Larissa Brewer
Año:
2022
Larissa Brewer
Hebe Vessuri (editora)
Angélica Durán
Juan Ricardo Aparicio, Manuela Fernández Pinto(edición académica y compilación)
Chino Paso a Paso II es la continuación del material de enseñanza Chino Paso a Paso I. Este fue publicado oficialmente en febrero de 2009. Dada la gran acogida que tuvo este primer texto, y gracias a la excelente valoración que recibió por parte de muchos expertos, obtuvo el premio «Texto Internacional de Excelencia para la Enseñanza del Chino» durante la quinta sesión del congreso mundial de Institutos Confucio en diciembre de 2010.
Existe una gran variedad de materiales para el estudio del chino, sin embargo, la mayoría de estos textos son elaborados en China y dirigidos a estudiantes angloparlantes. Los libros de la serie “Chino Paso a Paso” son pensados para estudiantes hispanohablantes, especialmente para estudiantes colombianos. Esta es una gran ventaja para el público hispanohablante dado que las explicaciones gramaticales, culturales y el vocabulario se encuentran en español; esto permite que el estudiante logre un mejor entendimiento y pueda encontrar una equivalencia con expresiones y estructuras gramaticales existentes en el español.
Adicional a esto, el método de enseñanza está basado en la experiencia que los profesores de chino de la Universidad de los Andes han obtenido durante los años dedicados a la enseñanza del chino en Colombia. Gracias a esta trayectoria, los profesores han logrado identificar los errores más comunes que estudiantes hispanohablantes cometen a la hora de hablar en chino y los aspectos del idioma en los que estos encuentran una mayor dificultad y, basados en este conocimiento, profundizar en dichos temas en este material de enseñanza.
Los lectores de este libro serán principalmente los estudiantes de chino del Instituto Confucio de la Universidad de los Andes y es nuestro deseo que, por medio de Hanban, se pueda expandir el uso del libro a otros Institutos Confucio de América Latina. En la actualidad, el libro Chino paso a paso I es utilizado por los estudiantes de chino de niveles 1 y 2 y también por la Universidad del Norte en Barranquilla, Colombia.
Para empezar, Angélica compara a Colombia con México, países que se conectan entre sí no solamente por el tema de la producción y tráfico de drogas ilícitas, sino por la existencia de organizaciones criminales que han ejercido distintos grados de violencia en distintos lugares y tiempos. Aunque éste no es el primer (o único) texto que compara a Colombia y México en la materia, sí es un texto muy juicioso y relevante, que tiene mucha vigencia hoy en día para entender (al menos en parte) la dinámica de la violencia del narcotráfico en los dos países.
Por otro lado, la comparación que toma como unidad de análisis distintas ciudades de Colombia y Méjico (específicamente Medellín, Cali, Culiacán, Tijuana y Ciudad Juárez), brinda un modelo que puede ser útil para otros investigadores que buscan contrastar problemas que afectan a varios centros urbanos. Valoro también el trabajo de campo que realizó Angélica en las varias ciudades, y que permite aproximarse al tema con la ayuda de testimonios de primera mano de políticos, policías e incluso algunos criminales.
Un diálogo con sus artífices: Brunner, García Canclini y Martín Barbero
La paradoja en nuestro continente se manifiesta en que hemos ingresado al inicio del siglo XXI en los estudios “postcoloniales”, “decoloniales” y “postoccidentales” sin realizar una evaluación rigurosa de la problemática modernidad/postmodernidad/tradición. Este libro pretende ser una contribución a esa tarea que consideramos urgente para evitar caer en ciertas modas académicas que puede promover la simulación o el encubrimiento. Ya lo advertía Heidegger al denunciar la “avidez de novedades” desatando formas de “neolatría” o “filoneismo” (Gutiérrez Girardot), que consideran que lo nuevo y novedoso es bueno en sí mismo. Algunos de los lugares comunes que proliferan en estas “modas” exigen un decantamiento conceptual riguroso y previo: a) La poscolonialidad anglosajona se localizó en el tiempo del posmodernismo y nunca pudo salir de la visión postmoderna; b) La postmodernidad es un discurso que preserva y oculta el colonialismo; la postmodernidad es una “reorganización de la lógica de la colonialidad” (Mignolo, W.) c) Las teorías decoloniales no se localizan en un tiempo determinado y por eso logran desprenderse de la “modernidad”; d) Los poscoloniales latinoamericanos siempre fueron críticos de la postmodernidad; e) No es posible “concebir la modernidad sin la colonialidad” (Mignolo, W.).
Por ejemplo, para E. Restrepo y A. Rojas, la “inflexión” decolonial contiene seis rasgos constitutivos: a) La distinción entre colonialismo y colonialidad; b) La colonialidad es el “lado oscuro” de la modernidad; c) La problematización de los discursos euro-centrados e intra-modernos de la modernidad; d) Necesidad de pensar en términos de sistema mundializado de poder; e) La inflexión decolonial se considera a sí misma como un paradigma otro; f) La inflexión decolonial aspira a consolidar un proyecto decolonial. Estos investigadores son conscientes de la posible indeterminación conceptual de metáforas como “decolonialismo no-moderno” o “decolonialidad transmoderna” o “transmodernidad”, que pueden traslucir cierta inflamación terminológica o exuberancias verbales. Y que también alimentan la desconfianza en el debate modernidad/postmodernidad al suponer que el proyecto y el pensamiento moderno es algo anacrónico y ya superado en América Latina.
Además de la relativa vaguedad conceptual que traslucen algunas posturas “poscoloniales”, “decoloniales” y “postoccidentales”, aspiramos en el desarrollo de este trabajo mostrar ciertos matices y mayor complejidad para salir de estos lugares comunes que pueden fomentar la simplificación, la caricatura y el reduccionismo. Postular, por ejemplo, que todo discurso occidental moderno es necesariamente una defensa de la colonialidad o que la postmodernidad es una simple reorganización de la lógica colonial nos parece una sobreinterpretación, un nuevo binarismo o la exaltación peligrosa del maniqueísmo. Expresiones de estas simplificaciones ya tienen eco en el mundo académico y puede exacerbarse en la actual crisis que enfrenta Latinoamérica.
La tesis que postula Marcela Croce se encuentra próxima a la finalidad de este libro:
es ineludible una evaluación precedente y crítica del debate modernidad/postmodernidad en la región para evitar que los voceros del poscolonialismo culminen en una “jerga” que acarrea mucho de aquello mismo que dicen distanciarse.
Las resistencias a la polémica postmoderna en la región han sido de diversa índole, pero tal vez algunas de las dominantes han sido las siguientes: a.- Constituye una discusión pertinente a las realidades europea y norteamericana, que en nuestro contexto no pasa de ser una ‘moda’ ajena a nuestra realidad social y cultural; b.- La imposibilidad de comparar la regularidad del orden europeo con la heterogeneidad y fragmentariedad de las temporalidades latinoamericanas, impiden la utilización de prefijos como el “pre” o “post”; c.-No es posible hablar de postmodernidad porque nuestra modernidad no solo es desigual sino inacabada o inconclusa y tendríamos primero que ‘completar’ la modernidad en la región para ingresar en ‘una etapa’ postmoderna; d.- Los esquivos rasgos que configuran la noción de postmodernidad convierten en estéril este debate en nuestras coordenadas; e. Los discursos postmodernos contienen el peligro de la supresión del pensamiento crítico a través de la desconfianza en la figura del intelectual1 a partir su exacerbado anti-humanismo y antisubjetivismo.
