Los textos que presento acá son parte de una tradición que día a día parece recorrer el inexorable camino de la extinción. En esta dinámica de fatalidad se podría vislumbrar una esperanza, la derivada de la toma de conciencia de los dueños de esas tradiciones, los achagua. Sin lugar a dudad es a ellos a quienes compete la reivindicación y la búsqueda de lazos fuertes de identidad; el resto, es decir, los no achagua, hemos sido en el mejor de los casos unos compañeros de viaje.