Editorial
Vacunas y retorno al campus
Por: Felipe Botero, Profesor Asociado del Departamento de Ciencia Política.
Esta semana coinciden dos eventos importantes en el curso de la pandemia. Con la llegada de las primeras dosis, se dará inicio a la tan ansiada vacunación y, gracias al fin del segundo pico del coronavirus, podemos volver a la enseñanza presencial. Y aunque son hitos muy importantes en el eventual retorno a la normalidad —o la nueva normalidad—, todavía estamos muy lejos de cualquier remedo de la vida prepandémica.
El gobierno celebró con estrépito la llegada de las primeras dosis de las vacunas y aunque los críticos torcieran los ojos, era completamente predecible que se le buscara rédito político al hecho. Cualquier gobierno lo habría hecho; todos los gobiernos lo están haciendo. Y bien, ya era hora de que empezáramos con la vacunación. Sin embargo, persisten muchas inquietudes y dudas sobre el proceso. Me concentro en dos de sus múltiples aristas.
Sobre la negociación, el gobierno no ha sido convincente sobre la necesidad revestirla con tal manto de opacidad. Se trata de recursos públicos para ser destinados en la salud de las colombianas y colombianos. Como recursos públicos deben, y tienen, que ser sujetos al escrutinio de la ciudadanía. El comportamiento de cartel —al mejor estilo Medellín— de las farmacéuticas con su amenaza de no proveer vacunas si se violan las cláusulas de secrecía no pueden ser óbice para que el pueblo colombiano conozca las condiciones del negocio. Ya se supo de las exigencias inicuas que hizo Pfizer al gobierno argentino pidiendo glaciares y permisos de pesca, bienes inembargables y patrimonio nacional, como garantía para la venta. La falta de transparencia y los rumores nos hacen sospechar de las concesiones a las que haya accedido el gobierno de Duque.
A propósito de Argentina, un episodio reciente del podcast El Hilo, cuenta cómo el gobierno de Fernández, con gran pragmatismo, creó comisiones técnicas para evaluar las vacunas disponibles y, superando prejuicios de distinto tipo, envió misiones a Rusia a finales del año pasado, por lo que optaron por adquirir la Sputnik V. El resultado es que hoy en día más de medio millón de personas han recibido la vacuna allí: casi cuatrocientas mil personas vacunadas con la primera dosis y más de doscientas mil con la segunda. ¿Por qué ellos sí y nosotros no? La pregunta no es clasista, como dirían algunos; es por la envidia de un gobierno más práctico y decidido.
Sobre el plan de vacunación, la estrategia del gobierno depende de la capacidad de producción de las farmacéuticas. Si bien éstas lograron superar el principal escollo en tiempo récord —la creación de la vacuna misma— queda el reto logístico, el cual no es de poca monta. No solo se necesita la infraestructura de vacunación para que inocular a la población, cuya responsabilidad recae sobre el gobierno, sino que es necesario contar con las dosis, obviamente. Inclusive en Estados Unidos, que, tras tener un inicio relativamente lento del proceso de vacunación, había logrado montar un esquema efectivo de su administración, en estos momentos sufren demoras porque la producción de vacunas no abasta la demanda. Por tanto, no es seguro que se pueda cumplir el cronograma que se trazó el gobierno nacional para que logremos la tan anhelada inmunidad de rebaño.
Por su parte, el regreso a las aulas, no sólo en Los Andes, sino en colegios, universidades e instituciones educativas en todo el país vuelve a ser una realidad. Han sido once meses muy largos de confinamiento con todo el impacto que eso tiene sobre los alumnos y alumnas y sus padres y, especialmente, madres. En mi caso particular, mis alumnos han manifestado aprehensión y reserva respecto al retorno al campus, lo cual no me sorprende, aunque me apena.
