El tiempo y el espacio para los Misak
En la cosmovisión misak el tiempo no es lineal, es decir que no se concibe con un comienzo y un final, sino como un continuo devenir, que se enrolla y desenrolla dando a la vida una visión permanente de la posibilidad de retornar al centro y origen de cada quien, centro que no es otro que el hogar y la comunidad.
Los misak tenemos un punto o lugar de referencia para nuestra concepción del tiempo, a partir del cual desarrolla su espacio hasta abarcar el territorio y el mundo; este punto primigenio se conoce como NAK CHAK, -cuya traducción más cercana es cocina-más específicamente del fogón, NAK KUK, plano del fuego o candela. En torno a ella giran y se relacionan los miembros de la familia; es allí donde se enseña y se aprenden las tradiciones de nuestro pueblo y desde donde se desarrolla el todo.
Alrededor de este punto de referencia se van desenvolviendo espirales espaciales cada vez más amplios, que el misak diferencia y distingue en su ciclo de vida.
La música y la danza tradicional no son ajenas a esta noción dado que tienen una significación cultural, un orden, una disposición lógica estrechamente ligada al ciclo de vida de los misak desde una función que se inscribe en un contexto eminentemente ritual, entendiendo la ritualidad como tradición viva. Se trata de la unificación de lo mítico en y desde la existencia; no se trata entonces de lo musical como adorno artificioso. En este sentido se hace necesario hablar de un espíritu de la música que trasciende lo ornamental para desarrollarse en el tránsito de lo cotidiano hacia la unificación con los elementos fundadores de la cosmovisión. Es así que la música se establece como elemento fundamental en nuestra persistencia vital y cultural. Sus notas musicales, como ocurre en otros pueblos, nos identifican con nuestra gente, con nuestro territorio y nuestras costumbres. La música nos acompaña desde antes del nacimiento (pre concepción) y hasta después de la muerte (Regreso espiritual), moldeando nuestra cultura y contribuyendo a formar nuestro perfil «étnico».
Primer Espiral: Nacimiento
1. TAP YEM (Noche buena)
Cuando termina el periodo de gestación de la mujer, la partera prepara la llegada de un nuevo ser en la familia, creando un ambiente de confianza y familiaridad con la madre que va a dar a luz, atendiendo el parto en su propia casa rodeada de parientes cercanos en un entorno conocido brindándole seguridad.
La partera invita también a los músicos, para que “ayuden” en el alumbramiento, construyendo un camino suave, ideal para al niño y evitar su sufrimiento además de aliviar los dolores de la madre.
Los músicos se sitúan fuera de la casa y de acuerdo a las indicaciones de la partera se acercan o se alejan de la vivienda; durante este tiempo interpretan esta pieza musical mientras se realiza la danza de la noche buena, danza ritual del nacimiento. Esta es una pieza que transmite alegría, gozo y ternura, ya que el nacimiento de un hijo es un momento muy importante para la pareja misak y para toda la familia.
Al igual que muchos otros ritos, este fue apropiado por la iglesia católica, que obligaban a los misak, a interpretar la música y realizar la danza en el recinto de la iglesia, la noche del 24 de diciembre de cada año, en ocasión del nacimiento del niño Dios.
Segunda Espiral: Niñez
2. UNO KUAIK PAILEIK (El angelito)
La pieza “El Angelito” se usaba dentro del ritual mortuorio de un niño. Cuando un niño muere, existe la creencia que él o ella pasa a la otra vida sin sufrir ni conocer el pecado. Para este ritual se hacía un altar solemne con paños de colores en forma de arco adornado con flores, collares y cruceros hechos en plata, como ofrendas al niño que se va. Luego el niño se coloca dentro del altar y comienza el baile. En algún momento alguien, que por lo general es la persona de mayor edad y autoridad de la casa, saca al niño del altar, lo carga, luego lo pasa a la primera pareja que está bailando, que generalmente son los padres del difunto, y en ese momento ellos lloran por el dolor de la pérdida de su hijo.
