Editorial
Seguridad ciudadana basada en evidencia empírica
Por: Ingrid Johanna Bolívar, profesora Asistente Departamento de Ciencia Política
El paro nacional que comenzó el 28 de abril de 2021 pone de presente que en Colombia estamos en un periodo de crisis. Ahora bien, si como dice Eboussi Boulaga toda crisis “está relacionada con la falla de una función o proceso vital”, la pregunta a la que debemos responder es ¿crisis de qué? Para responder a esta pregunta, resulta útil volver sobre los síntomas que manifiestan el disfuncionamiento.
Entre ellos encontramos el hecho que, en lugar de pensar en establecer rápidamente un diálogo con los grupos que iniciaron las manifestaciones para escuchar sus demandas y examinarlas, el Estado haya recurrido de
manera inmediata a un uso desproporcional de la fuerza, especialmente en los barrios habitados por poblaciones empobrecidas y racializadas; las múltiples denuncias de acoso sexual realizadas por manifestantes en contra de miembros de la policía; el recurso a la lógica maniquea para deslegitimar la protesta expresada en la criminalización de la protesta y la idea fantasmática de la “gente de bien”; y la proliferación de mensajes emitidos por mandatarios públicos, periodistas y miembros de la sociedad civil que expresan un imaginario colonial y racista en donde se asume que a los grupos indígenas les corresponde un lugar determinado del territorio nacional (los resguardos), se les separa del resto de la ciudadanía situándolos en una categoría diferente y jerárquicamente inferior y se descarga en contra de ellos la agresividad de manera física y simbólica en el espacio público y a plena luz del día. Estos elementos nos permiten afirmar que, antes de ser una crisis económica, sanitaria o ecológica, asistimos a una crisis política; es decir, a la falla de nuestra capacidad de relacionarnos con lxs otrxs y de crear colectivamente formas institucionales que, en lugar de producir el resquebrajamiento del tejido social (compuesto siempre por humanos y no-humanos), incentiven la formación y el reforzamiento de vínculos.
¿Cómo hemos llegado a este punto? Estoy convencida que para responder a esta pregunta debemos proceder a un análisis que, por un lado y retomando a Fanon, integre dialécticamente la dimensión objetiva de la estructura social – esto es, las instituciones económicas, políticas y tecnológicas que nos gobiernan – con la dimensión subjetiva – es decir, la producción histórica del inconsciente colectivo; y que por el otro, tome en serio los aportes del proyecto decolonial latinoamericano, estableciendo una relación diacrónica entre nuestra historia colonial y la actualidad colombiana. Ciertamente el análisis de las estructuras objetivas como vectores generadores de injusticia es fundamental para la realización de una crítica realmente transformadora de nuestro presente. Sin embargo, poco avanzaríamos si dejáramos de lado la dimensión libidinal del poder, pues la dimensión objetiva no opera en el aire, sino que produce las subjetividades que, a través de sus prácticas cotidianas, mantiene la continuidad de esas estructuras o introduce rupturas que permiten su transformación.
El análisis de lo que parafraseando a J. Butler podríamos llamar “la vida psíquica del poder” en Colombia, nos permitiría entender en qué sentido el recurso casi inmediato a la violencia para responder a las manifestaciones por parte tanto del Estado como de algunos grupos de la población civil no constituye en modo alguno una respuesta natural, sino que está asentada en estructuras políticas de larga data que, en consecuencia, pueden y deben ser transformadas. Al mismo tiempo, este análisis nos permitiría entender por qué para salir del círculo infernal de la violencia, es necesario traer a la memoria colectiva aquello que sistemáticamente ha sido forcluido de nuestra conciencia pero que, sin embargo, trabaja profundamente nuestra identidad regresando continuamente bajo la forma del síntoma; a saber, la historia de la raza. Este análisis nos permitiría entender por qué las clases medias, que objetivamente se verían afectadas por las medidas gubernamentales criticadas por lxs manifestantes, tienden a defender al Estado y a culpar a los movimientos sociales de los problemas económicos, políticos y sociales del país. Finalmente, este análisis podría abrir el camino para entender ¿por qué a pesar de que el Estado en Colombia no ha cesado de incumplir el contrato social a través de las más variadas maneras, seguimos dirigiéndonos a él para pedirle respuestas y soluciones a los problemas que el mismo ha creado? La pregunta, en breve, que podríamos responder es aquella formulada hace varios siglos por E. de La Boétie y retomada por Spinoza; a saber, ¿por qué deseamos y participamos activamente en la construcción de nuestra propia servidumbre? Y ¿cómo podemos trabajar por nuestra liberación?
