Editorial

la hambruna y la falta de condiciones básicas de salud y de acceso a agua potable que resultan del conflicto. Este año, la guerra aérea se volvió más violenta en un contexto de estancamiento del conflicto y de condiciones cambiantes a nivel internacional.

No se trata aquí de minimizar lo que está sucediendo en Ucrania. Tampoco se trata de denunciar la hipocresía de las potencias occidentales -que en ese conflicto han apoyando a las fuerzas que bombardean civiles y cometen crímenes de guerra- o el sesgo mediático internacional, aunque habría mucho de que discutir sobre esos dos elementos.

Lo importante en este contexto es entender que los diferentes conflictos internacionales se alimentan y llevan a una agravación de sus consecuencias humanitarias a nivel global.

La crisis de Ucrania le da a Arabia Saudita una oportunidad de presionar a las potencias occidentales. Por ejemplo, Estados Unidos se había alejado de la posición de Arabia Saudita después de un apoyo sin reservas al inicio del conflicto. En 2021, la administración Biden quitó a los Hutíes de la lista de organizaciones terroristas para mejorar el acceso a la ayuda humanitaria. Sin embargo, en un contexto de alza de los precios del petróleo por la invasión de Ucrania, Arabia Saudita puede ponerle condiciones al necesario aumento de su producción petrolera. La semana pasada, Arabia Saudita llamó a la comunidad internacional a tomar sus responsabilidades para proteger la producción de petróleo después de unos ataques de los rebeldes contra una refinería de la compañía saudí Aramco. El contexto internacional refuerza la posición de Arabia Saudita y reduce el margen de maniobra de las potencias occidentales que parecían privilegiar una salida negociada al conflicto. Indirectamente, la invasión de Ucrania reduce la posibilidad de una solución pacífica al conflicto yemení a corto plazo.

Por otro lado, la invasión de Ucrania también agrava la crisis humanitaria en Yemen. El país de 30 millones de habitantes importa el 90% de sus alimentos. Una tercera parte de las importaciones de trigo provienen de Ucrania y Rusia. El encarecimiento de los productos alimentarios aumenta las necesidades en materia de ayuda humanitaria. Según el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, unos 19 millones de yemenitas sufrirán hambre en los próximos meses. La organización requiere 4.300 millones de dólares para atender la crisis humanitaria en Yemen, pero la recolección de fondos se ve afectada por el contexto internacional. Indirectamente, la invasión de Ucrania empeora el balance humanitario de la guerra en Yemen.

En las últimas semanas, la invasión rusa en Ucrania se ha vuelto la principal noticia internacional. Sin embargo, no debemos olvidar a Yemen, aunque después de siete años de guerra otras crisis lo hayan desplazado de los titulares.