Esta muerte se celebra pues se considera que ella libera a la criatura de una vida de sufrimiento. Si este ritual no se celebra en el momento de la muerte, al año los padres deben hacer una minga, construir un altar, hacer un muñeco enchumbado (atado) como símbolo del niño, cargarlo y bailar con él.
También se realiza una minga zonal de trabajo agrícola, y en la noche se interpreta y se danza esta pieza.
Tercer Espiral: Pubertad
3. TSAPORAP
Música interpretada, en la etapa de la pubertad, la transición de la niñez a la juventud como preparación para la edad adulta. En la aparición del primer periodo menstrual, las niñas misak deben seguir unas reglas de comportamiento y costumbres tradicionales como la que establece que la adolescente debe ser guardada por cuatro días dentro de una choza especial construida por su familia, ubicada fuera de la casa, llamada MICHIYA. Durante este tiempo debe realizar trabajos manuales orientados por su madre; la alimentación es especial, se realizan baños con plantas medicinales y debe vestirse con trajes nuevos, simbolizando una buena salud y economía en el futuro, constituyendo un entrenamiento para ser trabajadora esposa, madre y ama de casa.
El último día, acostumbraban a realizar mingas familiares y la encargada de atender a los invitados es la adolescente; antes de empezar a servir los alimentos, debe bañarse las manos con una planta llamada WAÑUKTSI o planta rendidora, que favorece la abundancia y atrae la prosperidad. Ya en la noche se hace presente el médico tradicional para hacer la limpieza espiritual, tras lo cual la adolescente danzará por primera vez, cuatro piezas mientras los músicos interpretan esta pieza.
Esta transición es la etapa más importante en la mujer misak donde se toma en serio los conocimientos, las enseñanzas, las normas, los consejos, que transmiten los mayores para relacionarse armónicamente con la sociedad y la naturaleza.
Cuarto Espiral: Adulto
4. KASHIRAIK YEM (El matrimonio)
Cuando los recién casados llegan a la casa, se encierran en una pieza para el KUACHIP o momento en que los padrinos aconsejan a los recién casados acerca del comportamiento que deben llevar durante su unión. Los músicos son instalados en la sala, y estos, por medio de la música, deben llamar a los nuevos esposos y a las personas que se encuentran encerradas en la pieza para que salgan a bailar, repartir el aguardiente y así poder comenzar la fiesta. Cuando la pareja se adentra en la sala, los músicos se ponen de pie, debido a que la sala se atesta de los invitados y no dejan ver bailar a los recién casados.
Este baile tiene una duración aproximada de entre tres y cuatro horas y la pareja debe bailar sin descanso durante este tiempo. En el baile participan también los padrinos y los padres de cada cónyuge, y algunos invitados. Tanto los recién casados como los padrinos llevan una vela que no debe apagarse mientras bailan; si esto sucede existe la creencia que se trata de un mal augurio para ellos.
5. TROTRAPEN (Amanecer)
Esta es una pieza ceremonial que se toca en la madrugada, al día siguiente del matrimonio, y se debe interpretar exactamente a las cuatro de la mañana, concluyéndola alrededor de las siete.
En el ritual del matrimonio se tocan dos piezas: KASHIRAIK YEM (Matrimonio) y TOTRAPÉN (Amanecer). La primera tiene una duración acorde con la capacidad de resistencia física de los danzantes, pero la segunda suele ser interpretada con una duración exagerada. Por medio de esta exageración los músicos intentaban agotar totalmente a la novia, hasta hacerla retirar del baile debido al cansancio; si esto sucedía, los invitados murmuraban todo tipo de comentarios, decían que el matrimonio no duraría mucho tiempo, o que ella no sería una buena esposa. Para evitar esto la novia tenía que resistir hasta el final, además de no dejar apagar la vela.
