Por: Samuel Guerra
Hace poco, los medios de comunicación, las conversaciones cotidianas y las redes sociales se han enfocado en hablar en torno a la muerte del papa emérito Benedicto XVI. Quien, a pesar de estar lleno de polémicas y cuestionamientos, tenía una base de seguidores muy amplia en Colombia y en el resto del mundo. Es esto lo que permite recordar que las creencias religiosas, junto a sus figuras de culto, están fuertemente pegadas en cualquier sociedad. Este dato no es menor, pues en un país como el nuestro, en donde es inmensa la expresión de la diversidad étnica, cultural y social, la religión juega un papel hegemónico que logra unir a la fragmentada sociedad colombiana. Lo más interesante, o quizá espeluznante, es que es el catolicismo el que pudo conquistar a la población nacional, cuando esto no parece acorde con nuestro origen lleno de culturas indígenas. El catolicismo se instauró como el deber ser, un punto de acuerdo en la sociedad que construyó una cohesión social. Por ello, valdría cuestionar, ¿Qué ocurrió con las creencias de cada territorio? ¿Es qué acaso la histórica variedad colombiana no llega a lo espiritual?, y ¿Dónde quedo el legado de los mitos y leyendas del país?
Colombia no ha tenido siempre un alto índice de católicos/as, de hecho, tratar de buscar un punto génesis del catolicismo en Colombia es sencillo: la conquista española1. Como bien sabrá el lector, el territorio, por ese entonces habitado por múltiples comunidades indígenas, pronto se volvió la escena de un gran crimen; masacres, explotación y apropiación de bienes. Junto a ello, hubo una exaltación a lo europeo y un proceso de erradicación a lo diferente, un blanqueamiento. Los descubridores del “nuevo mundo” se mostraron a ellos mismos como sinónimo de desarrollo y civilización, y asignaron a los indígenas, con sus culturas, como “salvajes” y “sucios”. De esta manera, buscaron “reparar” y “ayudar” a esos pueblos, erradicando sus creencias no monoteístas y evangelizando a la mayoría de la población2. Fue entonces que la correcta deidad a seguir era la europea, y así, de pronto el sol y la luna dejaron de ser dioses y se convirtieron en no más que espectadores de aquel brutal suceso.
Como sociedad nos desarrollamos en torno a la fe, haciendo que esta permee en la arquitectura, los gestos e incluso en lo político. Así lo vivimos hoy en día al notar que las plazas de cada pueblo se encuentran a ras de una iglesia y, además, al ver que las figuras de culto (que son de piel blanca, pelo lacio y ojos claros) son parte del panorama actual. Esos son algunos de los abundantes ejemplos de la intervención católica en el desarrollo sociopolítico, pero permítame traer a colación uno más reciente. En el 20173, durante un debate en el congreso, un miembro de la cámara de representantes, llamado Silvio Carrasquilla4, hizo uso (de inicio a fin) de citas bíblicas con el fin de defender su postura a favor de restringir la adopción. Dejando en el aire frases como: “La Biblia tiene más fuerza que todo” y “la Biblia es primero que la Constitución”. Este hecho (además de evidenciar la incompetencia del congresista) demuestra el legado monoteísta que el colonialismo e imperialismo logró establecer en el territorio. Desde la imposición de esa creencia hasta nuestros días, se ha notado como la intervención católica no ha sido estática y, por el contrario, se transforma continuamente, conservando así cierto poder.
Ese trato especial genera una “satanización» a los diferentes ritos indígenas, sepultando así una parte de la diversidad e historia colombiana. Un ejemplo de aquel estigma ocurrió (de nuevo) en el congreso: mientras se buscaba ratificar el Acuerdo de Escazú5, el representante a la cámara Óscar Villamizar acusó de que se estaba haciendo brujería en el congreso. Esto cuando en verdad se realizaban costumbres ancestrales de la comunidad indígena muisca6. Aquella acusación muestra como hemos desconocido lo propio, un rechazo a una cultura a la que le debemos nuestras raíces. Es ignorar el legado muisca, la civilización que con su idioma se le dio nombre a Bogotá (derivado de “Bacatá”), y al mismo tiempo al punto sur y norte de la capital, Soacha y Chía (respectivamente significan “Sol” y “Luna”). Aquel olvido a lo propio hace recordar al congresista Carrasquilla7, quien tenía razón, cronológicamente, al decir que “la Biblia es primero que la Constitución”, sin embargo, ignoró que la deidad Ytaylas (en Bolívar) fue primero que la biblia (Alcalá, 2013). Vale recalcar que Carrasquilla cuenta con circunscripción de ese departamento. Parece entonces que aquellos que representan a los 50 millones de colombianos/as están lejos de preservar la cultura tan diversa, si no que buscan invisibilizarla y construir (imponer) una hegemonía.