Si las anteriores son algunas de las reticencias al debate postmoderno en América Latina, también se han manifestado aceptaciones “ingenuas” o “inmediatistas”, altamente problemáticas, de nuestra supuesta condición postmoderna sin más, que se expresan en tesis como; a.- Éramos postmodernos vitalmente sin saberlo y previamente al discurso postmoderno europeo. Esto lo ratifica nuestro realismo mágico o realismo maravilloso; b.- Si las otras sociedades están ingresando en la ‘era postmoderna’, para que insistir tanto en el problema de la modernidad latinoamericana; de lo que se trata ahora es de profundizar el carácter postmoderno y no el moderno en la región; c.- Las únicas culturas y sociedades postmodernas son las latinoamericanas; d.- América Latina obedece sin distinción a las pautas internacionales de postmodernidad.
La defensa de la pertinencia de la discusión postmoderna en la región contra esas dos formas de equívocos, parte de un conjunto de tesis que se profundizan en las páginas siguientes. Algunas de las más reiteradas son: la postmodernidad no es una etapa de evolución posterior a la modernidad, ni mantienen entre ellas relaciones de exclusión; existen distintas y contradictorias concepciones de la modernidad; el incremento de la discusión postmoderna en Latinoamérica ha contribuido ante todo a clarificar las características denuestra modernidad; de alguna manera como lo ha sostenido Aníbal Quijano es ineludible pensar lo postmoderno reescribiendo la modernidad; nuestra postmodernidad regional comparte rasgos con otras matrices internacionales y también demarca algunos elementos específicos; el debate postmoderno latinoamericano ha redimensionado el papel de las culturas y las tradiciones; la reflexión ética en estas latitudes debe estar íntimamente vinculada a las mediaciones culturales; las nociones de identidad cultural se modifican de acuerdo con la perspectiva moderna o postmoderna de análisis.
Algunas de las tesis centrales que arriesga el presente libro son: los debates filosóficos contemporáneos sobre las identidades, el reconocimiento y el multiculturalismo, poseen una deuda relevante con la polémica modernidad/postmodernidad; dentro de las particularidades de esta disputa en Latinoamérica está la característica que nuestro discurso sobre la identidad cultural se enriquece en el horizonte filosófico de la compleja, fértil y conflictiva discusión sobre nuestra modernidad; descifrar el estatuto teórico de las posiciones “decoloniales” y “post-coloniales” sólo será posible explorando previamente y analizando los avatares de la disputa moderno/postmoderna.
Hemos escogido tres autores, no porque éstos sean los únicos representantes de la discusión hispanoparlante, sino tal vez por tres motivos expresos. Primero, el acento claramente cultural que poseen sus reflexiones e investigaciones. Segundo, la preocupación expresa por el debate modernidad / postmodernidad y la búsqueda de caminos originales en su abordaje. Tercero, la posibilidad que presentan estos autores de establecer entre ellos ricas y fructíferas diferencias, acentos y contradicciones. No se trata de héroes solitarios sino de un esfuerzo comunitario que impacta de manera profunda en la sensibilidad intelectual Latinoamérica de fines del siglo XX, que se plasma de forma paradigmática en la obra de Beatriz Sarlo, publicada en 1994, intitulada, Escenas de la vida posmoderna: intelectuales, arte y video cultura en la Argentina.
José Joaquín Brunner representa el discurso que pretende convertir o transmutar todo tipo de manifestación en moderna. Néstor García Canclini simboliza el pensamiento que se abre a la perspectiva postmoderna pero siempre cargado de búsquedas lingüísticas, paradojas y contradicciones. Jesús Martín-Barbero configura el pensar que logra establecer los acentos y matices necesarios en la discusión postmoderna. Todos, como en un que hacer reflexivo verdaderamente humano y colaborativo, tienen sus falencias, oscuridades y aciertos
El libro que entregamos al lector es una criatura de la pandemia del COVID-19. Es producto de una jornada de reflexión organizada en la Universidad de los Andes a mediados de febrero de 2020 sobre los estudios CTS y su futuro en circunstancias cambiantes, ante temas de preocupación colectiva como las extinciones masivas, desplazamientos humanos globales, catástrofes climáticas, pandemias que se mueven a velocidades pasmosas, nuevos diseños que conducen a un mayor control masivo de la población, digitalización y automación de las guerras, políticos agresivamente nacionalistas en importantes puestos de gobierno, situaciones de “empate técnico-político” en los que se encuentran empantanados no pocos países desde hace décadas. Ya en ese momento se hablaba del COVID-19 que se estaba expandiendo rápidamente por el mundo y recuerdo vívidamente que uno de los invitados europeos, Rigas Arvanitis, vaticinó lo que parecía exagerado en ese momento, que en dos o tres semanas se interrumpiría el tráfico aéreo internacional… Un mes más tarde yo regresaba a Buenos Aires, justo dos días antes de que Colombia cerrara su espacio aéreo y que Argentina hiciera lo mismo. Y siete meses después seguimos encerrados…
La experiencia de la pandemia reverbera con variada intensidad en las páginas de este volumen, escritas durante estos meses de cuarentenas inacabables en varias ciudades de América Latina y Europa. Entre ellas hay temas actuales, urgentes, que ofrecen interpretaciones y reflexiones valiosas surgidas de la experiencia y la conciencia de lo que implica la ubicación en el Sur Global para su discusión. Algunos tienen que ver con la responsabilidad de contribuir a la salud pública al igual que de comprometerse con necesidades de desarrollo local, conscientes al mismo tiempo de la necesidad de dirigirse a audiencias de investigación globales. Otros ponen el acento en el presente y el futuro de las democracias en nuestra región y el mundo, en contextos de violencia subyacente o en ascenso. O se ocupan de la inclusión, la participación social, el activismo científico en los tiempos que corren. En todos se observa un sentido consciente de agencia. Sus elecciones están informadas en parte por el compromiso político de sus autores (historia y orientación crítica, deseo de marcar una diferencia), su atención a la desigualdad y el desarrollo, el foco en los procesos, conciencia de las asimetrías. No se puede generalizar estos hallazgos a otras regiones en el mundo, pero el caso singular puede legítimamente plantear interrogantes para los debates conceptuales sobre el impacto de la investigación sobre temas focalizados en las políticas y otros temas.
Vinck y su co-autor Baya-Laffite exploran algunos aspectos que consideran claves del desarrollo de los estudios CTS en el Sur, enfatizando la variedad de situaciones y de historias. Advierten lo poco que se los estudios CTS en el Sur, enfatizando la variedad de situaciones y de historias. Advierten lo poco que se conoce en los centros mundiales sobre esas historias, confinadas a los anexos del gran relato del avance de Occidente. Y proponen una mirada situada tanto en el Norte como en el Sur, a partir del reconocimiento de las trayectorias particulares de circulaciones, agencia y aculturaciones profesionales y personales de los dos autores. La globalización económica es un tema clave, seguido por la globalización cultural. Varios temas se vuelven globales y necesitan una acción colectiva. Detrás de ellos hay dinámicas de producción, circulación y confrontación de conocimientos expertos diversos, así como de instrumentos, que se articulan de diferentes maneras con las múltiples acciones colectivas dando voz a grupos y pueblos variados. Analizando la circulación de los saberes, sus descontextualizaciones y formalizaciones, y sus relocalizaciones, Vinck y Baya- Laffite argumentan que los estudios CTS se deben seguir politizando al mismo tiempo que toman en cuenta la diversidad de epistemologías y ontologías, y al conocimiento como situado. Todavía falta trabajar más en el “interesamiento” y traducción que obligue a los Nortes a moverse intelectual, metodológica y físicamente hacia el Sur. Este desafío implica cuestionar aún más los supuestos de los enfoques en los estudios CTS.
Tomar en cuenta la diversidad de las inscripciones culturales implica pensar la globalización de otra manera, tomando en cuenta las herencias históricas, las conexiones específicas y las asimetrías.
