un acercamiento a la naturaleza y la ciudad
Entrevista con la profesora del departamento de Historia y Geografía Paola Castañeda Londoño
Paola Castañeda Londoño es historiadora de la Universidad de los Andes con maestría y doctorado en Geografía de la Universidad de Oxford.
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BASTA MIRAR POR LA VENTANA PARA DARSE CUENTA DE LAS DIVISIONES QUE HEMOS GENERADO A LA HORA DE APROXIMARNOS AL MUNDO . Concretamente cuando pensamos en zonas urbanas nos imaginamos grandes edificios, autopistas interminables, redes de acueducto y alcantarillado, y en general una infraestructura que nos hace pensar en un lugar separado o contario a la naturaleza. Pero, a su vez, la ciudad tiene árboles, pájaros, montañas, ríos y otros elementos “naturales” que habitan estos espacios. Debido a esta consideración que no desconoce la ciudad como un elemento separado de la naturaleza la profesora Paola Castañeda le ha interesado entender “que la naturaleza no es solo eso que está por allá en los Parques Nacionales, este mito de la naturaleza prístina, (si no) 1 entender la ciudad como un entramado entre entidades naturales y entidades sociales, entre lo humano y lo no humano ” 2 .
Desde la ecología política urbana, la profesora y geógrafa Paola Castañeda ha encontrado en el concepto de metabolismo una herramienta teórica para pensar la relación entre la naturaleza y la ciudad. Este término se refiere a “un proceso tanto ecológico como histórico donde podemos decir que las relaciones sociales “metabolizan” la materia orgánica (…), lo natural, lo que llamaríamos la naturaleza, (se) transforma. Y ahí se transforma no solo la naturaleza si no también la sociedad. Entonces, por ejemplo, construir una casa implica ir cortar el árbol,
transformar la madera, utilizar el trabajo humano para transformar, digamos todos estos elementos orgánicos que encontramos. También, suministrar electricidad es un proceso metabólico y por supuesto transportar personas es un proceso metabólico”3 . Estas transformaciones nos hablan de una relación con la naturaleza en la que esta es concebida como un bien que debe adaptarse para satisfacer las necesidades humanas. En ese sentido, las ciudades no serían posibles sin la arena que se extrae de ríos, la madera que se corta de los árboles y en general de todos esos procesos que permiten la movilización de recursos, de capital, de personas, que terminan potenciando la urbanización moderna.
1. Las palabras que no están en cursiva se agregaron por parte del comité editorial de la revista La Imprenta para adecuar este testimonio oral a una versión escrita.
2. Entrevista llevada a cabo el 23 de junio 2022 por Teams.
Asimismo, dentro de estas reflexiones aparece el concepto de circulación, no solo como algo físico, también está asociado con procesos productivos que se han explicado desde lo que se conoce como estudios de movilidades. Estas ideas le han permitido a la profesora Paola Castañeda consolidar su trabajo partiendo de la base que la movilidad “no es únicamente transportarse, ni es únicamente el movimiento de los seres humanos, si no que todo está en movimiento. La movilidad es fundamental y casi que la base de la existencia, y eso es a lo que unas personas se refieren como una ontología móvil. Un mundo que está inherentemente en movimiento donde la movilidad y la inmovilidad producen y reproducen relaciones sociales. Y asimismo las jerarquías sociales se reflejan en la capacidad de moverse y de permanecer”. Dicho de otra manera, en la contemporaneidad vemos una movilidad acelerada e intensificada, es decir, no es solo llegar más rápido, además es llegar más lejos, con más información y con más alternativas tanto en medios de transporte como medios de comunicación.
La intensificación del movimiento y la aceleración de los procesos de comunicación terminan impactando de manera significativa el planeta. Esta hipermovilidad tiene consecuencias en las montañas, ríos, animales, océanos y otros seres que no son tenidos en cuenta dentro de esta forma contemporánea de vida que es pensada por y para los seres humanos. Una de las relaciones de afectación más directa es la extracción de fósiles o materia orgánica que se convierten en energía, específicamente en gas o petróleo para vehículos motorizados de movilidad individual, como el automóvil privado. La extracción masiva para sostener la hipermovilidad en las ciudades ha tenido consecuencias tanto a una escala puntual con “ la extracción de petróleo, con la violencia que se asocia a estos procesos y a estos proyectos, como por ejemplo la guerra en el Medio Oriente, la violencia sobre el territorio, el asesinato de los defensores ambientales”. De igual manera, consecuencias a escala planetaria con “el aumento de la temperatura de la tierra, los procesos de deshielo, los eventos climáticos extremos (…) todo eso se relaciona casi que directamente con este metabolismo del carbón, del petróleo, la forma en la que transformamos esta materia orgánica en energía para sostener un modelo de movilidad motorizada e individual”.