Para la mayoría, la opción de quedarse en casa ha resultado preferible. Algunos viven fuera de Bogotá; otros viven con sus abuelos o personas mayores; otros consideran que el transporte público los expone al virus y a la inseguridad —temen que les roben sus computadores, herramienta indispensable en la educación virtual. Esta evidencia, aunque anecdótica, muestra cómo la ilusión del retorno a la presencialidad es sopesada con cuidado. Así es nuestra nueva normalidad y no resta nada más que seguir cuidándonos.
Análisis e Investigación
Los retos de la medición del consumo de drogas en contextos sociales opuestos
Por: Miguel García Sánchez, Director del Departamento de Ciencia Política
Existe abundante evidencia en relación al efecto de los contextos sociales sobre las opiniones, actitudes y comportamientos de las personas, pero ¿ qué efecto tienen dichos contextos sobre el adecuado funcionamiento de las herramientas que usamos para medir las opiniones y comportamientos? Motivados por esta pregunta, en asocio con la profesora Rosario Queirolo de la Universidad Católica del Uruguay, hicimos una investigación sobre el papel de los contextos sociales en el adecuado funcionamiento de una de las herramientas que se usa para medir el consumo de drogas.
Cuando una encuesta pregunta por temas sensibles como clientelismo, aborto, racismo o consumo de drogas, es muy común que los encuestados den respuestas falsas debido al sesgo de deseabilidad social. Esto es el reporte de una opinión o comportamiento ajustado a la norma social percibida como mayoritaria. Para resolver este tipo de sesgo existen múltiples metodologías, una de ellas es el experimento de lista. Esta herramienta evita que el encuestado revele de manera directa su opinión o comportamiento en relación al asunto sensible. El experimento de lista funciona de la siguiente manera: primero se divide en dos grupos a los encuestados. A un grupo se le muestra una lista de acciones (lista corta), que no incluye el comportamiento sensible (por ejemplo, consumir marihuana); por su parte, el segundo grupo recibe la misma lista de acciones, más aquella que se considera sensible (lista larga). Luego a cada persona se le pide que diga cuántas acciones de las listadas, no cuales, ha hecho en el último mes. Finalmente, al comparar el promedio de acciones de la lista corta contra el de la lista larga se puede establecer el porcentaje de encuestados que hizo el comportamiento considerado sensible. Esto siempre y cuando el promedio de la lista larga sea mayor que aquel de la lista corta ( aquí se puede consultar una detallada descripción del experimento de lista).
Uno de los supuestos de esta metodología es que funciona bien en diferentes contextos sociales. Sin embargo, junto con la profesora Queirolo demostramos que el funcionamiento del experimento de lista varía según el tipo de sociedad donde se lo use. Para demostrar nuestra intuición aplicamos exactamente el mismo experimento de lista para medir consumo de marihuana en dos países, Colombia y Uruguay. Estos casos nos permitieron comparar su funcionamiento en dos países muy diferentes en cuanto a su progresismo social y política de drogas. Colombia es uno de los países más conservadores de la región y está alineado con la idea de guerra en contra las drogas, Uruguay es muy liberal y fue pionero en la liberalización de la producción, distribución y consumo de marihuana.
Nuestro estudio encontró que la metodología del experimento de lista funciona bien en Uruguay mientras que en Colombia no. Esto significa que para el caso de Uruguay logramos obtener un estimador confiable del consumo de marihuana, mientras que en Colombia el experimento de lista arrojó un dato de consumo de marihuana ¡negativo! Al parecer lo que está detrás de este resultado es que en el caso de nuestro país el consumo de marihuana está tan estigmatizado que muchos consumidores de cannabis que recibieron la lista larga (la que incluía marihuana) escondieron su consumo diciendo que no habían hecho ninguna de las acciones de la lista. Esto hizo fracasar el experimento de lista en el caso colombiano.
En síntesis, es crucial estar atentos a las particularidades del contexto en que se investiga cuando se trata de usar instrumentos o metodologías desarrolladas y probadas en otros lugares. El artículo completo se puede consultar aquí.