Las reflexiones y consideraciones sobre temas vinculados a la salud son de varios tipos, aunque comparten algunas preocupaciones centrales. El foco en la ubicación en el Sur de un desarrollo de política científica-técnica permite explorar a través de las prácticas de trabajo y producción de conocimiento las dificultades y obstáculos para ser internacionalmente visible e influyente. En el caso de Brasil, Cueto muestra cómo una cadena de medidas progresistas y humanitarias se sucedieron en la redemocratización del país después de 20 años de dictadura militar, llevando a que Brasil fuera el país que desde América Latina desafió en 1996 a poderosos intereses farmacéuticos multinacionales que detentaban el monopolio de buena parte de los antirretrovirales, hizo alianzas con organizaciones del exterior y logró establecer una política de salud progresista y equitativa con impacto internacional. Pero después de una década de avance espectacular, esa política pública encontró un techo y comenzaría a erosionarse. Para 2019 se había desmantelado en la práctica todo el tramado de políticas e instrumentos para el manejo del SIDA en Brasil.
De Greiff usa la analogía de la “guerra” contra el virus, siguiendo una larga tradición en la historia epidemiológica que creció a la par de la expansión imperialista de siglos anteriores, acompañando a los ejércitos coloniales. Y también se apoya en la imagen del “teatro de operaciones”, para desplegar ideas sobre los actores sociales participantes en la pandemia. Su argumento destaca, entre otras cosas, el rol protagónico de los epidemiólogos en esta coyuntura, observando que la realidad social se les escapa, reduciendo a menudo el problema a “la ignorancia e irresponsabilidad de la gente”. Sin embargo, De Greiff piensa que los científicos sociales se han quedado rezagados, “sin libreto”, en cuanto a participar en esta nueva batalla de la pandemia.
El argumento de Kreimer se refiere a la idea de las promesas tecnocientíficas en torno a enfermedades, analizando lo que se muestra y lo que se oculta en esas promesas en el contexto de América Latina. Como ejemplo revisa lo sucedido con el programa de investigación sobre la enfermedad de Chagas, reconstruyendo brevemente las reconfiguraciones del problema desde su descubrimiento y definición en la epidemiología como un problema de salud pública asociado a la pobreza rural y a condiciones insalubres, pasando por la bioquímica y la biología molecular hasta una de las promesas más modernas, relacionada con el secuenciamiento del genoma del T.cruzi. Observa que el tema ha dejado de estar ligado al contexto social en que se inició, formulándose hoy en otros términos, buscando otra solución, ya que las anteriores, ligadas a la salud pública vía una vacuna, parecen imposibles. Si bien los nuevos campos emergentes de la ciencia presentan un carácter mucho más abierto en cuanto a la puesta en disponibilidad de sus resultados de investigación que en el pasado, en la práctica sólo un pequeño grupo de expertos está en condiciones de aprovecharlos, ya que las barreras cognitivas a la entrada hoy son muy altas y se requiere un conocimiento experto y sofisticado y una infraestructura tecnológica acorde.
Invernizzi examina en más detalle a los activistas en relación con la ciencia y la tecnología, concentrándose en los efectos democratizadores de la participación pública en ciencia y tecnología (CyT).
Observa el fenómeno en sus formatos institucionalizado y activista a partir de la posición en la estructura productiva desde la cual los actores sociales participan en asuntos de CyT, y muestra su diferente potencial.
Observa que la literatura enfatiza que las formas de participación institucionalizada funcionan frecuentemente como legitimadoras de trayectorias existentes y apaciguadoras de conflictos en torno a la CyT, limitando la emergencia de conflictos y evitando, aunque no siempre con éxito, que conflictos sociales “externos” permeen la discusión. En cambio, en la participación activista las contradicciones emergen en toda su expresión, pues los grupos organizados se movilizan alrededor de problemas públicos que implican a la CyT a partir de sus visiones de mundo y de sus vivencias colectivas, esencialmente marcadas por su posición social.
Rodríguez Medina, a su vez, explora aspectos de la internacionalización de las ciencias sociales con enfoque CTS. En particular, se concentra en cómo los científicos sociales, presionados por políticas nacionales e institucionales para la internacionalización, han aprendido a colapsar la distinción entre lo local y lo global.
La visión dicotómica de lo local/nacional versus lo internacional/global tiene varias implicaciones. Una de las más interesantes es que la forma como se da la internacionalización de las ciencias sociales en México, por ejemplo, es que toda temática de investigación es internacional. En este trabajo Rodríguez Medina explora tres tipos de redes, que enfatizan temas inherente o coyunturalmente internacionales.
A partir de un ejemplo concreto centrado en comparar la recepción de la teoría de la dependencia en la República Federal Alemana (RFA) y en Francia a finales de los años 60s y comienzos de los 70s, el trabajo de Ruvituso nos pone en la perspectiva de una periferia que produce y a veces circula conocimientos -América Latina. Un supuesto tácito en el Norte ha sido que el “Sur global produce datos y política, pero no produce teoría”. Ruvituso repiensa la función de América Latina como productora de Teorías del Sur y sus circulaciones en el Norte, avanzando en la construcción de cánones más democráticos y menos desiguales.
Entre posibles ejemplos como las teorías de la dependencia, la pedagogía del oprimido y las teologías y filosofías de la liberación en medio de un proceso de cambios sociales intensos que le dieron un protagonismo inédito a la región, ella argumenta la necesidad de avanzar en una dirección hasta ahora muy poco atendida en la investigación sobre la circulación de saberes, de sur a norte, y pensar algunas claves para abordar esta temática. Ruvituso muestra cómo los latinoamericanos disputaron y co-crearon el imaginario de la dependencia y las asimetrías en intercambio con sus pares europeos y en ese intercambio, si bien con desigualdades, transformaron las visiones mutuas a ambos lados del Atlántico.
Otra línea de reflexión y análisis es la que ofrece Fernández Pinto, quien concentra su atención en loscambios radicales experimentados por la organización de la investigación en las últimas décadas. Justamente su tema es mostrar cómo interactúan estas dos formas de organización analizando el caso de América Latina.
La interacción se caracterizaría por la implementación de mecanismos de internacionalización que en lugar de contribuir a una mayor democratización de la producción de CyT a nivel mundial, profundizan las inequidades propias del mundo globalizado. La autora analiza tres estrategias –la filantropía, las redes científicas y lo que llama la fuga de talentos– que funcionan como formas indirectas de comercialización y privatización de la investigación científica en América Latina.
Restrepo se refiere a la democratización de/en la ciencia. En la visión de la “época dorada de la ciencia” o de “cuando la ciencia le hablaba duro al poder”, ésta representaba un modelo de institución social autocontrolada, autorregulada e independiente, pero necesaria para la administración de las sociedades
modernas cada vez más complejas, en buena parte debido al desarrollo mismo de la ciencia y la tecnología.
Hoy la condición contemporánea expresa un “escepticismo desorganizado”, o “modernidad reflexiva” o reflexividad mundana y ordinaria de públicos diversos, aún en sectores tradicionales frente a la ciencia. La polarización de la política y de la casi imposibilidad de llegar a acuerdos en el presente, se ha atribuido a dos responsables: un conjunto de políticos inescrupulosos y manipuladores (de allí el término posverdad), y la poca capacidad crítica de un público dispuesto a creer mentiras y ofertas de redención de unos falsos profetas.
El resultado es un estado común de perplejidad e incertidumbre que caracteriza hoy los escenarios de acción ciudadana, intervención política e investigación (periodística o en ciencias sociales).
Pérez Bustos y sus coautoras González Arango y Quiceno Toro, estudian la continuidad de la violencia en el período posterior a la firma del acuerdo para la terminación del conflicto en Colombia y la construcción de una paz estable y duradera en 2016. La sociedad civil ha participado en la transición de diferentes maneras.
