En el verano de 1963 Pier Paolo Pasolini recorre Italia con un micrófono en la mano. En las plazas de los pueblos, en las playas del norte y del sur, en las discotecas y en los trenes entrevista a la gente y le pregunta sobre el sexo: qué papel tiene en su vida, si para los hombres es igual que para las mujeres, si el matrimonio resuelve o satisface la sexualidad de cada uno. En sus preguntas toca los temas de la virginidad, el machismo, la diversidad, el matrimonio y la prostitución. Lo que nace de ese viaje es un documental, Comizi d’amore, que reflexiona sobre los límites y los tabúes de una sociedad, pero también sobre las formas de hablar de algo íntimo y colectivo a la vez, algo que a veces es censurado, a veces reivindicado, en muchos casos disimulado detrás de lugares comunes. El resultado es una radiografía poética de su entorno que logra dar voz a gente anónima junto con personajes conocidos, como Giuseppe Ungaretti, Alberto Moravia, Camilla Cederna y Oriana Fallaci, entre otros. La película circuló muy poco en Italia y todavía menos en el mundo de habla hispana, a pesar del valor social, cultural y político del experimento de Pasolini. Son justamente esos valores los que la hacen, hoy, todavía más interesante de lo que fue en su momento. Estas entrevistas muestran en efecto el atrevimiento, la libertad de nombrar y también el conservadurismo de una época; pero sobre todo su valor está en preguntarnos dónde estamos nosotros frente a la sexualidad y frente a los temas que en ese ámbito todavía limitan y dividen, contraponen y estigmatizan. ¿Cómo le contestaríamos, nosotros y en nuestra época, a Pasolini? Así, esta edición presenta por primera vez la traducción al español de las entrevistas y del primer argumento (Cien pares de bueyes), con unas fotos de Angelo Novi, que acompañó a Pasolini en su correría por Italia.