Por: Santiago Giraldo
El Gobierno de Gustavo Petro atraviesa una de las mayores crisis de gobernabilidad en la historia del país, pues no ha logrado que sus reformas sean aprobadas en el Congreso, la ejecución del presupuesto nacional ha sido supremamente baja y el funcionamiento de la burocracia del Estado y el desarrollo de política pública, son procesos que aún se encuentran estancados.
La principal razón que explica esta crisis de gobernabilidad tiene que ver con dos factores; los revolcones ministeriales que han tenido lugar en el Ejecutivo, y la pérdida de coaliciones de gobierno en el Congreso. En esta nota le explicamos el paso a paso de la pérdida de gobernabilidad, haciendo una reconstrucción histórica de los momentos en los que el gobierno del cambio perdió legitimidad.
Durante los seis primeros meses de gobierno Petro contó con una coalición fuerte en el Congreso, pues tenía el apoyo de partidos como el Pacto Histórico, Liberal, Conservador, la U, Alianza Verde, Comunes y ASI. Era una “aplanadora” legislativa que se había formado gracias a las cuotas de los partidos tradicionales en los ministerios, como el de transporte y el de las TIC. Dicho porcentaje de representación se puede evidenciar en la siguiente gráfica:
Tabla 1
Nota: La tabla muestra el número de curules obtenidas en Senado y en Cámara por los diferentes partidos, así como su estatuto. Fuente: Escobar, Juan Carlos, Bibiana Ortega y Laura Wills-Otero. 2023. “Elecciones presidenciales y legislativas en Colombia en 2022”. Colombia Internacional 116: 3-28. https://doi.org/10.7440/colombiaint116.2023.
Según Escobar “La coalición de gobierno en el primer semestre (…) se constituyó en el grupo más grande, y llegó a sumar el 73,9 % del poder en el Senado y el 78 % en la Cámara de Representantes. El grupo de la oposición sumó el 13 % del poder en el Senado y el 10 % en la Cámara, y los independientes, el 14 % y el 12 %, respectivamente” (Escobar, et al. 2023).
Esta aplanadora legislativa le permitió al gobierno sacar una reforma tributaria, así como iniciar su plan de gobierno. Sin embargo, la luna de miel no le duró mucho a Petro, pues las reformas fueron una manzana de la discordia que generó opiniones divididas entre algunos ministros, líderes de partidos y el presidente.
La reforma a la salud fue de las primeras en ser rechazadas, y ministros como Alejandro Gaviria y partidos como el Liberal, el Conservador y la U se declararon en oposición a la misma. El 27 de febrero, ocurriría la primera crisis ministerial, Petro decidió revocar de sus cargos a Alejandro Gaviria, exministro de educación, Patricia Ariza, exministra de cultura y a María Isabel Urrutia, exministra de deporte. En el caso de Gaviria, hubo encontronazos por la reforma y por un documento de 4 páginas con críticas a la propuesta de Corcho. Ariza, expuso un descontento con la política musical que quería llevar a cabo Petro sobre las orquestas infantiles. Y por parte de Urrutia hubo un escándalo en la ejecución de contratos para el ministerio de deporte (Pacheco, et al. 2023).
En el caso de esta primera crisis ministerial algo quedó claro: el presidente no estaba dispuesto a negociar el contenido de sus reformas y haría todo lo posible para que estas se mantuvieran intactas, incluso si eso significaba abandonar sus cuotas ministeriales y perder algo de apoyo en el Congreso.
Tan solo dos meses después habría una segunda crisis ministerial. El 25 de abril Petro anunció la salida del grueso de su gabinete; se fueron José Antonio Ocampo, Carolina Corcho, Cecilia López, Sandra Urrutia, Alfonzo Prada, Guillermo Reyes y Arturo Luna. Esto ocasionó que se terminaran de perder las coaliciones en el Legislativo, y que la poca confianza que quedaba en el gobierno se esfumara, pues se había ido el líder de cartera y la ministra líder de la reforma agraria. Petro optó por tener cerca a otras figuras políticas con las que ya había trabajado antes en la Alcaldía de Bogotá y amigos cercanos que no cuestionaran sus decisiones. A estas crisis se les han sumado otros escándalos, como el de Laura Sarabia y Armando Benedetti o la infiltración de dineros del narcotráfico en su campaña.
Esta pérdida de legitimidad le ha costado mucho al gobierno pues en las entidades administrativas no hay claridad en la toma de decisiones, reformas como la de la salud, la laboral y otras, permanecen congeladas en las comisiones del Legislativo, y en general, toda la agenda del Congreso se encuentra retrasada. El gobierno hizo todo lo posible para que sus ministerios estuvieran alineados ideológicamente, pero eso le costó toda su gobernabilidad, al interior de los ministerios han ocurrido despidos masivos, y se ha sacrificado la ejecución técnica por aspectos ideológicos.
En gobiernos presidencialistas como el colombiano, la relación con el Legislativo es fundamental, pues esta determina el éxito o el fracaso de toda la política pública que ganó en las urnas y que se quiere implementar. Faltará ver si en un futuro Gustavo Petro logra resolver sus asimetrías con sus ministerios y entidades administrativas. Pero por el momento queda preguntarse cuál será la relación del Ejecutivo con las otras ramas del poder, y cómo la propuesta de llevar la democracia a las calles afectará las decisiones del Congreso.
Referencias
- Escobar, J. C., Ortega, B., & Wills-Otero, L. (2023). Elecciones presidenciales y legislativas en Colombia en 2022. Colombia Internacional, (116), 3-28.
- Pacheco, D., Arias, J. M. F., & León, J. (2023). La primera crisis ministerial de Petro: una explosión descontrolada. La Silla Vacía. https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/la-primera-crisis-ministerial-de-petro-una-explosion-descontrolada/