Este capítulo es una invitación a prestar atención a las formas en que, desde los espacios, las materialidades y las vidas concretas, se sostiene la vida en medio de la violencia, pero también a reflexionar cómo estas formas de sostener, cuidar y transitar pueden reproducir o encarnar nuevas formas de violencia. Su trabajo etnográfico explora cómo la femineidad se construye a través de una ocupación, de los textiles, y cómo eso nos dice algo acerca del conocimiento en general.
Arvanitis vuelve a plantearse una pregunta básica: ¿investigar para quién?, indagando en el cambio paradigmático que observa en los estudios de la ciencia en América Latina y el mundo. Revisa cómo en los últimos 40 años el mundo ha pasado de un modelo de desarrollo nacional a otro global, cuyos componentes son distintos e implican una transformación profunda de la vida social. Y pasa revista breve, pero aguda, a la vinculación del análisis sociológico y político sobre el papel de la ciencia en la sociedad, la conexión entre los usuarios de la ciencia y la comunidad científica, el papel de las ciencias sociales en la formación de los mercados mundiales, las nuevas formas de gobernar las ciencias y las tecnologías a nivel mundial frente a la multiplicación de actores sociales y de fuentes de financiación de la investigación científica, entre otros.
Finalmente, Schäffner nos invita sugestivamente, a poner las manos en la masa, con su propuesta de redefinición de los contenidos de los programas de Ciencia Tecnología y Sociedad (CTS) en aras de dar respuesta a los desafíos del presente y del futuro. Nos propone repensar de manera global la industrialización de los últimos 200 años así como las prácticas y conceptos asociados y tomar medidas drásticas. Este desafío, argumenta, significa repensar nuestras actividades académicas universitarias, y afirmar las grandes ventajas de las universidades como instituciones abiertas de investigación, enseñanza y de intercambio con la sociedad.
Por eso, nos urge a repensar los programas académicos CTS con el objetivo de adaptarlos a las necesidades y desafíos futuros. En particular, nos propone hacer este ejercicio revisando el ejemplo concreto llevado a cabo en la Universidad Humboldt de Berlín, con un laboratorio que está alojado en el Humboldt Forum de Berlín, el centro cultural más grande de Alemania el cual será inaugurado próximamente.
¿Qué es el neoliberalismo? ¿Existen uno o varios neoliberalismos? ¿Cómo se adoptan y se adaptan las ideas asociadas con el neoliberalismo en Colombia? ¿Cómo se convierte el/los neoliberalismo/s en una técnica de gobierno? ¿Qué efectos sociales y políticos ha tenido el neoliberalismo como conjunto de técnicas de gobierno en la historia de Colombia? Estas preguntas guía recogen el hilo conductor de este libro que nace, en primer lugar, de la necesidad de comprender mejor la trayectoria de una serie de ideas, propuestas, recomendaciones, acciones, visiones y discursos económicos, políticos y culturales provenientes, algunos y en algunas ocasiones, de la teoría y la práctica económicas y sus efectos en el diseño e implementación de las políticas públicas en el país. Nos interesa, en especial, comprender y problematizar cómo ciertas ideas y prácticas económicas han moldeado la implementación de reformas de ajuste estructural en América Latina y en Colombia. Este análisis crítico tanto de estas reformas como de la política pública, moldeada por estas racionalidades y prácticas, entiende a las primeras como arenas de disputa y productos de estrategias, negociaciones y luchas por el poder simbólico de dominación con efectos determinantes sobre el gobierno de las poblaciones y la construcción de futuros en el país. En particular, nos interesa seguir la trayectoria de algunas de estas ideas y prácticas comúnmente asociadas con el término «neoliberalismo» en la política pública por parte de diversos actores, académicos, activistas y miradas disciplinarias. Consideramos que hay una notable ausencia de un diálogo interdisciplinario alrededor de este término y de sus trayectorias en el caso colombiano, con notables efectos que el proyecto quiere subsanar.
Este libro quiere comprender en su complejidad la diseminación y operación del cuerpo de ideas y prácticas comúnmente asociadas con el término neoliberalismo en la arena de la política pública. Sin duda, un término que se desliza entre su aparente estabilidad, su permanente reconfiguración o su fragilidad o incluso inutilidad para comprender del todo nuestro presente. Por ejemplo, un sugerente argumento de Verónica Gago (2017 : 5) en su reciente libro, propone diferenciar un neoliberalismo desde arriba que renueva formas de extracción y desposesión articuladas a una avanzada soberanía financiera, junto con un neoliberalismo desde abajo que se entiende como una racionalidad que negocia ganancias en contextos de desposesión, en dinámicas contractuales que mezclan el conflicto, la economía moral y la servidumbre. En definitiva, siguiendo a Gago (p. 5), queremos seguir al neoliberalismo en sus permanentes mutaciones, su dinámica de permanente variación, determinando sus variaciones y significados y ritmos no-lineares.
El libro sigue este término y su trayectoria a través de dos preceptos fundamentales. Uno, este libro supone que los sujetos que encuentra o produce el “neoliberalismo” no son ni monolíticos, ni engañados, ni pasivos, ni totalmente determinados. Y dos, lejos de pensar al “neoliberalismo” como un proceso acabado y homogéneo, preferimos analizarlo como un proceso en disputa por múltiples fuerzas, dimensiones, y contradicciones. Como lo demostraron las entrevistas realizadas por el proyecto con los observadores y determinadores de la política económica de las décadas recientes, asociar al “neoliberalismo” con una economía abierta al mercado internacional ignora las evidencias y recientes escándalos sobre los monopolios de productos en Colombia, indicando lo cerrada que es esta economía y el poder de unos gremios y de unos intereses privados para intervenir en el mercado que supuestamente debe operar libre de intervención o poder de mercado. Frente a este y otros argumentos comunes que se esgrimen sobre el “neoliberalismo”, muchas veces por parte de la izquierda, consideramos que se encuentran retratos bastante simplistas y homogéneos al respecto de lo que finalmente está implicado con este término y con la evaluación de la misma disciplina y prácticas económicas, lo que implica empobrecer el análisis crítico y riguroso de la política pública.
Queremos proponer dos claves de lectura para el libro. En primer lugar, el libro recalca la importancia de la llamada “etapa de oro” de la tecnocracia colombiana asociada ya sea con el gobierno de Lleras Restrepo (Urrutia 1991, Caballero 2009, 2016, Perry 2019) o con la llegada de una serie de economistas al país con las misiones de expertos de organismos multilaterales, como Lauchlin Currie y Albert Hirschman, para orientar planes de desarrollo (Álvarez et al 2020) o con la misma profesionalización de los programas de economía en la Universidad de los Andes (Álvarez et al 2019). Pero aun así, cuando vemos que son estas mismas locaciones las que lucharon y perdieron, y siguen perdiendo, en contra de poderosos intereses frente al intento de llevar a cabo las reformas estructurales a los estatutos tributarios o, más recientemente, del catastro multipropósito o de una reforma rural integral, como están contemplados en el Punto 1 del Acuerdo de Paz, queda la duda de si esta tecnocracia realmente ha podido generar los consensos que se supone que ha logrado. Sobra decirlo, tampoco la tecnocracia es homogénea y simple y sus racionalidades pueden converger en una miríada de direcciones y orientaciones políticas, incluso favoreciendo ideas progresistas y asociadas con los movimientos sociales.
