Hecho por: Juan Pablo Quintero Paiba
La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia trajo consigo promesas de transformación en una de las áreas más críticas de la política nacional: la lucha contra las drogas. Durante su campaña y primeros meses de gobierno, Petro insistió en la necesidad de abandonar el enfoque tradicional de represión y erradicación forzada aplicado por gobiernos anteriores. En su lugar, su administración incorporó una nueva política de drogas basada en dos pilares fundamentales: asfixia y oxígeno. El primero busca concentrar los esfuerzos policiales y militares en debilitar la capacidad rentista y de agencia que tienen los principales nodos del sistema criminal. Asfixia rompe con el paradigma precedente de erradicación directa al concentrarse en desmantelar la estructura financiera del crimen organizado, en lugar de simplemente atacar los cultivos. Por otra parte, el enfoque de oxígeno busca promover la rehabilitación económica y social en las zonas afectadas por el yugo del narcotráfico, con el fin de ofrecer alternativas sostenibles a los campesinos que dependen de los cultivos ilícitos. En línea con esta visión, el gobierno nacional se comprometió a reforzar el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS) y a integrar sus políticas ambientales y de Paz Total dentro de un proyecto más amplio de transformación rural. Una vez superados los dos primeros años del mandato de Gustavo Petro, surge una pregunta fundamental: ¿Ha conseguido su política de drogas generar un impacto real en la lucha contra el narcotráfico? Esta columna analiza los avances y desafíos de dicha estrategia, comparando sus resultados y teniendo como referencia los alcanzados por el gobierno inmediatamente anterior.
Una vez aclarados los puntos principales de la política antidrogas del gobierno Petro es pertinente sentarnos a hablar sobre su efectividad. Para lograr el anterior propósito, es necesario remitirnos a evaluar los resultados obtenidos en dos áreas fundamentales: toneladas de cocaína incautadas y hectáreas con cultivos ilícitos en el territorio. En primer lugar, Gustavo Petro afirmó en un trino en la red social X que, durante su primer año de gobierno, se incautaron más toneladas de cocaína (713) que en el primer año del gobierno de Iván Duque (453) (Gustavo Petro, 2024). Aunque esta comparación es cierta, presenta una diferencia temporal que genera un sesgo analítico. Lo más adecuado sería comparar los resultados del último año del gobierno de Duque con el primer año del gobierno de Petro. En este caso, las cifras del ministerio de Defensa Nacional (2023) nos muestran que bajo Duque se incautaron 695 toneladas, mientras que bajo Petro fueron 576, lo que refleja una reducción del 7% en las incautaciones. Si bien, en un primer momento parece que la política antidrogas de Gustavo Petro es inefectiva, durante solo el año natural de 2023, el número de toneladas de cocaína incautadas ascendió a 746, constituyéndose como el año de mayor incautación en la historia del país. La conclusión que podemos extraer es que la política antidrogas de Petro ha logrado un avance significativo en debilitar el recaudo financiero de las organizaciones narcotraficantes ¿Será suficiente?
Ahora, es pertinente evaluar lo que sucede con el segundo aspecto ¿Cómo avanza o retrocede el país en materia de las hectáreas con cultivos ilícitos? Los últimos dos años del gobierno Duque se caracterizaron por una tendencia al alza con respecto a las hectáreas de coca sembradas en el territorio. Según la UNODOC, el año 2022 cerró con una cifra de 230.000 hectáreas de coca sembradas en Colombia. Sin embargo ¿Cuál fue el comportamiento de este indicador durante el primer año de gobierno de Gustavo Petro? Según cifras de la Policía Nacional, las hectáreas con hoja de coca en el año de 2023 ascendieron a un tope de 256.000 y cerraron el año en un total de 246.000. Hoy en día, en Colombia se cultiva más coca que nunca. Sin duda alguna, esta problemática obedece a la ausencia de una herramienta efectiva para la sustitución de cultivos ilícitos, así como a la situación de conflicto armado exacerbado por los fallidos diálogos de paz con la guerrilla del ELN. A su vez, el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS), uno de los pilares que el gobierno Petro ha buscado fortalecer, enfrenta serias dificultades desde su creación en 2017. A las más de 100.000 familias campesinas afiliadas aún no se les han cumplido las promesas hechas, y solo un 10% de los beneficiarios ha logrado hacer una transición efectiva hacia la legalidad. De hecho, y con relación al cumplimiento del programa, en el año de 2023, el presidente Gustavo Petro fue citado a un debate de control político en el congreso debido a que la ejecución presupuestal del PNIS alcanzó una cifra cercana al 5.8% (El Espectador, 2024). Lo anterior, sumado al abandono de la estrategia de erradicación forzada, da cuenta de una problemática aún mayor con respecto al manejo de los cultivos ilícitos en el territorio.
Entonces ¿Qué nos queda? ¿Es acaso la lucha contra las drogas, como lo decía Juan Manuel Santos una “bicicleta estática” que no nos lleva a ningún lado? El gobierno Petro fue acertado en trasladar el enfoque represivo de la política antidrogas hacía el debilitamiento de los narcotraficantes y su estructura financiera. No obstante, este aumento de la interdicción no es suficiente. En Colombia los cultivos ilícitos aumentan año tras año, y los programas destinados a su erradicación y sustitución se vuelven víctimas de la corrupción y de la no ejecución. El PNIS, en este sentido, debería ser una entidad con aspiraciones mayores a las transferencias monetarias. Debe existir un cambio de paradigma que priorice el bienestar alimenticio y la seguridad, vinculado a su vez a un plan mayor de reforma agraria integral. Es necesario considerar que los principales enclaves cocaleros del país se concentran en Cauca, Nariño, Sur de Bolívar y Putumayo, departamentos que concentran el 50% de los conflictos entre grupos armados ¿Cómo implementar una política antidrogas efectiva y ambientalmente responsable en un país que continúa en una búsqueda interminable por la paz?
Referencias:
- UNODOC. (2023). Global Report on Cocaine. Local dynamics, global challenges. Retrieved abril 6, 2023, from https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/cocaine/Global_cocaine_report_2023.pdf
- Petro, G. [@petrogustavo]. (2024, abril 2). Comparado las incautaciones de cocaína para todo el periodo de gobierno con el del gobierno de Duque, tenemos un crecimiento de incautación del 62%, más de 1.165 toneladas. El traslado del centro de la política antidrogas de la fumigación a campesinos a la incautación a grandes narcos ha sido un éxito. [Tuit]. X. https://x.com/petrogustavo/status/1775194140973645978
- Ministerio de Defensa Nacional. (2023). Avances en la lucha contra el problema mundial de las drogas. https://www.mindefensa.gov.co/defensa-y-seguridad/datos-y-cifras/informacion-estadistica
- El Espectador. (2024, April 19). PNIS: Gobierno responde a críticas por baja ejecución en sustitución de coca. El Espectador. https://www.elespectador.com/colombia-20/petro-y-sustitucion-de-coca-como-va-el-pnis-felipe-tascon-responde-cathy-juvinao/
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