Editorial
“Su guerra, señores, perdió vigencia histórica”
Por:Luis Javier Orjuela E. (l.orjuela@uniandes.edu.co)
Recordé la anterior frase, a propósito del absurdo atentado perpetrado con un carro bomba por el ELN, el pasado 17 de enero, en la Escuela de Policía General Santander, en el que murieron 21 jóvenes, cuyas cegadas vidas y sueños apenas empezaban a florecer profesionalmente. Dicha frase forma parte de una carta pública que un conjunto de académicos, intelectuales, periodistas y artistas, “demócratas convencidos”, y contrarios al uso de la violencia, como se identificaban, con razón, a sí mismos, le envió, a finales de noviembre de 1992, a la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, de la cual formaban parte, entre otros grupos armados, las FARC y el ELN.
La lucha armada no ha propiciado en Colombia la justicia social, argumentaba la carta, y en cambio sí ha generado “toda clase de extremismos, como el recrudecimiento de la reacción, el vandalismo paramilitar, la inclemencia de la delincuencia común y los excesos de la fuerza pública que condenamos con igual energía” (El Tiempo, 22 de noviembre de 1992). Y en efecto, la acción de la izquierda armada ha producido en el país un proceso de extrema derechización política, no sólo porque aquella no ha sabido leer el momento histórico-político sino también porque, como han sostenido varios enfoques de teoría social, las acciones intencionales de los actores producen efectos no intencionales. Menos mal que las FARC lograron comprender, aunque tarde, dicha falta de olfato político, que las llevo a convertirse en partido intentar una reforma estructural de la sociedad por la vía democrática.
Pero el diagnóstico de los intelectuales de aquel entonces, sigue vigente respecto del ELN. Su lucha armada y su actitud ambigua frente a la paz, han perdido vigencia histórica. La sociedad civil actual, que el ELN invoca y pretende representar e incluir en los diálogos de paz, es ahora mucha más diversa y plural en sus dimensiones étnica, cultural, ideológica sexual, religiosa y política que la de la sociedad colombiana de los años sesenta y setenta del siglo XX, cuando dicho grupo guerrillero estaba surgiendo. La mezcla de maoísmo y teología de la liberación del ELN ya no interpela ni a una sociedad mucho más compleja y diversificada ni a una nueva izquierda, cuyos referentes ideológicos y simbólicos, están más del lado de la posmodernidad contestataria que de la modernidad marxista. En una sociedad y un mundo que valoran, cada vez, más el medio ambiente, nuestra “casa común”, y condenan las acciones que contribuyen a su deterioro, el ELN insiste en volar los oleoductos y producir derrames indiscriminados de petróleo, que dañan irremediablemente el ecosistema y disminuyen la riqueza nacional.
En este contexto, revindicar el atentado a la Escuela de Policía, institución de educación superior, como un “objetivo militar legítimo de guerra”, como lo hizo el ELN, no solo es una muestra de miopía política, sino de torpeza argumentativa y, si se quiere, de falta de ética revolucionaria, pues los estudiantes que murieron, lejos de considerarse como representantes del poder o de un régimen “capitalista y opresor y corrupto”, eran, ante todo, jóvenes de clase media y baja que tenían en mente formarse para ejercer una profesión y obtener de ella un ingreso, que les permitiera vivir dignamente o, como algunos de ellos lo expresaron, acceder a las condiciones que les permitieran convertirse en grandes deportistas. Así, pues, el ELN, como lo señalaban los autores de la carta de 1992, está en mora de rectificar radicalmente y de buscar formas de acción política “nuevas y más novedosas (. . .) acordes con las realidades del mundo actual”.
Pero al otro lado del espectro ideológico, señores de la oscura y extrema derecha, también su guerra no sólo ha perdido vigencia histórica sino que ha llegado a un grado de degradación inaceptable. 426 líderes sociales y reclamantes de tierras asesinados en dos años, testimonian de la reactivación de la vieja guerra sucia que ha sido una de las formas de expresión del conflicto político y social colombiano. Por ello, celebro que la marcha de la ciudadanía, en protesta por el asesinato de los jóvenes cadetes, el pasado 20 de enero, haya sido también una protesta por los asesinatos de los líderes sociales.
La paz lograda desde 1991 con varios grupos armados y ahora con las FARC, ha permitido, por fin, la lenta emergencia de una sociedad civil que reclama su autonomía y su derecho a la organización y la protesta porque antes era usada como mampara por los distintos actores del conflicto armado. Pero esa autonomía se ve a ahora amenazada y eliminada puesto que la reactivación de la sociedad civil y de los movimientos sociales se ha dado, no exclusivamente, pero sí principalmente, en relación con el problema de la distribución de la tierra. El asesinato de líderes sociales como, finalmente, ha tenido que reconocer el Gobierno, obedece a una lógica sistemática, la cual expresa la continuación, bajo nuevas formas, y tal vez, en una escala menor, del conflicto que se intentó resolver con el acuerdo de paz con las FARC: un conflicto que se origina en la concentración de la tierra, en la baja productividad de la pequeña producción familiar campesina, y en su defensa frente a la ganadería extensiva y la agroindustria. Si la derecha desea un desarrollo capitalista estable y viable, sólo lo será si se cierran las diversas brechas entre la Colombia Urbana y la Colombia rural.