La segunda clave de lectura que se desprende de la discusión de la tecnocracia, tiene que ver con la pregunta más intrigante, tanto por su sencillez y complejidad, sobre el valor. Por supuesto, este no es el lugar para discutir cómo la pregunta del “valor” ha sido la pregunta de oro de la economía política clásica, y por supuesto, el cimiento de las teorías de Ricardo y Marx sobre su teoría del trabajo socialmente necesario y la enajenación, con implicaciones políticas radicalmente opuestas. Siguiendo el capítulo de Lawrence Grossberg en este libro, nos interesa comprender la puesta en marcha de distintos aparatos de conmensuración que hacen medible, cuantificable, auditable y predecible distintas otorgaciones y magnitudes del valor. Y que, además, en tanto que la pregunta por el valor establece no sólo una conmensuración, sino también, una atribución y una jerarquización de lo que finalmente importa para una sociedad en un momento histórico en particular, va de la mano con la misma construcción del futuro y del tipo de modernidad que está en disputa en el país. Acá, la pregunta es tanto por los mecanismos que producen valor y que ocultan, desplazan o anulan otras formas de valoración, como por los mecanismos de coordinación y colaboración que hacen posible el gobierno y la política pública. En el recorrido que hacemos en el libro en sus distintos capítulos, nos intriga pensar sobre las disputas y las victorias que hubo en su momento para que fueran unos y no otros los aparatos de conmensuración y las otorgaciones y jerarquizaciones del valor que se impusieron sobre otros.
Pero como lo recuerda Philip Mirowski en su contribución a este libro, una pista en esta búsqueda por entender, en toda su complejidad, al “neoliberalismo” a través de las corrientes o escuelas de pensamiento y teoría económica puede ser fútil. No es la unidad teórica o de ideas, o la continuidad de una tradición de pensamiento, lo que permite caracterizar al “neoliberalismo”. Este término, utilizado por economistas, en las primeras décadas del siglo XX, buscaba la renovación del liberalismo, la oposición a los movimientos que, en ese momento, se percibían como, de un lado, las derivas de la globalización y el libre mercado del siglo anterior, y de otro, los riesgos de las propuestas planificadoras y totalitarias. La renovación del liberalismo, buscando, como el ordoliberalismo, establecer un marco regulatorio y una red de seguridad social, o como Hayek el imperio de la ley, o como Friedman las reglas claras y estables de la política monetaria, proponía un balance entre Estado y mercado que promoviera la iniciativa privada, pero controlara los posibles excesos asociados con lo que se ha conocido como el capitalismo salvaje.
Hemos dividido el libro en tres secciones: I. Complejidad y contextos del neoliberalismo II.
Trayectorias y disputas del neoliberalismo en Colombia y III. Materialidades del neoliberalismo en Colombia. A lo largo de estas tres secciones queremos justamente poner a prueba esta apuesta por la transdisciplinariedad y el diálogo crítico entre distintas disciplinas. También, queremos alejarnos de retratos simplistas sobre lo que hay detrás del término “neoliberalismo”. Y no lo hacemos como parte de un “purismo” metodológico y teórico, sino con el propósito de comprender mejor aquello que intentamos seguir y que está marcado no por unos axiomas y unas lógicas universales, sino por su permanente mutación, contextualización y actualización. Eso significa que estas tres secciones discuten desde distintos niveles de especificidad y abstracción las disputas con el término “neoliberalismo”, el debate de las mismas representaciones que hay sobre la economía, las trayectorias de distintas ideas del pensamiento económico hacia las políticas públicas y los dispositivos y materialidades que actualizan algunas de las transformaciones que se mapean en el libro.
La primera sección Complejidad y contextos del neoliberalismo empieza con el capítulo de Lawrence Grossberg y su muy pesimista diagnóstico del presente y de los tiempos de Trump donde todo parece “volverse loco”. Para comprender cómo se llegó a esta situación, reafirma el compromiso de un contextualismo radical de los Estudios Culturales para realizar una especie de mapa abstracto sobre el contexto de Estados Unidos sumido entre distintos ensamblajes, trayectorias y disputas sobre tipos diferentes modernidades. En su capítulo, Philip Mirowski intenta responder a la misma pregunta de cómo se llegó al presente caótico de los Estados Unidos. Para eso, lleva a cabo una sociología del conocimiento para puntualizar los esfuerzos y el despliegue y dispersión de cierto tipo de economistas y de pensamiento económico asociado al “neoliberalismo” en distintas agencias del gobierno de los Estados Unidos. Esta sección cierra con el artículo de Iván Darío Avila quien discute teóricamente las distintas teorías del valor del trabajo en Marx para comprender mejor sus actuales reconfiguraciones en la economía de las plataformas.
La segunda sección Trayectorias y disputas del neoliberalismo en Colombia explora las disputas entre el pensamiento económico, el surgimiento de la tecnocracia en Colombia, el contexto de la década de los noventas y la pregunta por la tierra y las distintas reformas agrarias. La sección empieza con el capítulo de Manuela Fernández Pinto, quien entra en una discusión teórica e histórica sobre la tecnocracia y su llamado o presunción de neutralidad. Se trata de un capítulo que precisamente quiere problematizar aquel enunciado que tantas veces escuchamos en las entrevistas y literaturas sobre la economía colombiana; la llamada separación entre los técnicos y los políticos. Sigue el capítulo de Cecilia López y Juan David Pachón quienes, con base en cifras de la economía de los noventa, se preguntan sobre el mito de una crisis que requirió ser auxiliada por el Consenso de Washington y sus préstamos condicionados. Frente a un contexto donde las cifras macroeconómicas no parecen sustentar la idea de una crisis que ameritaría el rescate de la banca internacional, los autores llaman la atención sobre la economía política de las ideas que fueron definitivas para implementar las grandes reformas de esa década.
La última sección del libro, Materialidades del neoliberalismo en Colombia, ofrece indagaciones concretas y de estudio de caso para comprender el impacto, las continuidades y discontinuidades de las políticas públicas en tres áreas: los sistemas de protección social, la educación y las reformas laborales.
El capítulo de Juan Ricardo Aparicio realiza una indagación sobre los cambios en los sistemas de protección social destinados a aliviar a las víctimas y a la brecha social entre regiones que distintos planes de desarrollo creados desde los años setenta del siglo pasado iban diagnosticando como uno de los principales problemas del país. Mientras tanto, el capítulo de Natalia Sanchez-Corrales se enfoca en las políticas educativas en Colombia para explicar el reciente auge de una educación basada en competencias ciudadanas. Haciendo un cuidadoso análisis de documentos y recomendaciones al sector educativo en el país, da luces sobre el contexto global de estas transformaciones. Por último, se encuentra el estudio de Kelya Diaz sobre cambios en los regímenes laborales en la industria de las flores en Colombia a través de un estudio etnográfico de las trabajadoras de flores en Facatativá, Cundinamarca. De manera muy sugerente, conecta estas transformaciones con la producción de distintos dispositivos de disciplinamiento de una fuerza laboral como lo son el dispositivo de género, de disciplina y de persecución a las organizaciones sindicales y a cualquier lucha por parte de los trabajadores.
Proponemos este recorrido por el “neoliberalismo” en su diversidad, como ideas, prácticas y materialidades, para contribuir a comprender complejamente su diseminación y operación a través de prácticas y políticas económicas que se relacionan directamente con técnicas de gobierno y campos en disputa. El continuo y fluido ir y venir entre ideas, prácticas, sujetos y espacios nos permiten aproximarnos a eso que se ha llamado el “neoliberalismo” sin pretender delimitarlo, reducirlo o simplificarlo.
