Los hechos ocurridos el día de ayer miércoles 3 de abril en el cual un grupo de personas fue convocada a través de las redes sociales para protestar enfrente de las instalaciones del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) por el bloqueo de la vía que se viene dando a través de LA MINGA DEL SUROCCIDENTE POR LA DEFENSA DE LA VIDA EL TERRITORIO LA DEMOCRACIA LA JUSTICIA Y LA PAZ, representa la expresión más contundente de que la intolerancia y la desinformación han tomado control de la situación que se vive actualmente en el suroccidente colombiano. La información malintencionada y descontextualizada que circula a través de las redes revela igualmente una búsqueda desesperada por exacerbar los ánimos y facilitar la salida hacia soluciones militaristas y autoritarias que en nada contribuyen a resolver el problema de fondo y que por el contrario, terminan alentando los odios racistas y refuerzan las burdas representaciones de la diversidad étnica y cultural que históricamente han caracterizado el suroccidente colombiano y en particular el departamento del Cauca.
Como profesores universitarios hacemos un llamado a las partes en el conflicto, las autoridades municipales y departamentales, los partidos políticos, empresarios, iglesias, las fuerzas vivas y toda la ciudadanía en general en el departamento para que no difundan ideas falsas y noticias fabricadas por las redes que en nada contribuyen a comprender y buscar salidas al conflicto que ya va a cumplir un mes de bloqueo. Es necesario entender que los conflictos estructurales que enfrenta el Cauca se soportan en datos estadísticos históricos donde la tenencia de la tierra, por colocar un ejemplo, no remite solo a un asunto de extensión sino también a unas concepciones, uso, calidad del suelo y capacidad productiva. Lo mismo acontece en el tema de salud, vivienda y educación entre otros reclamos. Las reivindicaciones y demandas de los pueblos indígenas, campesinos y afros tienen alcances y limitaciones, y de eso se trata justamente la negociación y el diálogo. Por contraste lo que vemos en días recientes, es una escalada de violencia virulenta, física, simbólica y virtual, que bajo un supuesto principio de presión termina afianzando imaginaciones negativas, racistas y de no convivencia que le hacen daño a los procesos de formación en todos los niveles.
Por ello, y como conocedores de la diversidad étnica y cultural de nuestro departamento, instamos a la sociedad en general a no dejarse llevar por mensajes malintencionados y odios étnicos, e invitamos a que se busquen alternativas razonadas que se enmarquen en principios de tolerancia e interculturalidad donde todos quepamos con nuestros derechos en un territorio que nos alberga y nos albergará históricamente. La Minga como una estrategia de movilización social debe ser respetada pero también debe invitarse a que los mingueros entiendan que hay otras poblaciones que también tienen voz y derechos, que deben ser considerados en un espacio amplio de concertación participativa y democrática, sobre cualquier forma de violencia física desmedida.
Tomado de
https://www.unicauca.edu.co/versionP/documentos/comunicados/comunicado-la-opini%C3%B3n-p%C3%BAblica-del-departamento-de-antropolog%C3%ADa