Dato de la semana
Por: Observatorio de la Democracia
Según la Muestra Nacional 2020, el estudio más reciente del Observatorio de la Democracia, la victimización por le conflicto armado, en el último año, llega a su nivel más bajo (4%). Sin embargo, en varias zonas del país se siguen registrando niveles muy altos de victimización por conflicto armado. Ese es el caso de Tumaco en el departamento de Nariño y Cáceres, municipio del bajo Cauca antioqueño.
Estudiantes
El 2021: Una nueva oportunidad para el derecho a la educación
Por: Valentina Jiménez Vilaró, estudiante de sexto semestre de Ciencia Política y Derecho
Junto al nuevo año llegó la esperanza de que este semestre fuera diferente a lo que nos tuvimos que enfrentar en el 2020. Muchos inscribimos las clases con la idea de retornar a la presencialidad por lo menos bajo el modelo de la alternancia. A pesar de que enero no fue el mes que marcó la diferencia, febrero nos está brindando la oportunidad de acercarnos a aquella cotidianidad que anhelamos desde hace ya casi un año. El aviso del Ministerio de Salud donde se daba el aval a los colegios y demás instituciones educativas de retornar a la presencialidad, bajo el modelo de la alternancia, fue una decisión que nos tranquilizó a la mayoría de los estudiantes. No obstante, guarda detrás un sin número de discusiones sobre si regresar a nuestro antiguo entorno educativo es ideal en medio de la contingencia, que aún persiste.
Entre los cuestionamientos, cabe preguntarnos si el derecho a la educación se ha visto limitado por las condiciones que ofrece “la nueva normalidad”. La Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes, reveló los resultados de una encuesta a varios hogares colombianos de diferentes estratos. La información recolectada apuntaba a que el cierre prolongado de las instituciones educativas tiene efectos inmediatos como futuros. Los estudiantes se ven expuestos a nuevos desafíos que incluyen: efectos sobre el aprendizaje, riesgos de deserción, detrimento de la salud física y mental, y dificultades en las relaciones familiares (García et al, 2021). A pesar de ser un estudio que se enfocó en la educación básica, no podemos desconocer que es aplicable a los demás entornos educativos, pues todos hemos enfrentado el temor de que nuestro derecho a la educación esté siendo limitado como consecuencia de estos nuevos desafíos que el sistema educativo colombiano no estaba preparado para afrontar.
En nuestro país un gran porcentaje de la población no tiene acceso a los recursos necesarios para poder asistir, conectarse o aprender en una clase de modalidad virtual. Según la encuesta estudiada un 20.7% de los estudiantes encuestados ven los problemas de conectividad, o falta de dispositivos como una razón para desertar en 2021. La misma fuente revela que un 94.5% de los estudiantes no recibieron ninguna ayuda material por parte del gobierno para realizar sus clases virtuales. Dichas cifras son alarmantes y nos llevan a reflexionar si el derecho a la educación, viéndose limitado, debe primar en el contexto del 2021 sobre las restricciones de salud que evitan el retorno a las aulas.
La realidad indica que, en medio de la contingencia, el sistema educativo no está siendo efectivo para Colombia. Así surge una necesidad de sopesar las restricciones de salud que impiden la presencialidad, frente al derecho a la educación en el caso concreto del COVID-19 en 2021. En principio, era razonable que para el 2020 las instituciones educativas cerraran, en protección al derecho a la salud, era un momento en que el conocimiento científico sobre el virus y su prevención eran imprecisos. Por otro lado, desde finales del año pasado, el mundo ha tenido la obligación de ajustarse a los nuevos parámetros de vida en sociedad, y no es razonable que nos conformemos con descuidar el provecho máximo de otros derechos fundamentales. En este contexto, la atención no debe ponerse sólo en dirección hacia la protección de la salud, también debe convertirse en una prioridad la garantía del derecho a la educación, que evidentemente se ha visto limitado desde ya casi un año.