Nota bene : La ocupación del colegio Claretiano de Bosa con un helicóptero, para organizar desde allí operaciones policiales, no debe ser tomada a la ligera, ni explicada solamente a través de argumentos instrumentales. Como lo ha enseñado R. Segato, la violencia tiene ante todo una dimensión expresiva. Al igual que el uso de la violencia sexual en contra de las manifestantes, este acto del poder estatal desplegado sobre una institución educativa justo en un momento donde las manifestaciones son ampliamente lideradas por la juventud constituye una pedagogía del poder que busca infundir el miedo y disciplinar los cuerpos. Para elaborar contra-pedagogías de la crueldad que escapen a esta lógica del control, debemos preguntarnos ¿cuál ha sido el rol de las redes sociales y la difusión masiva de videos que muestran el ejercicio desnudo del poder en acto? ¿Se trata de mecanismos de denuncia y resistencia o, por el contrario, asistimos y contribuimos sin saberlo al despliegue de la mayor estrategia del poder, a saber, la producción de su propio espectáculo?
Análisis e Investigación
Activismo digital: Redes sociales y protesta analógica
Por: Jean-Marie Chenou, Profesor Asociado Departamento de Ciencia Política
El contexto del paro nacional ilustra el papel fundamental de las tecnologías digitales en los movimientos sociales contemporáneos. Permiten la coordinación y la organización de eventos, la difusión de mensajes, así como la visibilización de denuncias por parte de la población, sin depender de los medios de comunicación tradicionales. Por lo tanto, la relación entre las tecnologías digitales y la movilización política requiere un análisis a profundidad, más allá de los determinismos que anunciaron tanto la desaparición de las tiranías gracias a la digitalización durante la primavera árabe como la destrucción de la democracia por culpa de las redes sociales después de eventos como la elección de Donald Trump en Estados Unidos.
En 2019, publiqué un artículo en esta línea de investigación junto con Carolina Cepeda-Másmela, egresada del doctorado en Ciencia Política del departamento y profesora de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. El articulo titulado “#NiUnaMenos: Data Activism in the Global South” fue publicado por la revista Television & New Media (ver artículo aquí).
El artículo explora la creación de un índice nacional de violencia machista en Argentina en 2016 como ejemplo de activismo de datos en el Sur Global. Basándose en un análisis de contenido cualitativo de la cobertura de prensa y de las publicaciones de activistas en las redes sociales, así como en entrevistas con activistas, describe el contexto de la movilización feminista #NiUnaMenos y la recopilación «desde abajo» de datos sobre la violencia de género. Este estudio ilustra cómo las activistas del Sur Global pueden apropiarse de la tecnología y promover nuevos usos que no sólo responden a sus necesidades locales e inmediatas, sino que también contribuyen a la producción de imaginarios alternativos sobre el Big Data en el largo plazo. Además, el artículo posiciona a los movimientos de mujeres como un componente esencial de los movimientos sociales actuales en América Latina.
Si bien el artículo analiza una movilización específica en un contexto particular, algunas conclusiones podrían ser relevantes en el contexto actual en Colombia y fomentar futuras investigaciones. El análisis de #NiUnaMenos dio lugar a una serie de reflexiones que pueden agruparse en tres líneas: el activismo de datos desde, y en, el Sur Global; la construcción de imaginarios; y la relevancia del contexto local.
Uno de los logros más importantes de la campaña estudiada en el artículo ha sido la creación de un Índice Nacional de Violencia Machista, cuyos efectos son dobles: en primer lugar, reunir información suficiente para comprender la naturaleza estructural de la violencia contra las mujeres, y en segundo lugar, dotar a la movilización por los derechos de las mujeres de un contenido empírico fácilmente verificable. En este caso, las activistas no hicieron nada diferente a lo que ya habían hecho los movimientos sociales históricos: utilizaron los recursos tecnológicos disponibles para promover reivindicaciones y perseguir sus intereses de cambio social. Sin embargo, la forma en que se produjo la información en este ejemplo de activismo de datos permitió ampliar los canales de participación política para mujeres que no estaban acostumbradas a participar. También redujo la brecha entre los expertos y los activistas de base.