Esta investigación aborda el surgimiento de los museos arqueológicos en Colombia desde tres perspectivas. La primera reconstruye los intercambios y diálogos que se dieron con actores e instituciones de otras latitudes: museos e investigadores de México, Francia, Estados Unidos, Alemania, España y Perú mantuvieron fuertes conexiones con arqueólogos y etnólogos colombianos e impulsaron el desarrollo de los museos y las ciencias del hombre en el país. La segunda perspectiva indaga en los museos como lugares de representación geográfica y cartográfica del territorio; es evidente la importancia que tienen los mapas y los discursos geográficos en los espacios de exhibición que pretenden simbolizar la historia y la prehistoria de la nación y por ello resulta relevante indagar en los usos que los museos arqueológicos nacionales hicieron de estas técnicas y disciplinas (geografía y cartografía). Finalmente, la tercera perspectiva analiza las formas de exhibición de cada una de estas instituciones (el Museo del Oro y el Museo Arqueológico Nacional) pues a través de ellas se adivina una tensión entre dos concepciones del patrimonio arqueológico indígena que se pusieron en juego durante aquellos años de la Segunda Guerra Mundial y la Violencia política en el país: una que lo comprendió como tesoro y otra que lo asumió como laboriosidad.
A continuación, presentaré un resumen de las tres partes que conforman este trabajo. La primera parte centra su atención en el surgimiento y los primeros años de existencia del Museo del Oro y el Museo Arqueológico Nacional (1938-1945), a partir de cuatro temas. En primer lugar, analizo algunas de las coyunturas que condujeron al Ministerio de Educación y al Banco de la República a crear estos museos; en segundo lugar, expongo las circunstancias históricas y las influencias de dos importantes instituciones que sirvieron como modelos en ese proceso: el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía de México y el Museo del Hombre, de París. En tercer lugar, doy cuenta de la importancia que la geografía y la cartografía tuvieron para estas instituciones. Y finalmente, propongo una categorización y un análisis de algunos mapas que aparecieron en las primeras exposiciones y publicaciones de los museos arqueológicos de Colombia y México. En breve, de lo que se trata aquí es de hacer visibles los fuertes lazos que existen entre los mapas, los museos y las ciencias del hombre, así como su conexión con la historia del siglo XX, durante esos años aciagos en que ocurrió el conflicto bélico que lo partiría en dos.
La segunda parte del trabajo se enfoca en la historia del Museo del Oro y del Museo Arqueológico Nacional desde 1943 hasta 1950, a través de tres temas. Inicialmente, rastreo la forma en que estas instituciones asimilaron otras influencias distintas a las de Francia y México, provenientes de museos e investigadores norteamericanos, peruanos, alemanes y españoles; como efecto de este proceso de circulación y apropiación del conocimiento, expongo los contrastes más notorios entre la museología y la museografía del Museo del Oro y del Museo Arqueológico Nacional durante aquellos años. Posteriormente, me detengo a analizar dos roles primordiales que la geografía y la cartografía jugaron en ambas instituciones: como medio de debate, crítica y encuentro entre diversas disciplinas; y como instrumento de organización y fijación de ciertas concepciones y representaciones del territorio. Para resumir, esta parte del trabajo amplifica el radio de los procesos de circulación de conocimiento, explica cómo a partir de ellos surgieron diferentes concepciones de la museología y la museografía en Colombia, y hace visibles dos modos de emplear la geografía y cartografía en el ámbito de los museos arqueológicos y las ciencias del hombre en el país.Todo ello en el contexto del fin de la Segunda Guerra Mundial y del estallido de un período de recrudecimiento de la violencia pública en el país.
Para concluir, la tercera parte del trabajo se enfoca en la historia de la transformación de estos museos entre 1948 y 1955, 1 a partir de tres temas. En primer lugar, reconstruyo el diálogo de ambas instituciones, ya no con museos de otras latitudes como anteriormente lo he mencionado, sino con instituciones transnacionales como la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), el ICOM (Consejo Internacional de Museos) y el IPGH (Instituto Panamericano de Geografía e Historia). En segundo lugar, analizo el papel que los medios de reproductibilidad técnica y de comunicación masiva como la fotografía y la televisión jugaron en la modificación de las prácticas de exhibición del Museo del Oro y el Museo Arqueológico Nacional. Y finalmente, me detengo a escudriñar en las nociones y usos de la geografía y la cartografía que aparecieron en dos obras de síntesis de la arqueología en Colombia que aparecieron a mediados de la década de 1950, y que fueron elaboradas a partir del trabajo y las colecciones del Museo del Oro y del Instituto Etnológico, que para ese momento dirigía el Museo Arqueológico Nacional. Estas obras, que sintetizan las labores realizadas por ambos museos desde su creación, marcan el límite temporal de esta investigación. Es importante agregar que, en esta última parte del trabajo, presento un estudio de caso relacionado con el problema de la guaquería en Colombia y una mirada a la historia de los institutos y museos arqueológicos regionales, que tuvieron sede en diferentes lugares del país.
-L. Wills, Felipe Botero, Bibiana Ortega y Juan Federico Pino. «En reconfiguración permanente: partidos elecciones nacionales y subnacionales en Colombia 2018-2019»:
Las elecciones nacionales de 2018 y las locales de 2019 fueron las primeras elecciones realizadas después de la firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera firmado entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC. Este Acuerdo contempló nuevas medidas y garantías que se unieron a las aprobadas en las reformas políticas que se realizaron en medio de las conversaciones de paz. Tales medidas y garantías establecieron algunas novedades para los actores políticos quienes se acomodaron a las nuevas reglas de juego configurando nuevas estrategias y dinámicas en la competencia electoral.
Este libro es un esfuerzo de reflexión académico que, continúa con la tradición tanto de la Universidad de los Andes como de la Pontificia Universidad Javeriana de analizar las elecciones y sus resultados, así como sus implicaciones políticas para el país 1. Este ejemplar articula los esfuerzos de académicos colombianos e internacionales que buscan entender el complejo comportamiento del sistema político colombiano y la forma que las reglas electorales condicionan y dan forma a la contienda por el poder local, regional y nacional.
Esta coedición por profesores y profesoras de los Departamentos de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, y de la Javeriana muestra un trabajo conjunto de las dos instituciones sobre temas de interés común. La invitación a participar en el manuscrito a profesores y profesoras de otras universidades colombianas que también se especializan en los temas electorales, es un llamado a la integración de conocimiento variado, que se aproxima al tema desde diferentes perspectivas analíticas.
El libro tiene como propósito general contribuir al debate sobre la representación política en Colombia. Sus aportes son varios. En primer lugar, centra su atención no solo en los partidos políticos sino en la naturaleza de la participación y representación de grupos poblacionales particulares. En segundo lugar, profundiza en las formas actuales de relacionamiento entre los partidos y los electores.
En tercer lugar, ofrece algunos elementos para entender la presencia del Estado y algunos fenómenos como el particularismo y clientelismo que se hacen presentes en la vida política colombiana y que permiten dar una mirada más completa al fenómeno de la representación en Colombia.
Este libro contiene doce capítulos, organizados alrededor de tres temáticas. Primero, la reflexión general sobre partidos y elecciones. Segundo, las elecciones nacionales de 2018. Tercero, las elecciones locales de 2019. A continuación, se presenta una breve síntesis sobre cada uno de los capítulos, en el orden en el que aparecen en el libro.
Quiroz, Botero y Mejía se preguntan por la relación entre la capacidad estatal en los municipios del país y la formación de bastiones electorales en las elecciones para la Cámara. El capítulo tiene un objetivo doble. De un lado se dialoga con la geografía electoral con el fin de encontrar allí claves conceptuales y analíticas complementarias a las desarrolladas en la ciencia política para entender procesos como la competencia política. Como lo señalan los autores, si la geografía no importara, no habría variación regional en los procesos político-electorales. Del otro lado, los autores exploran las implicaciones de la presencia diferenciada del Estado en el territorio en las dinámicas política del municipio. Los resultados del análisis de un modelo espacial autorregresivo sugieren que los municipios con mayor capacidad estatal tienden a tener niveles más bajos de concentración de votos en manos de pocos candidatos. Milanese y Albarracín analizan la congruencia internivel entre las elecciones de cuerpos colegiados nacionales de 2018 y las locales de 2019 como una forma de evaluar el desempeño del sistema de partidos colombiano. Para ellos, la congruencia es un indicador de institucionalización del sistema de partidos al mostrar que los partidos tienen fuertes raíces en la sociedad con lo que logran
votos con lealtad partidista en diferentes corporaciones. Es decir, quienes voten por un partido dado en la Cámara, votarán por el mismo partido en el Senado y de igual forma en las elecciones de Asamblea y Concejo.