La ausencia de representación indígena hace más daño de lo que parece, véase no más lo que está ocurriendo con la comunidad Tukano8. Este grupo indígena tiene un fuerte vínculo con la naturaleza, la cosmología y sus tradiciones culturales. Es tanto aquel vinculo que los Tukanos aprovechan su espacio en las amazonas para adorar a espíritus de animales y agradecer a dioses que les proporcionan los bienes naturales. Sin embargo, la poca voz que han tenido junto a la represión que sufren los pone en riesgo; su cultura no es vista como relevante ni como justificación suficiente para evitar la explotación de recursos naturales en su territorio. Aunque todavía haya algunas comunidades Tukano que mantienen y resisten sus creencias religiosas y culturales, hay temor frente a la posibilidad de que no se toman medidas que cuiden la diversidad del país. El congreso no debe centrarse en cuidar e imponer cierta religión, esa imposición asesina culturas y no representa a todo el territorio.
Si bien usted podría afirmar que el catolicismo tiene todo el motivo de estar en el congreso, pues es ahí en donde se representa a cada colombiano/a del país, valdría preguntarse por el resto de las creencias. Vimos antes cómo son ignoradas y señaladas de “brujería”, eso demuestra una desigualdad espiritual. Es así como vale mencionar los artículos 7 y 8 de la Constitución, que dicen que el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural del país, y también dicta que, es una obligación del Estado proteger las riquezas y las culturas. Si la Constitución dice así, entonces, ¿Qué ocurrió con los artículos 7 y 8? El país debe garantizarle un espacio de participación a las creencias que marcaron nuestro pasado, pues es así como se reconoce que la historia de Colombia no inicia con la llegada de Colón; había culturas y vidas antes. También, se debe generar cierta incomodad mostrando abiertamente estos cultos, para así eliminar los estigmas que hay sobre las creencias indígenas, no pensar más que esas culturas son estáticas y lejanas a lo propio. Quizá así podamos construir juntos, en nuestra diversidad, un país con más democracia y menos odio a la diferencia.
NOTAS
1. Visto en diversas fuentes históricas, recomiendó: Gonzales, F. (2010). Evangelización o conquista espiritual. La Iglesia colombiana en la Conquista y la Colonia. Colombia preguntas y respuestas sobre su pasado y presente. 2. Hubo resistencia de muchas que llevo a una mayor tortura. Más información en: Montoya, C., & Prbo, F. C. La evangelización en comunidades indígenas: una perspectiva canónico-pastoral. 3. Hecho en: Cuartas (2017) el congresista que cambió la Constitución por la Biblia para legislar. El Espectador. Enlace: https://www.elespectador.com/politica/silvio-carrasquilla-el-congresista-que-cambio-la-constitucion-por-la-biblia-para-legislar-article-693305/ 4. Valga mencionar que fue reelecto y hoy en día sigue en el congreso a mano del partido liberal. 5. Hecho en: Politica. (11 de octubre de 2022) Mujer acusada de brujería en la votación del acuerdo de Escazú. El Tiempo. Enlace: https://www.eltiempo.com/politica/congreso/acuerdo-escazu-la-mujer-acusada-de-brujeria-en-la-votacion-en-el-congreso-708887 6. Tejiendo junto a unas velas y un peluche de Ernesto Pérez Frailejón. (El Tiempo, 2022) 7. Antes mencionado, citador de la Biblia en debate. 8. Comunidad indígena ubicada en el Amazonas, habita tanto en Colombia como en Brasil. |
REFERENCIAS
- Gonzales, F. (2010). Evangelización o conquista espiritual. La Iglesia colombiana en la Conquista y la Colonia. Colombia preguntas y respuestas sobre su pasado y presente.
- Montoya, C., & Prbo, F. C. La evangelización en comunidades indígenas: una perspectiva canónico-pastoral.
- Cuartas (2017) el congresista que cambió la Constitución por la Biblia para legislar. El Espectador. Enlace: https://www.elespectador.com/politica/silvio-carrasquilla-el-congresista-que-cambio-la-constitucion-por-la-biblia-para-legislar-article-693305/
- Ostler, N. (1998). El idioma chibcha y sus vecinos-vista genética y tipológica lenguas y literaturas chibchas. Estudios de lingüística chibcha.
- Alcalá, J. E. A. (2013). Los yurbaco. La cultura de un pueblo indígena a la llegada de los españoles en el siglo XVI.
- (11 de octubre de 2022) Mujer acusada de brujería en la votación del acuerdo de Escazú. El Tiempo. Enlace: https://www.eltiempo.com/politica/congreso/acuerdo-escazu-la-mujer-acusada-de-brujeria-en-la-votacion-en-el-congreso-708887