La muerte de un ser amado provoca un profundo dolor asociado con la ruptura del vínculo y enfrenta al superviviente al trabajo psíquico del duelo; cuando esta sucede súbita o violentamente, o cuando fractura las leyes supuestas de la vida, al proceso del duelo se suman los efectos de la disrupción. Como respuesta ante la muerte, las personas de todas las épocas han recurrido a estrategias de diversa índole —entre ellas, los rituales y la escritura— con las que intentan organizar la experiencia y reconstruir la vida que se ha fracturado. Con este marco, La escritura del duelo estudia las memorias de duelo, una forma específica de escribir sobre la muerte, e indaga dos asuntos básicos: la función que cumple la escritura en los procesos de duelo y los sentidos de la experiencia de la pérdida que se despliegan en algunos de estos relatos autobiográficos. Plantea que son narraciones por medio de las cuales el autor enfrenta los trabajos de la memoria y del duelo al traer al presente el recuerdo del ser querido y reconfigurar su imagen, al tiempo que repasa la historia del vínculo y trata de darle sentido a su pérdida. De esta manera, la escritura le ayuda a reordenar su vida, a transformar el lazo con el ser amado muerto y a consolidar su recuerdo en el ámbito de la memoria.