Por medio de análisis de regresión lineal de mínimos cuadrados ordinarios y de regresión geográficamente ponderada, los autores concluyen que las elecciones a cuerpos colegiados se caracterizan por un alto grado de incongruencia. Adicionalmente, los autores muestran cómo, contrario a lo esperado, la incongruencia entre los dos tipos de elecciones —nacionales y locales— es similar.
Esto sugiere que la variación en las reglas de juego en estas elecciones, notablemente lo que atañe a la magnitud del distrito, no explica la incongruencia. En cambio, ésta parece ser el resultado de la falta de raíces de los partidos y a las dinámicas organizacionales que despliegan. Bibiana Ortega y Gabriel Nicolás Camargo indagan en su capítulo sobre el efecto del diseño institucional en la elección de mujeres en Colombia. Los autores demuestran que a pesar de que la ley de cuotas ha logrado desde su aplicación garantizar una mayor inclusión de mujeres en las listas, no ha logrado aumentar el número de mujeres electas. Los hallazgos permiten establecer que la ley de cuotas no ha cumplido su objetivo de aumentar la representación de la mujer en el Congreso Nacional. En especial, se estableció que el diseño institucional de la cuota genera que muchas de estas candidatas estén en posiciones poco favorables en la lista. Por esto los autores sugieren reformar la ley de cuotas para incluir mandatos de posición y listas cerradas, además de incluir apoyo institucional a las nuevas candidatas por parte de los partidos y de los mecanismos de financiación de campaña.
El capítulo de Cristhian Uribe Mendoza, Camilo Alipios Cruz Merchán y Fabián Acuña Villarraga realiza un análisis sobre las coaliciones preelectorales establecidas por diferentes partidos políticos y movimientos significativos de ciudadanos en Colombia de cara a las elecciones nacionales y locales de 2018-2019. En particular, los autores ofrecen información en torno a tres elementos: la composición, frecuencia y desempeño electoral de las alianzas preelectorales en Colombia a la luz de ambos comicios. Los autores concluyen que dado el nivel de fragmentación del sistema de partidos, las coaliciones electorales fueron la principal estrategia de agregación de votos tanto en las elecciones nacionales como en las locales. Sin embargo, la naturaleza de las alianzas preelectorales varió en las elecciones nacionales y en las locales. En este sentido, los autores establecen que la polarización política consecuencia del Plebiscito por la Paz de 2016, se hizo manifiesta en la composición de las coaliciones preelectorales tanto para elecciones presidenciales como para el Congreso. No obstante, en las elecciones locales fue una estrategia utilizada principalmente por los partidos mayoritarios que le rindió mayores réditos a las coaliciones sin coherencia ideológica. Finalmente, los autores demuestran que el desempeño electoral de las coaliciones fue mejor que el de partidos o movimientos individuales, así como el de las coaliciones gobiernistas o coaliciones gobiernistas e independientes sobre las de oposición.
El capítulo de Mateo Villamizar y Cristina Echeverri analiza los votos depositados en la circunscripción afro en las elecciones legislativas de 2018. Los autores muestran que ese año, el porcentaje de votos en blanco depositados en la circunscripción, fue el más alto que se ha presentado desde 2006 (47%). No obstante, los autores muestran que, al observar los datos electorales en el nivel municipal, los resultados son variados. En algunos municipios el voto en blanco es muy alto, pero en otros no lo es tanto. Según los autores, en los municipios en los que organizaciones afro y consejos comunitarios están activos, el voto en blanco es menor. La presencia de estos actores reduce la incertidumbre para los votantes dado que estos tienen acceso a información sobre la oferta electoral. En los municipios en los que el voto en blanco es menor, los resultados varían según las organizaciones que se observen: en presencia de consejos comunitarios hay menos votos en blanco que cuando son organizaciones sociales afro las que están presentes. El capítulo hace un aporte a los estudios que se han hecho sobre la difícil representación de las comunidades afro en su circunscripción especial.
Juan Carlos Rodríguez-Raga y Laura Wills-Otero analizan las trayectorias electorales del Centro Democrático en las elecciones nacionales y subnacionales en las que ha participado desde su creación en 2014. Los autores se preguntan por los factores determinantes del caudal electoral de este partido nuevo, y argumentan que el mismo ha logrado atraer a ciudadanos que en el pasado fueron votantes principalmente del Partido Conservador (PC). La explícita agenda conservadora del CD en el plano político, económico y social, y el carisma incuestionable de su líder Álvaro Uribe, ha atraído a miembros del desdibujado y desideologizado PC que dejaron de sentirse identificados con este. Los autores encuentran que estos resultados se replican en las diferentes elecciones que analizan.
El estudio hace un aporte en la comprensión del CD vis a vis otras organizaciones electorales del sistema de partidos colombiano. Maryluz Vallejo, Andrés Lombana, Liliana Gómez y Juan Federico Pino analizan los encuadres de los mensajes que los congresistas trinan en sus cuentas de Twitter para promocionar, atacar o defender a los políticos que compitieron para ser elegidos a alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas. Específicamente los autores se preguntan si el tema de la paz visible a nivel nacional también fue utilizado en los trinos que los congresistas utilizan para involucrarse en las campañas políticas subnacionales. Esta preguntas es abordada por medio de la recolección de trinos de los congresistas colombianos durante el periodo electoral y con base en esta información se construyen redes semánticas para ver la estructura temática de los congresistas y se identifican los principales encuadres retóricos en torno a la paz de los congresistas que apoyaron, se declararon independientes o en oposición al gobierno Duque. Los autores concluyen que los congresistas de gobierno y oposición son los que más recurren al tema de la paz en sus trinos nacionales y subnacionales, no obstante, lo hacen desde distintos lugares y con encuadres que reproducen a nivel subnacional en el periodo electoral sus visiones diferenciadas sobre lo qué debería la paz. La investigación permite avanzar en la comprensión de la irrupción virtual de los congresistas en las campañas subnacionales en Colombia y muestra que estas no se centran en temas locales, sino que las batallas nacionales por el significado de la paz, también se trasladan, aunque con menor vehemencia, al escenario de la política electoral subnacional.
Manuel Hidalgo y Jerónimo Ríos analizan la forma en que las elecciones nacionales de 2018 y las elecciones subnacionales de 2019 han permitido la incorporación política de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC). Específicamente, los autores se preguntan de forma exploratoria, si después del Acuerdo de Paz, el partido que surgió, después de las desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) se ha podido incorporar a la arena electoral. Con este objetivo los autores, desde una revisión de literatura sobre las transiciones de grupos armados en partidos políticos, reconstruyen el caso colombiano desde una perspectiva histórica, en tres momentos. En el primero señalan la importancia de la participación política en las negociaciones de la Habana, las reformas que surgieron para permitir la participación de esta guerrilla y las críticas de partidos como el Centro Democrático a las mismas. En el segundo y tercer momento reconstruyen el desempeño electoral de las FARC, donde señalan el escaso respaldo electoral y dificultades tales como la estigmatización de los excombatientes, las disidencias y la reactivación del conflicto.
