Transcripción de repuestas enviadas en audio a cuestionario de OPCA, por Julián David Ramírez, Monitor OPCA
1 ¿Cuál es la importancia del patrimonio subacuático en general y para Colombia en particular?
Las políticas del patrimonio tienen distintos momentos que se desarrollan de manera prioritaria y con las categorías contemporáneas desde el siglo XX. Es decir, para la historia política es relativamente reciente el tema del patrimonio cultural. Si bien esta noción está asociada a un proceso de reconocimiento del conjunto de elementos que harían parte de las identidades de las sociedades contemporáneas se ha fundado principalmente en el aspecto material y monumental (tanto así que se llamaron monumentos en un determinado espacio de tiempo) y por otra parte, en el reconocimiento de ciertas características inmateriales que estarían asociadas a unas identidades sociales. En ese conjunto de elementos materiales e inmateriales que permiten, a lo largo del S.XX, construir un vínculo entre población y territorio, vía la historia. Vía un tercero, el pasado, se convierte en un elemento vinculante entre las sociedades y el territorio que habitan. Ese elemento vinculante se construyó fundamentalmente en tierra y a través del conjunto de elementos materiales que se identifican cotidianamente y aquello que estaba sumergido, el conjunto de objetos de origen antrópico producto de la actividad humana, habían quedado relegados al ámbito de la imposibilidad o la pérdida de esos objetivos. Puesto que en la mayoría de casos no había la posibilidad de rescatarlos. Es solo en los desarrollos técnicos de la segunda mitad del siglo XX en donde comienza a ponerse de manifiesto la capacidad humana de llegar a los bienes de origen antrópico que estaban sumergidos y por supuesto se desarrolla una discusión al respecto de la importancia de esos bienes como elementos patrimoniales. Es por eso, que comienzan a desarrollarse instrumentos locales, nacionales e internacionales para la protección de esos elementos que como todos los demás dan cuenta de los procesos sociales que se han vivido en un territorio específico. Pero la importancia mayor es que vincula las aguas dentro de la concepción territorial de las naciones. En el caso de Colombia resulta particularmente relevante este hecho, puesto que este ha sido un país construido desde tierra que valida de manera prioritaria la tierra como elemento de posesión, identidad y territorialización, mientras que las aguas parecieran estar en un segunda plano. El patrimonio cultural sumergido, para el caso colombiano, permite señalar que el territorio colombiano está constituido por tierras y por aguas y que en esas aguas se han dado procesos, se han desarrollado sectores, se han dado actividades humanas de las sociedad que habitan este territorio y que son partes constitutivas y fundamentales de su historia y por lo tanto de la identidad nacional contemporánea Ese quizás es el aspecto clave para entender el patrimonio cultural sumergido hoy en día.
2. En el año 2013 se firmó por parte del presidente de la república la ley 1675 “Por medio de la cual se reglamenta los artículos 63, 70 y 72 de la Constitución Política en lo relativo al patrimonio cultural sumergido.” ¿En qué estado se encuentra la reglamentación?
La Ley está reglamentada en el decreto 1698 del 2014 y que fue compilada dentro del decreto único del sector cultura (el decreto 1080 del 2015).
3. ¿Sabe si hay acciones en curso en las cortes colombianas en contra de la Ley 1675?
No hay acciones en curso.
4. Tras los diferentes anuncios en medios de comunicación sobre la localización del Galeón San José por parte de un equipo científico liderado por el ICANH. ¿En qué estado o punto se encuentran las actividades o acciones previstas para con dicho pecio?
En el ámbito del proceso de investigación el proyecto de investigación en patrimonio cultural sumergido que desarrollamos actualmente en aguas contiguas al departamento de Bolívar permitieron el desarrollo de una prospección de 72 millas cuadradas en donde se hizo una caracterización de los materiales ubicados a lo largo de ese polígono. Uno de los hallazgos corresponde a un pecio del S.XVII que fue estudiado con sensores remotos de manera integral entendiendo el volumen, el contexto, las condiciones físico-químicas del sitio en donde se encuentra, entendiendo las condiciones oceanográficas y el conjunto de factores hidrológicos que están involucrados en el proceso de formación del sitio y eso se ha comparado con el análisis histórico que se ha desarrollado a partir de documentos de archivo. Poner en juego estos distintos elementos ha llevado a que se pueda hacer una caracterización del sitio y podamos inferir, dentro de unas hipótesis, que esperamos sean muy cercanas a la realidad, la manera como se debe estructurar una metodología para la intervención arqueológica de este pecio.
Parte de los procesos de construcción lógica, para plantearnos la metodología de intervención, son: la planimetría, la magnetometría, un análisis fotográfico y, en consecuencia, hemos tenido la oportunidad de trabajar de manera comparativa, entre los elementos que están en la superficie del lecho marino con las distintas colecciones arqueológicas en el mundo que nos permiten entender, que se trata en efecto del Galeón San José. Es decir, el proceso de identificación del pecio ha sido posible avanzarlo con los elementos que hasta ahora tenemos. Actualmente, discutimos el conjunto de elementos que permitirían adelantar la intervención; estos elementos son: un aspecto de metodología general, tanto en la manera como abordamos el yacimiento en su conjunto y los distintos sitios en donde hay materiales arqueológicos; discutimos, en el marco de esa metodología general, los aspectos específicos a las técnicas que puedan ser aplicables en la intervención arqueológica de cada uno de los sitios. En ese sentido la discusión sobre el manejo de la estratigrafía, el manejo del registro: en lo alto, en lo ancho y el en fondo. Resultan fundamentales puesto que aquí pareciese ser, que se trata de un sitio que construye, el mismo, su propia estratigrafía. En consecuencia, no se trata de una estratigrafía de sedimentación cronológica, sino se trata de un proceso de sedimentación propio de la transformación misma del sitio arqueológica. Esa discusión específica, se traslada al ámbito técnico, puesto que la manera como descendamos o avancemos en el proceso de excavación corresponderá a las cualidades mismas del yacimiento arqueológico, el sitio arqueológico y requerirá unos esfuerzos específicos prepararnos técnicamente para esa metodología, implica vincular en el ámbito de la robótica, no solamente el instrumento de excavación, sino el instrumento para el control de la excavación y el registro adecuado en el ejercicio de la excavación. Actualmente el ICANH participa de estas discusiones metodológicas, técnicas y logísticas que permitirán llevar adelante una intervención y que deben tener, en todo caso, en cuenta la parte de la conservación, puesto que no es posible pensar en un proceso de intervención si la parte de la conservación no está garantizada. Intervención tiene una discusión metodológica, la conservación tiene también una discusión, que en este caso involucra de manera prioritaria una serie de procedimientos asociados a una infraestructura que actualmente se está trabajando y coordinando desde este Instituto.
5. ¿Hay planes para ampliar la búsqueda a otros pecios conocidos? ¿De cuáles?
No, el campo normativo colombiano permite avanzar en la búsqueda de otros pecios. Pero, fundamentalmente, identifica que parte de las responsabilidades públicas es la elaboración de un inventario general de bienes sumergidos. En ese sentido el ICANH (Instituto Colombiano de Antropología e Historia) adelanta, o se plantea, mecanismos de comunicación con las autoridades marítimas y con las entidades académicas que se vean relacionadas o interesadas en el patrimonio cultural sumergido.
De manera autónoma el Icanh adelanta un proceso de puesta en valor de un sitio arqueológico en Bocachica.