Esta incertidumbre frente a lo que pasará con el planeta y los seres que habitamos en él, ha llevado a considerar los impactos que genera la ciudad en sus procesos de construcción y aprovechamiento de recursos. Es por esto por lo que instancias gubernamentales han empezado a consolidar una serie de políticas públicas que ponen en primer plano la sostenibilidad como una herramienta para incorporar a las urbes.
cuando pensamos en zonas urbanas nos imaginamos grandes edificios, autopistas interminables, redes de acueducto y alcantarillado, y en general una infraestructura que nos hace pensar en un lugar separado o contario a la naturaleza. Pero, a su vez, la ciudad tiene árboles, pájaros, montañas, ríos y otros elementos “naturales” que habitan estos espacios.
Esta incertidumbre frente a lo que pasará con el planeta y los seres que habitamos en él, ha llevado a considerar los impactos que genera la ciudad en sus procesos de construcción y aprovechamiento de recursos.
Sin embargo, los movimientos sociales o grupos de personas que se unen en torno a causas comunes también han implementado prácticas para que las ciudades sean cada vez más espacios sostenibles. Un caso que ejemplifica lo anterior son los colectivos de bicicletas en Bogotá, con los que ha trabajado la profesora Paola, los cuales buscan descarbonizar el sector del transporte ofreciendo alternativas de movilidad que tengan menos impactos ambientales y que minimicen los riesgos que el automóvil tiene sobre los cuerpos y el territorio.
Aunque pareciera aislado el riesgo que genera un automóvil, lo cierto es que este medio de transporte tiene una serie de amenazas constantes. Por un lado, afecta de manera directa a otras personas, puesto que “los siniestros viales anualmente cobran alrededor de 1.3 millones de vidas globalmente y los siniestros viales son la principal causa de muerte entre personas jóvenes a nivel global”. Por otro lado, representan “una amenaza para el territorio urbano porque esta necesidad de construir infraestructura para el automóvil, cosas como autopistas y grandes avenidas fracturan la integridad territorial y además supedita la movilidad privilegiada de algunas personas a la inmovilidad de otras (…) así como la automovilidad es un privilegio, sus efectos también están distribuidos de manera muy inequitativa en la sociedad. Entonces, sabemos que las externalidades negativas del automóvil recaen principalmente en cuerpos y territorios racializados y empobrecidos, es decir, en la frontera extractiva, pero también en las ciudades quienes respiran el peor aire son las personas en los barrios más marginales”. Sin hablar de las consecuencias que estos tienen sobre nuestros cuerpos por el aire contaminado que respiramos día a día.
La invitación que nos hace la geógrafa Paola Castañeda es ver los problemas desde una mirada multiescalar para entender el impacto que tiene, en este caso, el automóvil, cuyas consecuencias repercuten en múltiples escalas y distintos lugares. Es así como “(…) estas relaciones metabólicas de las cuales depende nuestro actual sistema de movilidad están atravesadas por unas grandes injusticias sociales, injusticias ambientales que podemos apreciar solamente cuando hacemos un zoom out y dejamos de ver las emisiones como algo que sucede en el exhosto y empezamos a ver el sistema de movilidad urbana como algo que genera interconexiones escala planetaria”. A pesar de esta crisis generada por los medios de transporte modernos, es evidente que hay movilizaciones sociales, en todo el sentido de la palabra, que buscan alternativas frente a un modelo que ha excluido a la naturaleza y otros seres en las relaciones con el planeta. Estas acciones que llevan a cabo grupos o personas resultan importantes para la profesora Paola, ya que se pueden establecer vínculos que conecten los planteamientos teóricos con las iniciativas de la sociedad, para que cuando volvamos a mirar por la ventana nos demos cuenta de que la naturaleza y la sociedad son dos elementos que resultan estar más relacionados de lo que creemos.