Hidalgo y Ríos en sus conclusiones llaman la atención sobre las dificultades del proceso de inserción política y los límites del acuerdo para institucionalizar el conflicto armado producto de un acuerdo soportado en un consenso más del gobierno de Juan Manuel Santos que del Estado colombiano. El capítulo de Juan Manuel Palacios busca explicar, a partir del estudio de caso de dos municipios en las pasadas elecciones locales de 2019, por qué el clientelismo se impone ante otros tipos de particularismo como estrategia para ganar votos. En su trabajo, el autor afirma que el predominio del particularismo es resultado tanto del nivel de dependencia de los recursos públicos como de la capacidad organizativa de las comunidades. Para ello el autor compara a los municipios de Quibdó e Ipiales, los cuales comparten su alta dependencia de los recursos públicos para la generación de empleo e ingresos, sin embargo, se diferencian en el tipo de particularismo que desarrollaron de cara a las elecciones locales de 2019. El principal aporte de este capítulo a la literatura comparada radica en que este se centra en las condiciones que pueden favorecer la prevalencia de uno u otro tipo de particularismo, y no en distinguir la política programática de la no programática. Esto supone un avance en la definición conceptual y empírica de los diferentes tipos de particularismo, a partir de una aproximación bidimensional en términos del tipo de cliente y la temporalidad del acuerdo particularista.
En su capítulo, Alejandro Sánchez utiliza el análisis de redes sociales para estudiar las alianzas entre los diversos jugadores regionales en las elecciones legislativas de 2018 y las de autoridades locales de 2019 en el Valle del Cauca. La competencia política en el departamento es compleja debido a la hiperfragmentación del sistema de partidos. La base de datos que construye Sánchez le permite mapear las alianzas entre distintos actores y también caracterizar el mercado electoral en elecciones subnacionales. Este análisis resulta interesante para entender las dinámicas de la política local y su relación con la política nacional. El trabajo exhaustivo de recolección de información permite identificar los focos de poder y cómo se organizan la multiciplicidad de jugadores para disputar los diferentes cargos: las alcaldías, la gobernación y los cargos del nivel nacional. El trabajo de Sánchez es valioso en la medida en que nos recuerda la importancia de prestar atención a las dinámicas regionales en las que el sistema de partidos difiere en gran medida del sistema de partidos a nivel nacional.
Juan Carlos Arenas y John Fredy Bedoya analizan la configuración del poder político en 125 municipios de Antioquia a la luz de los resultados de las elecciones regionales de 2015 y 2019, y de las legislativas (Cámara de Representantes) de 2018. Los autores describen las estrategias electorales de los partidos políticos, y concluyen que éstas varían en función de su capacidad para actuar unitariamente, o alternativamente, en coalición con otros partidos. La apuesta de una u otra estrategia, “depende de la expectativa que los dirigentes tengan sobre las propias fuerzas de su organización, sobre la capacidad de de sus competidores locales, y sobre la identificación de posibles socios que ayuden a concretar las ambiciones de poder de cada élite local”. Como lo muestran los autores, las estrategias adoptadas por los partidos en las elecciones de Antioquia son variadas, y cambiantes en el tiempo. El análisis de elecciones a cargos plurinominales en el nivel municipal (Concejos) departamental (Asambleas) y nacional (Cámara de Representantes), así como a cargos ejecutivos en los niveles subnacionales (Gobernaciones y Alcaldías), revela la variedad de estrategias y permite entender que variables de los diferentes contextos, en interacción con características de las organizaciones que compiten por votos, influyen sobre las decisiones que tomas sus líderes. En otras palabras, la definición de la estrategia, dependerá de la arena en la que se compite, así como del nivel de cohesión interna y fortaleza del partido que busca escaños. Los autores comparan los resultados de las elecciones de 2015 y 2019, y concluyen que en las últimas, las coaliciones locales y los grupos significativos de ciudadanos (GSC) tuvieron mayor cabida en la competencia.
Finalmente, el capítulo de Sergio Fabián Lizarazo e Ingrid Johanna Bolívar es un estudio de caso de la elección del primer alcalde excombatiente de las FARC-EP. En particular, los autores exploran las continuidades entre la trayectoria biográfica y la campaña, declaraciones y programa de gobierno de Guillermo Torres conocido como “Julián Conrado”. El propósito del texto es complejizar la comprensión de la participación electoral de los excombatientes en contextos transicionales, a partir de sus distintas trayectorias de comunicación política. En consecuencia, los autores destacan tres recursos utilizados por el burgomaestre a saber: el vallenato, la unidad de izquierda y su raigambre e historia local los cuales permiten apreciar las continuidades entre su experiencia vital antes y después de su reincorporación a la vida civil.
Más allá de Babelexamina una colección de fuentes impresas e inéditasescritas en el siglo XVII sobre las poblaciones de ascendencia africanadelPerú y la Nueva Granadacon la ayuda de intérpretes y intermediarios negros. El argumento del libro es que en estas fuentes se encuentran interpretaciones anteriormente desconocidas de la idea de ser negroque la asocian con la belleza `sica y la integridad espiritual.
El libro “Fragmentos de historia ambiental colombiana” es la compilación de varias investigaciones que se ocupan de distintos temas en varias regiones y momentos en Colombia, pero que tienen en común la construcción de una Historia que incluye a la naturaleza como un actor relevante que merece ser estudiado y comprendido. En este episodio de Nota al pie Claudia Leal, editora académica del volumen, y Camilo Torres, uno de sus autores, son entrevistados por Alejandro Ponce de León, estudiante doctoral de la universidad de California en Davis. Durante la conversación nos cuentan sobre el largo y minucioso trabajo que llevaron a cabo para publicar este libro.
Los ingenios del pincel se propone como una introducción a la historia de la cultura visual colonial en las Américas a partir de los temas de la pintura. Definiendo “arte colonial” como una construcción cultural que se llevó a cabo en el siglo xix en la mayoría de las regiones americanas, parte de la idea de que las obras —consideradas artefactos que reflejan la cultura visual— hablan de sí mismas y de la sociedad de la que provienen. ¿Qué se pintó en la América colonial? ¿Quién pintaba? ¿Para quién? ¿Cómo, por qué y para qué se pintaba? Para responder a estas preguntas, el libro ejercita metodologías de historia digital y se basa en los resultados de graficaciones computacionales elaboradas con la aplicación de técnicas de minería de datos a 19.500 pinturas coloniales (hoy en día alojadas en Arca, un archivo digital abierto al público).
A diferencia de los libros tradicionales, Los ingenios del pincel tiene una particularidad: nació en formato digital, con las características propias de un e-book multimodal. Esta edición impresa revela la tensión entre lo analógico y lo digital, pues se trata de una adaptación de un producto nativo digital. Por esta razón, su estructura es no lineal y no argumental, lo que quiere decir que puede leerse de distintas maneras y en muchas direcciones, como el lector quiera. Además, cuenta con recursos visuales y narrados complementarios en línea a los cuales se puede acceder mediante códigos qr. Se divide en doce secciones que, a su vez, tienen ochenta y cinco entradas, cada una con su respectivo título y numeración, y al final se encuentra un grupo de textos adicionales denominados contextos, que contribuyen al entendimiento del periodo y del problema de la cultura visual.
“Hace algunos años, el autor de este libro, médico de formación, intentó aprender a sobar niños descuajados. Donde las sobanderas le mostraban lo que llaman cuajo, sus manos palpaban órganos y tejidos, como le enseñaron en la asignatura de Anatomía. Esta situación es el origen de Anatomización, obra que busca responder cómo aprendemos a hacer cierta realidad y no otra con nuestros cuerpos. Esta etnografía muestra cómo emerge el cuerpo de la anatomía médica, de tal manera que luce natural, trascendente, universal y evidente, haciendo meras creencias a todas las otras posibles anatomías, incluyendo el cuajo.” Santiago Martínez Medina