Aunque buena parte del trabajo de los activistas consiste en recopilar y producir información fiable sobre problemas locales y globales, la creación del índice es un caso interesante de activismo de datos en el que los propios activistas buscaron la información utilizando herramientas como las encuestas, y con ello crearon oportunidades para la inclusión real y simbólica de las víctimas que normalmente carecen de mecanismos para hacer pública su situación. En este sentido, los datos contribuyeron a la creación de imaginarios alternativos sobre la información y la tecnología. La colaboración de activistas de base con expertos en ciencias sociales y posteriormente en tecnología ilustra cómo estas alianzas innovadoras permiten a los actores marginados del Sur Global emplear la tecnología y los datos en su ejercicio de resistencia y lucha. La tecnología crea un puente entre las necesidades de los movimientos sociales y las capacidades técnicas y científicas de activistas expertos.
El activismo de datos en la movilización #NiUnaMenos ilustra una tendencia de las y los activistas del Sur Global a apropiarse de las tecnologías y adaptar su uso, y los imaginarios que las acompañan, a las necesidades locales. En particular, esta campaña surgió en el contexto de la exacerbación de la violencia contra las mujeres en Argentina, pero especialmente contra las mujeres de sectores populares, con un rasgo común y fundamental: sus situaciones de precariedad y marginalidad les impiden denunciar su condición de manera individual o colectiva, a menos de que cuenten con el apoyo de otros actores. En segundo lugar, las organizaciones que participaron contaban con pocos recursos materiales, pero fueron capaces de utilizarlos eficazmente.
También fueron capaces de crear nuevos recursos simbólicos, que se tradujeron en la capacidad de presionar a los actores políticos y en la presencia efectiva en los medios de comunicación a través de noticias y artículos de opinión. El aprendizaje de otras experiencias de movilización social tiene un papel fundamental. Los movimientos y organizaciones sociales en Argentina han logrado importantes resultados en las últimas décadas, como la presión ejercida sobre el gobierno militar para la transición a la democracia y la implementación de políticas sociales para enfrentar el desempleo. Esta trayectoria ha permitido, sin duda, la construcción de un imaginario sobre la importancia de la movilización social, el poder popular y la capacidad de los sectores populares para influir en las decisiones políticas.
Esta línea de investigación es particularmente necesaria en el contexto actual. La presencia del activismo digital en la protesta social nos permite repensar la relación entre la tecnología digital (y particularmente las redes sociales) y la democracia. Otro producto que explora esa línea es el capítulo “Social Media and Polarization in Latin America” publicado recientemente con Daniel Cabarcas Velandia y María Nicoll Sepulveda Marín, ambos participantes en el semillero en Estudios Globales hace unos semestres, en el libro The Politics of Technology in Latin America (coordinado por David Ramírez Plascencia, Barbara Carvalho Gurgel y Avery Plaw, Routledge, 2021, resumen acá ). Como el artículo mencionado anteriormente, el capítulo rechaza los determinismos a la hora de analizar el papel de las redes sociales y las tecnologías digitales e insiste en la importancia de ellas en la participación política de la juventud y en la emergencia de narrativas alternativas en el largo plazo.
Dato de la semana
Estas han sido las cifras de violencia policial registradas por Temblores ONG que han ocurrido en el marco de las protestas de la ultimas semanas en Colombia.
Estudiantes
Imaginación politóloga
Por: Silvia Mejía Martínez, estudiante de octavo semestre de Ciencia Política con Opciones en Economía y Estudios sobre Desarrollo
En medio de la crisis social, política y económica por la que atraviesa nuestro país parece que también hay otra crisis existencial de algunos politólogos. Hablo desde una opinión personal que es compartida por algunos amigos politólogos y politólogas, pero también he percibido esta opinión en las reflexiones realizadas en las clases desde la semana pasada. Hay una sensación de impotencia, tristeza y hasta de desesperanza por parte de algunos estudiantes de Ciencia Política ante la situación porque no encontramos la forma de proponer soluciones integrales para todas las complejidades de Colombia. Esto se debe a que en nuestra formación hemos sido afortunados de poder aprender a ver más allá de lo que nos muestran los medios tradicionales y logramos entender que la actual crisis es más que una consecuencia de la reforma tributaria o de la incapacidad del actual gobierno de resolver adecuadamente la crisis.
