Hoy en día, el río Medellín atraviesa la ciudad y es reconocido como el principal eje de ordenamiento urbano y de circulación vial, tanto de la capital antioqueña como de toda el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Sin embargo, inicialmente la ciudad de Medellín se configuró sobre una colina suave, alrededor de la quebrada Santa Elena, ubicada al lado oriental del río. Con la transformación de Medellín en una ciudad industrial, entre 1880 y 1950, cambió la forma en que los empresarios urbanos y ferroviarios, los industriales, los médicos, los ingenieros y los dirigentes políticos veían el río y su relación con la ciudad.
En este contexto, concibieron la idea de que para incorporar las tierras del valle aluvial a la estructura urbana era necesario domesticar el río, es decir, controlarlo por medio de la ejecución de obras de ingeniería, y así responder a los nuevos requerimientos de la urbe. Al ponerlo en cintura, meterlo en línea recta y encajonarlo, rodearlo de edificaciones, vías férreas y avenidas, paulatinamente terminaron incorporándolo dentro de la trama urbana, como con agudeza lo expresará Tomás Carrasquilla en 1919.
Esta investigación tiene como objetivo analizar los proyectos enfocados en domesticar al río Medellín, entre los que se destacan su rectificación y canalización, centrándose en el contexto de la industrialización y el crecimiento urbano en la primera mitad del siglo XX.
Ángela Castillo y Sebastián Rubiano
Año:
2019