Esta original síntesis de un campo de estudio emergente propone pensar las profundas transformaciones del paisaje andino -a lo largo da más de diez milenios de ocupación humana- desde el punto de vista de las tecnologías, es decir, de la elección consciente y culturalmente enraizada de especies, herramientas y técnicas. Millones de hectáreas de paisajes transformados y los testimonios de cronistas europeos dejan poca duda de la capacidad y el refinamiento con que los pobladores originarios manejaban los suelos, el agua y los bosques de los Andes. El punto de partida del presente estudio no es el pasado, sino el presente. Tras tres décadas de esfuerzos institucionales en Bolivia, Ecuador y Perú por «poner a trabajar» las terrazas y los campos de cultivo, los canales y los reservorios abandonados como secuela de la Conquista en nombre del desarrollo; cientos de hectáres rehabilitadas yacen yermas, mientras que los canales y las represas de cemento y concreto se resquebrajan. La investigación revela múltiples causas del fracaso de los proyectos de intervención, que rehúsan reducirse a una mayor eficiencia o una mejor adaptación al medio de tal o cual planta, técnica, herramienta o modo de producción. La fe en la cosmología de la máquina -compartida por agrónomos, ingenieros, técnicos, investigadores y otros agentes del desarrollo- reproduce la fetichización de las tecnologías mecanizadas inherente a la modernidad occidental, y constituye un problema de orden conceptual que impide una cabal comprensión de los ritmos, los mecanismos y la cosmología de las tecnologías originarias andinas, tanto en el pasado como en el presente. Esta primera evaluación global de las tecnologías productivas originarias de los Andes replantea la discusión alrededor de la relación entre el desarrollo, la arqueología y los pueblos andinos, y la búsqueda de alternativas a los modelos de agronegocio, dominantes, pero insostenibles.