Los politólogos sabemos que se trata de una serie de problemas estructurales que no son nuevos en Colombia y que se han exacerbado a raíz de la pandemia. Puntualmente, conocemos que estos problemas son la pobreza y la profunda desigualdad junto con la incapacidad histórica de ciertos tomadores de decisiones de dar una solución real que distribuya tanto la riqueza como el poder de forma más equitativa. Como consecuencia, creo que muchos nos hemos sentido agobiados porque conocemos lo compleja que es la situación y desconocemos una solución. Además, es una sensación que se intensifica con nuestra percepción de que debemos hacer algo respecto, pero no sabemos por dónde empezar. Personalmente, pienso que en estos últimos cuatro años he desarrollado una mayor sensibilidad frente a los problemas de nuestro país y no creo ser la única a la que esta sensibilidad la ha hecho sentirse abrumada mientras que busca una respuesta a este escenario de incertidumbre.
Creo que para superar nuestra crisis existencial es crucial que usemos nuestra imaginación basándonos en los aprendizajes que hemos obtenido a lo largo de la carrera. Tenemos unas bases académicas en teoría política, relaciones internacionales, política colombiana y política comparada para analizar el Estado, la democracia, los partidos políticos, los gobiernos, los congresos, las cortes, las movilizaciones sociales, entre otros. Justamente, estos son aprendizajes que son útiles para entender nuestras instituciones, al igual que para comprender los conflictos que surgen en las sociedades y los que surgen entre Estados. Por esto, quisiera compartir un mensaje que nos dijo un profesor en estos días “nunca subestimemos nuestra formación en Ciencia Política”. De hecho, creo que es una ciencia cada vez más relevante porque conocemos los actuales arreglos institucionales, hemos identificado sus ventajas y desventajas, y tenemos la capacidad de imaginar nuevas realidades.
Claro que es complejo pensar en nuevas ideas que puedan dar solución a la crisis estructural que sufre Colombia en este momento, pero somos politólogos y politólogas que podemos innovar al igual que un inventor que materializa su idea para resolver un problema de ingeniería o de medicina. Recordemos aquel mensaje de Introducción a la Ciencia Política, ¡todo es política y es una ciencia!, por tanto, somos científicos de la política. Entonces, seamos esos científicos inventores y apliquemos los métodos aprendidos, los conocimientos adquiridos y nuestra imaginación para diseñar una solución a esta crisis. Pensemos en que es posible materializar una innovación democrática, renovar el orden, construir un Estado que promueva la prosperidad general, crear mecanismos de compromiso ciudadano, garantizar la estabilidad macroeconómica, redistribuir la riqueza y el poder, vivir en un país donde las mujeres no tengamos miedo de existir, alcanzar una gobernabilidad interna y estable, acabar con la corrupción, tener líderes que verdaderamente nos representen y, sobre todo, pensemos que construir paz en Colombia es posible.
Egresados
Andrea Salazar
Andrea es egresada de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes en el 2006. Ha sido entrenada en Suecia, en la Folke Bernadotte Academy en Procesos de Desarme, Desmovilización y Reintegración y en NODEFIC en Oslo, en Planeación Estratégica de Procesos de Paz. Tiene una especialización en Organizaciones, Responsabilidad Social y Desarrollo y una Maestría en Conflicto, Paz y Desarrollo, del CIDER en la Universidad de Los Andes.
Andrea estudió Ciencia Política para dedicarse a trabajar en temas de construcción de paz. Tiene 15 años de experiencia profesional en el liderazgo y coordinación de proyectos en temas de resolución de conflictos armados, justicia transicional, construcción de paz, trabajo con poblaciones vulnerables y proyectos de impacto social.
Inició su carrera profesional como investigadora en temas relacionadas al análisis del conflicto armado, incluyendo derechos humanos y la medición del impacto de procesos de desmovilización en dinámicas de violencia a nivel regional y local. Durante 7 años asesoró a la Agencia Colombiana para la Reintegración en la dirección general en la estructuración e implementación de la política de reintegración con un énfasis territorial. Asimismo, Contribuyó en el Proceso de Paz con las FARC en La Habana, Cuba, con escenarios para el modelo operativo de desmovilización y el plan de atención integral a menores desvinculados.
