Los senderos de la enfermedad mental se entrecruzan ineludiblemente con las condiciones históricas, socioculturales, económico-políticas y morales que la hacen posible. Entre el amor y el fármaco se propone explorar algunos dichos aspectos involucrados en la experiencia de los llamados trastornos afectivos, a partir de una mirada antropológica, predominantemente etnográfica, y desde el punto de vista del paciente diagnosticado y tratado en el contexto institucional de la psiquiatría biomédica bogotana. La autora apuesta por comprender la categoría medicalizada del afecto trastornado, revisando su emergencia histórica, el caso particular de una clínica en Bogotá y las narrativas autobiográficas de cuatro de sus pacientes que despliegan sus malestares afectivos mediante códigos socioculturales (más allá de los síntomas y enfermedades), lo cual atestigua la característica colectiva de aquellos «trastornos» que la psiquiatría institucional define y trata casa exclusivamente por medio de la farmacoterapia y la hospitalización.