Generalmente, los estudios sobre la escuela de Fráncfort se han concentrado en marcar las diferencias de pensamiento y el cambio de perspectiva generados en el interior del discurso de la teoría crítica, especialmente con las obras de Habermas y los autores de la tercera generación. Este libro, además de explorar estas diferencias, tiene como objetivo principal identificar el núcleo teórico que une los trabajos de los autores de las distintas generaciones de la escuela a partir del análisis de su interpretación de la teoría marxista. El argumento central del libro es que la escuela de Fráncfort puede ser concebida como una revitalización del marxismo que recorre la vía de una recuperación del sentido humanista de la obra de Marx. Para ello, se analiza cómo la idea de una concepción activa del hombre, presente en crítica de Lukács y Korsch frente al capitalismo y al marxismo mecanicista y economicista de la Segunda Internacional, es el impulso normativo que está en el centro de la teoría crítica de autores como Horkheimer, Adorno y Maracuse. Así mismo, se argumenta que este núcleo tampoco puede desligarse del concepto de praxis intersubjetiva elaborado por habermas en la teoría de la acción comunicativa, ni de la propuesta de una democracia radical en la que Wellmer y Dubiel, por medio de las nociones de eticidad procedimental y desobediencia civil, integran una preocupación central por reivindicar el papel activo del hombre en los procesos de legitimación de las instituciones democráticas.