A pesar de las diversas maneras en que uno podría entrar al pensamiento de Gilles Deleuze, una de las más fructíferas es comprendiendo su proyecto filosófico a partir de lo que él denomina un “empirismo trascendental”, que resume su pensamiento como una filosofía de la paradoja. Si bien parecería que entre el empirismo de Hume y la filosofía trascendental de Kant no hay forma de llegar a un encuentro posible, Deleuze logra renovar a su manera el sentido de lo trascendental en Kant, haciéndolo compatible con una concepción del empirismo en el que este no se resuma a una teoría del conocimiento que se funda en las impresiones que afectan a un sujeto, sino donde el sujeto se constituye mientras se experimenta. Logra así que, en la vía de Kant, el pensamiento esté muy atento a sus operaciones y a su propia naturaleza, con el fin de demarcarse del “buen sentido” y del “sentido común”, que lo llevan al dogmatismo y al conformismo. De esta manera, Deleuze plantea una manera inédita y fructífera de hacer filosofía, que devuelve al pensamiento su capacidad de inventiva, para salir de lo que él llama la “imagen de pensamiento”, que arruina el pensamiento, pues en vez de permitirle pensar, lo condena a simplemente reconocer.
En este curso, dirigido a estudiantes de Filosofía que cursan los últimos semestres de la carrera, recorreremos la génesis que lleva a Deleuze a plantear su filosofía como un empirismo trascendental, a partir de fragmentos de sus monografías iniciales sobre Hume, Kant, Nietzsche, Proust, Bergson, de su encuentro con el pensamiento de Simondon y una lectura detenida de algunas secciones de Diferencia y repetición, libro denso y de difícil lectura. Además de adentrarnos en el mundo de los personajes conceptuales deleuzianos, el curso será también una buena ocasión para repasar algunos conceptos centrales del empirismo de Hume y del proyecto crítico de Kant.