Posterior al servicio público, Andrea ha acompañado más de 20 organizaciones y fundaciones en el diseño de estrategias de impacto social, construcción de paz y fortalecimiento institucional. Actualmente, Andrea dirige la Alianza Primero lo Primero, que desde la metodología de Impacto Colectivo reúnela a varias organizaciones en el trabajo articulado por mejorar las condiciones de la Primera Infancia. Adicionalmente, es docente de la Maestría de Conflicto y Paz de la Universidad de Medellín y miembro del Consejo Directivo de la Fundación MiSangre. Andrea esta convencida de la paz no es un trabajo, es una decisión de vida.
Colombia internacional en Abstract
Complejidades y contradicciones de la política migratoria hacia la migración venezolana en el Perú
Por: Cécile Blouin
Objetivo/contexto: el objetivo de este artículo es describir cómo la política migratoria peruana hacia la población venezolana se inscribe en una lógica de control migratorio. Se analizan la ley de migraciones y la de refugio, así como el mecanismo político-jurídico del permiso temporal de permanencia a la luz de los conceptos de “política de control con rostro humano” y gobernabilidad migratoria. Metodología : el trabajo se basa en el análisis de una serie de entrevistas a distintos actores clave del Estado y de los organismos internacionales en tres ciudades del país (Lima, Tumbes y Tacna) realizadas entre enero y marzo de 2020. Este análisis se complementa con la revisión detallada del marco normativo e institucional peruano y diversas entrevistas y declaraciones públicas de la Presidencia de la República alrededor de la migración venezolana. Conclusiones : se concluye que, a pesar de contar con una renovada legislación migratoria, las respuestas del Estado peruano frente a la migración venezolana están ancladas en los conceptos de control y utilidad de la migración. Asimismo, la política de asilo, supuestamente más protectora, se ve también impactada por los discursos y las prácticas de control.
Noticias
La revista Colombia Internacional fue clasificada en el cuartil Q1 del Scimago Journal Rank (SJR) en el área de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. ¡Felicitaciones al Departamento!
Ángela Serrano egresada del departamento de Ciencia Política se incorpora como profesora del área de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de Uniandes. Ángela es doctora en Sociología por la Universidad de Wisconsin-Madison. ¡Felicitaciones!
María Camila Angulo, también egresada de nuestro departamento, será a partir del segundo semestre de 2021 profesora asistente en la división de Estudios Políticos del CIDE en la sede Santa Fé de Ciudad de México. María Camila está terminando su doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Wisconsin-Madison. ¡Felicitaciones!
La profesora Laura Wills participó el pasado 7 de mayo en el programa radial uruguayo En Perspectiva. La discusión se centró en los diversos eventos del estallido social que ha sucedido en Colombia durante las últimas semanas. Escúchelo aquí.
La profesora Sandra Borda fue invitada el pasado domingo al programa de Noticias Caracol A fondo con María Emma. En esta ocasión la discusión se centró en la elección del Secretario General de la ONU. Revívalo aquí.
La profesora Angelika Rettberg participó el martes 11 de mayo en el seminario “El ELN como configuración federada: una mirada desde los estudios regionales”. Revívalo aquí.
La estudiante de doctorado Nathalie Chingaté participó el 18 de mayo como panelista en la conferencia virtual «El papel de los ODS y las iniciativas WASH (Agua, Saneamiento e Higiene) ante dinámicas globales de escasez de agua», organizado por IWRA (International Water Resources Association).
Ayer tuvo lugar el evento “Violencias y contraviolencias. Dilemas de la acción política en tiempos convulsos”. Este conversatorio fue moderado por el profesor Carlos Ramírez y la profesora Constanza Castro. Revívalo aquí.
Agenda
El viernes 21 de mayo se llevará a cabo a la 1:00 p.m. el evento “América Latina con Biden: ¿de vuelta a la negligencia benigna?”. En este evento participará la profesora Sandra Borda. Inscríbase aquí.
Oportunidades
La Revista de Estudios Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales tiene convocatoria abierta del 1 al 15 de junio para la recepción de artículos, el tema es libre. Aquí para más información.
Director
Miguel García Sánchez
Asistente Editorial
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Fanny Medina Ariza
Diseño Gráfico
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Ossman Aldana