Regresar a la vida antes del COVID-19 es algo que todavía permanece como un futuro lejano en nuestras cabezas. A pesar de que las clases virtuales no implican una suspensión material del derecho a la educación es innegable que, sí implican su limitación, y dado que concierne a los derechos fundamentales, su efectividad debe ser la máxima posible en medio de cualquier circunstancia. En un mundo ideal tal vez las opciones fueran distintas, pero en la realidad colombiana es momento de volver a las aulas y trabajar con lo que tenemos.
Egresados
Santiago Cembrano
Santiago es politólogo y antropólogo de la Universidad de los Andes. Se ha dedicado a la escritura y el periodismo, y su trabajo ha sido publicado en El Tiempo, El Espectador, Arcadia, Vice, Pacifista, Shock, Cartel Urbano y Universo Centro, entre otros. Su trabajo también lo ha llevado por agencias de publicidad, consultorías y proyectos de creación de contenidos. Aunque con sus escritos ha abordado temas varios de política, sociedad y cultura, y en 2020 cubrió la cuarentena en Medellín desde el ángulo de las trabajadoras sexuales o de mariachis que trabajaban furtivamente el Día de la Madre, el centro de su investigación es el hip hop. Los cinco años que lleva cubriendo esta cultura, y toda una vida de adentrarse en ella y sus códigos, lo han consolidado como uno de los principales nombres del periodismo de rap a nivel de América Latina. Tiene dos libros que han sido pequeños éxitos de autogestión editorial: La Época del Rap de Acá (2019) —una compilación de entrevistas de las principales figuras del rap colombiano contemporáneo como Alcolirykoz, No Rules Clan, N. Hardem y Lianna— y Normas Rappa (2020) —un análisis profundo de diez discos que marcaron la década pasada del rap estadounidense, como good kid, m.A.A.d city de Kendrick Lamar y Reloaded de Roc Marciano—. Además de preparar nuevos libros, está planeando un podcast que abarque todo el universo del hip hop latino y global. Su día a día lo vive como periodista freelance.
Colombia internacional en Abstract
Ciencia de datos y estudios globales: aportaciones y desafíos metodológicos
Objetivo/Contexto: La ciencia de datos es considerada un enfoque novedoso y promisorio empleado en la obtención y análisis de información en múltiples disciplinas científicas. A pesar de su amplia difusión y aceptación, el uso de técnicas basadas en la ciencia de datos en el campo de los estudios globales está en ciernes. En este contexto, este artículo tiene como objetivo discutir las contribuciones y desafíos metodológicos que la ciencia de datos puede aportar a la disciplina de los estudios globales.
Metodología: Este artículo parte del análisis crítico de información sobre los fundamentos conceptuales de la ciencia de datos y lo contrasta con sus posibles aplicaciones en la disciplina de los estudios globales. De esta manera, se examinan los elementos conceptuales que definen la ciencia de datos, se establecen las concepciones paradigmáticas de los estudios globales, se analizan los vínculos posibles entre la ciencia de datos y los estudios globales y se discuten los límites y alcances que la ciencia de datos puede aportar como enfoque metodológico.
Conclusiones: Este artículo concluye que las herramientas tecnológicas basadas en big data pueden enriquecer nuestra comprensión sobre los fenómenos globales, siempre y cuando se asuma una actitud crítica que reconozca que tanto la elección de los datos como su análisis están embebidos en contextos históricos y sociales. Por lo tanto, como cualquier otro enfoque, la ciencia de datos representa una manera parcial de capturar y analizar información.
PALABRAS CLAVE: Estudios globales, ciencias de datos, investigación científica, metodología.
Noticias
La profesora Sandra Borda fue invitada el pasado 9 de febrero al programa Zona Franca de Red + TV. El debate se centró en el anuncio del Presidente Duque frente al Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos. Revívalo aquí.
