombia con varias colegas de la izquierda socialista como Luz Jaramillo, como Gladys Jimeno, empezamos a formar un grupo de mujeres y rigurosamente nos reuníamos a tratar de mirar qué había pasado con las mujeres hacia atrás en Colombia y a revivir personajes como María Cano, por ejemplo, a muchas de las sufragistas y también a digerir un poco lo que estaba pasando en el movimiento feminista en Estados Unidos y en Europa. Y eso, ese grupo de mujeres en el marco de esa dinámica pues se fue ampliando y de alguna manera fue como germen de esa ola feminista de los setenta”
Socorro Ramírez, Universidad Nacional
“Entonces pasé por la universidad y ni siquiera hubo un tema de derechos humanos o un tema de constitución y mujer, nada. Realmente yo no vi nada de eso” “Me gradué en el año 1999 de abogada de la Universidad del Rosario, donde yo pues realmente nunca vi nada de feminismo.”
Lina Céspedes, Universidad del Rosario
Ahora bien, algo relevante es que el activismo y la pregunta por las inequidades de género han estado atravesadas fuertemente por marcos conceptuales, que en muchas oportunidades fueron foráneos, y que permitieron gestionar y profundizar en una agenda colombiana propia.
“Yo creo que en buena medida, muchos de los temas han tenido empuje desde fuera, a mí me parece que toda esa segunda ola de feminismo en los setentas sin duda tuvo un empuje muy grande por toda esa lucha que había en Estados Unidos y en Europa y, de alguna manera, pues, tenía un eco y puso temas y, bueno, sí, yo fui privilegiada totalmente de estar en contacto tanto con lo que pasaba en Estados Unidos como con lo que pasaba en Francia y eso me nutrió infinitamente, de perspectivas, de debates, de ideas”
Socorro Ramírez, Universidad Nacional
“Había como una serie de convergencias que hacían que el movimiento social de mujeres no fuera solo política y práctica social sino también pensamiento”
María Emma Wills, Universidad de los Andes
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La agenda de género se ha mantenido en el tiempo gracias al proceso de mentoría e inspiración entre las generaciones. Las mujeres relataron como se toparon con “género” al encontrarse con profesoras y referentes que despertaron en ellas el interés por la materia, pero también al ver el liderazgo de estas mujeres como un faro y modelo a seguir.
“Me cruzo con pues la profe María Eugenia Ibarra y Alba Nubia Rodríguez con quienes arranco, yo les digo que son como mis mamás académicas, como con quienes arranco ese proceso y mi tesis de pregrado fue sobre movilizaciones de mujeres en el Valle del Cauca”
Irina Cuesta, Fundación Ideas para la Paz
“Aparecen los estudios interseccionales donde pues en Colombia una de las pioneras en este sentido es la profesora Mara Viveros de la Universidad Nacional, fui su alumna en mis estudios de maestría”
Alba Nubia Rodríguez, Universidad del Valle
Finalmente, el acceso a la educación superior ocurre de la mano con la cercanía a la sociedad civil y los movimientos sociales. Ambos actores han sido claves, desde el inicio, en la conmemoración de la lucha inagotable que en este 8M recordamos, honramos y proyectamos a futuro, en materia de equidad de género para los y las colombianas. Así pues, la agenda de género no cabe duda que la experiencia en la práctica con movimientos sociales, de mujeres y feministas, de la población LGBTI, estudiantiles, sindicales, de campesinos, étnico, entre otros, hacen parte del pilar que hoy conocemos y defendemos.
“Ya yo tenía acercamientos en Cali al movimiento feminista, al Centro de Estudios de Género, Mujer y Sociedad de la Universidad del Valle donde había estudiado mi pregrado en sociología y conocía todo lo que las mujeres del movimiento feminista estaban haciendo para acercarse a las guerrilleras en los diálogos, había surgido una organización que se llamaba Mujeres Pacíficas, había ya surgido la Ruta Pacífica de las mujeres por la paz, estaban recibiendo capacitación por allá en el 2001 las mujeres de la iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz, bueno, había una, había cierta efervescencia de organizaciones sociales muy preocupadas por la construcción de la paz en el país”
María Eugenia Ibarra, Universidad del Valle
“Yo llegué a los estudios de género empezando por mi vinculación al movimiento de mujeres y feministas por la paz. Cuando yo terminé, cuando entregué mi tesis de pregrado comencé a trabajar con la Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz que recién se había formado en el 2001”
Diana Gómez, Universidad de los Andes
“Cuando estaba iniciando mis estudios de economía, era estudiante de pregrado cuando se hizo el encuentro del 81 y veníamos, digamos, con preocupaciones del mundo académico, habíamos pasado por movimientos de izquierda, habíamos también salido de los grupos de izquierda descontentas, precisamente, por la, por el lugar secundario que se asignaba a las problemáticas que tenían que ver con las mujeres o con problemáticas que se pensaban en ese momento como del ámbito privado como podría ser, por ejemplo, la anticoncepción, la sexualidad o, incluso, los arreglos de la vida de pareja, eso ha ido cambiando muchísimo.”
Mara Viveros, Universidad Nacional
“Yo en realidad, yo me formé como abogada y como licenciada en ciencias sociales y en el espacio de la licenciatura realicé mis prácticas pedagógicas en la Casa de la Mujer ¿no? Que es una organización feminista, de, digamos, como de estas primeras organizaciones feministas en el país, ya son, yo creo, 35 años”
Erika Rodríguez, activista feminista y defensora de Derechos Humanos
[1] Hanisch, C. (1969). The Personal is Political. Recuperado de: http://www.carolhanisch.org/CHwritings/PIP.html