6. KOLLIELAY WAM (Himno guambiano)
Así como la música Guambiana emplea una lógica musical diferente, lo mismo ocurre con la lingüística en nuestra lengua: no existe la palabra música o alguna palabra para referirse al músico, y tampoco existe el verbo cantar. A ellos sencillamente se les nombra por la acción que realizan en el momento de tocar. La música de esta pieza fue recopilada por el Taita: Pedro José Muelas Hurtado. Originalmente era tocada por los habitantes del resguardo de Quizgó y su texto fue escrito en 1983 por Máma: Bárbara Muelas Hurtado. Posteriormente fue oficializado por el cabildo en 1996, y en su letra está sintetizada la historia del pueblo Guambiano, siendo este himno, una de las primeras canciones escritas y cantadas en nuestra lengua.
Quinto Espiral: Viaje Espiritual
7. KUEIKWAN UTRIK (Fúnebre)
Los misak creemos que la muerte es un viaje hacia el KANSRO, o mundo de los muertos. Cuando alguien muere, los familiares depositan en su féretro objetos personales, alimentos, dinero, y los elementos necesarios para este viaje; cuando el muerto es un niño, depositan también velas y fósforos para que él se pueda desplazar sin tropiezos, en los tramos oscuros del camino. Durante los tres días que dura el velorio, la comunidad se solidariza con la familia, llevando leña, alimentos y dinero en efectivo.
En el trayecto de la casa al cementerio, los familiares y amigos más cercanos cargan al muerto, y es durante este recorrido que se interpreta esta pieza musical.
Sexto Espiral: Regreso Espiritual
8. PIPIK PONSREIK (Las ofrendas)
Esta pieza se toca el 2 de noviembre, día de las ofrendas, porque se cree que ese día los espíritus de nuestros antepasados regresan del KANSRO, el mundo Y espacio de los muertos para compartir los alimentos y para juzgar lo que hacen sus descendientes.
Esta tradición de Las ofrendas es muy antigua, y la comparten muchos pueblos indígenas de este continente. Las familias en cada casa colocan alimentos en todas las formas de cocción, en memoria de cada uno de los parientes fallecidos, y los nombran hasta donde la memoria los recuerda. También tocan música tradicional en su memoria.
Esta tradición fue recogida por la iglesia católica, y en Guambía hoy en día gran parte de este ritual se lleva a cabo en el recinto de la iglesia de Silvia.
9. YALI MISRAR (Los disfrazados)
Esta pieza musical es empleada durante todo el mes de noviembre; en las noches se reúnen numerosos grupos de personas, todos ellos disfrazados representando a los espíritus que regresan, y recorren la comunidad de casa en casa, llevándose con ellos a los músicos.
Al llegar a una casa, el dueño de ésta debe atenderlos y compartir las ofrendas con ellos, mientras que los visitantes realizan una danza cuya coreografía es totalmente distinta a la usualmente conocida. Se nombra un capitán y los demás forman una hilera, uno detrás del otro; el capitán, quien va adelante, realiza distintos giros que los demás deben repetir. También el capitán lanza ciertos jipidos, los cuales son contestados por los demás. Dentro de la coreografía realizada están los espirales, que simbolizan el devenir de nuestra vida dentro de la cosmogonía guambiana.
Actualmente la manera de disfrazarse ha cambiado notoriamente. Antes se usaban vestidos o disfraces de personajes propios de los mestizos, por ejemplo, se ponían saco y corbata representando al alcalde, al patrón, al mayordomo, al cura, etc., como una manera de ridiculizar las creencias impuestas por los mestizos pues, según ellos, cuando moría una persona había que enterrarla vestida con saco y corbata para que pudieran entrar al cielo
Notas
1. A diferencia de otros sistemas de organizaciones sociales en las que lo espiritual fundamenta lo social como el caso del judaísmo, los misak parten de una visión cósmica desde dentro; esto permite la diferenciación de otros sistemas culturales desde la visión en lo interno. Este movimiento ha permitido al misak, por un lado, sobrevivir a fenómenos sociales como la conquista española y, por otro lado, pervivir entre situaciones como la actual globalización, sin perderse a sí mismo. La pluralidad así entendida, permite el reconocimiento del otro en su realidad –sin menosprecio o pretensiones mesiánicas de ningún tipo-. Es por ello que se habla de culturas, músicas etc.