El profesor Luke Melchiorre publicó el pasado 12 de febrero un artículo en el Review of African Political Ecocnomy (ROAPE). En el que aborda las elecciones de Uganda de enero pasado y, el papel que tuvo el candidato a la presidencia y líder de la oposición, Robert Kyagulanyi Ssentamu, mejor conocido como Bobi Wine. Léalo aquí.
En su columna de esta semana en El Tiempo, la profesora Sandra Borda se centra en dos casos que ejemplifican la estrategia de políticos y partidos para tener el mayor apoyo y aprobación posible. Los casos analizados fueron, la posición del líder republicano en el senado, Mitch McConnel frente al impeachment del expresidente Donald Trump y, el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos anunciando por el presidente Duque. Léala aquí.
Agenda
Este jueves 18 de febrero a las 3:00 pm se llevará acabo el taller “Cooperación Comercial entre los miembros de la Alianza del Pacífico y Corea del Sur ¿Qué hemos encontrado?”, en el que participarán la profesora Carolina Urrego-Sandoval y el profesor Jean-Marie Chenou. Información e inscripciones aquí.
El profesor Víctor Mijares será conferencista en el evento de #ISAPE2021 titulado “La Paradoja de la autonomía: regionalismo de seguridad en América del Sur”. Este evento se llevará acabo el 18 de febrero a las 5:00 pm vía Zoom, la discusión será en español y portugués. Inscripciones aquí.
El viernes 19 de febrero a las 4:00 pm tendrá lugar el Coloquio de Sociología titulado «La brecha entre sociedad, política y Estado: La cuarta medición del capital social de Colombia”. La discusión estará a cargo del exsenador John Sudarsky y los comentarios a cargo de los profesores Pablo Sanabria (EGOB) y Miguel García Sánchez (Ciencia Política). Inscríbase aquí.
El lunes 22 de febrero el Centro de Estudios Latinoamericanos de la University of Pittsburgh organizará el conversatorio «Movimientos Feministas y Derechos Reproductivos en el Cono Sur.» Durante la discusión Cora Fernández Anderson hablará sobre su nuevo libro Fighting for Abortion Rights in Latin America: Social Movements, State Allies, and Institutions y además, Mariela Daby y Mason Moseley hablarán sobre el artículo «Feminist Mobilization and the Abortion Debate in Latin America: Lessons from Argentina» Inscripciones aquí.
Oportunidades
El periódico estudiantil del departamento de Ciencia Política, Sin Corbata, tiene convocatoria abierta para estudiantes que estén interesados en el análisis político y periodismo y que tengan conocimiento en manejo de redes y diseño editorial. Hay plazo hasta el 21 de febrero para presentar las postulaciones (formulario de inscripción aquí).
Hasta el 3 de mayo de 2021 Política, la Revista de Ciencia Política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile tendrá abierta la convocatoria, para el número temático “Análisis de la Política Latinoamericana Durante la Pandemia”. Los artículos deben centrarse en el funcionamiento de los sistemas políticos latinoamericanos durante la pandemia. Consulte aquí para más información.
El Observatorio de Género de la Universidad ICESI junto a la Asociación Colombiana de Ciencia Política (ACCPOL), esta convocando a las politólogas e investigadoras de disciplinas afines, para crear una base de datos de libre acceso dónde se encuentren sus publicaciones académicas. Este repositorio tiene el objetivo de crear una disciplina más incluyente en la que se visibilice la trabajo académico de las politólogas e investigadoras. aquí puede acceder al formulario.
También, puede ver la “Píldora Política 1: Iniciativa Politólogas Investigadoras», en la que explican el efecto Matilda.Director
Miguel García Sánchez
Asistente Editorial
María Byfield Pérez
Fanny Medina Ariza
Diseño Gráfico
Andrés Felipe Montoya
Ossman Aldana