En últimas, el conflicto colombiano es un conflicto de alta complejidad, en sus múltiples dimensiones y causas, que no se agota en la negociación con un solo actor armado. Hablar de “posconflicto” sólo contribuye a obscurecer dicha complejidad. Se requiere de una negociación más amplia donde sean reconocidas las diversas causas por los diversos autores, de derecha, de izquierda, y de la criminalidad común, implicados en él. Se requieren, así mismo, más acciones y manifestaciones de la sociedad civil, a fin de rodear la paz y hacer posible el acercamiento y el acuerdo entre los diversos actores, para lograr una paz que, en últimas, es justicia con desarrollo e integración social.
Análisis de Investigación
¿‘People Power’? Los partidos de oposición, la movilización juvenil y el ascenso del populismo en Uganda
Por: Luke Melchiorre (jl.melchiorre@uniandes.edu.co )
Impulsados por la triple amenaza de la rápida urbanización, la pobreza persistente y el aumento demográfico de los jóvenes, los movimientos de oposición populista en el África han logrado un impresionante éxito electoral en la última década, en países como Zambia, Sudáfrica y Senegal, según sugieren algunos estudiosos. Lo más probable es que ese populismo se incremente en África en el futuro cercano. A pesar de estos desarrollos, las diversas investigaciones arrojan poca luz sobre las condiciones bajo las cuales emergen, triunfan o fracasan dichos movimientos populistas en las democracias africanas. En respuesta a esta brecha teórica y conceptual en la literatura, mi proyecto de investigación apunta a responder las siguientes preguntas de investigación: 1) ¿Cuáles son las condiciones bajo las cuales los movimientos y/o partidos políticos populistas tienen éxito o fracasan? Más específicamente, ¿por qué surgen y triunfan los partidos o movimientos populistas en algunos países o circunscripciones, en ciertos momentos históricos, pero no en otros? Además, dentro de los contextos africanos, ¿es el populismo una fuerza correctiva o corrosiva para los procesos de consolidación democrática? Al abordar estas preguntas de investigación, mi proyecto se centra en un solo estudio de caso africano: Uganda.
Específicamente, realizaré un estudio longitudinal y transversal durante un período de tres años, para analizar la evolución de uno de los movimientos de oposición populistas en crecimiento en el continente, el People Power Our Power, en tres circunscripciones electorales urbanas diferentes, en el período previo a las elecciones presidenciales nacionales de 2021. Para ello, viajaré cada año a Uganda a fin de monitorear el desarrollo de este movimiento, en cada circunscripción. Además, llevaré a cabo entrevistas semiestructuradas a políticos nacionales, funcionarios públicos, organizadores políticos, miembros de la sociedad civil y diferentes facciones de jóvenes ugandeses, para comparar la efectividad de los llamamientos populistas de People Power Our Power, entre las distintas circunscripciones y, por lo tanto, explicar los factores que determinan el por qué algunas campañas populistas tienen éxito mientras otras fracasan, en el contexto de Uganda.
Mi estudio plantea la hipótesis de que, en contraste con las variedades europeas contemporáneas de populismo, que han servido para exacerbar las divisiones internas dentro de los electorados, el ‘People Power Our Power’ de Uganda, puede actuar como una fuerza correctiva para la democracia popular, al construir bases de apoyo multiétnicas sólidas, incorporando en el proceso político, de manera significativa, a las poblaciones previamente marginadas (especialmente los jóvenes), y desviando los discursos políticos populares de los temas divisorios de la identidad, hacia las carencias y aspectos socioeconómicos y políticos, relacionados con aspectos pobreza y la desigualdad. Al hacerlo, mi estudio busca demostrar que el movimiento político populista de Uganda, tiene el potencial para renovar y profundizar la democracia y no para destruirla, al proporcionar a los ciudadanos nuevos y más amplios canales para participar políticamente en sus sociedades. Con este planteamiento, mi investigación espera realizar importantes contribuciones al estudio comparativo del populismo y la política democrática dentro de la disciplina de la ciencia política.
Foto
Tertulia entre profesores y alumnos: La Crisis Venezolana. ¿Qué está pasando?
Crédito: Mauricio Salinas
El pasado martes 29 de enero, varios estudiantes y profesores del Departamento de Ciencia Política se reunieron para hablar sobre la crisis que actualmente vive Venezuela, a partir de la ponencia de Víctor Mijares, profesor de dicho Departamento.
Noticias
Iván Orozco en La Silla Vacía
En la sección de La Silla Académica del portal La Silla Vacía, el profesor Iván Orozco del Departamento de Ciencia Política, fue entrevistado, a propósito de la ruptura de los diálogos de paz del gobierno de Iván Duque con la guerrilla del ELN, como reacción al atentado en la Escuela de cadetes de la Policía General Santander.
“Duque no ama la paz negociada porque no le permite sacar adelante la narrativa de victoria”, fue una de sus frases más destacadas de la entrevista, la cual sirvió de título al artículo, que se pueden consultar, en su totalidad, en el siguiente vínculo:
Crédito: Marcela Barrera, La Silla Vacía
Francisco Leal Buitrago en El Espectador
El periódico El Espectador publicó, el pasado 25 de enero, una entrevista realizada a Francisco Leal Buitrago, fundador del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes. Allí Francisco Leal recordó los primeros años del programa de pregrado, y la posterior creación de los programas de maestría y doctorado. Así mismo, el profesor Leal se refirió a su libro de memorias, “Al paso del tiempo”, lanzado recientemente.
La entrevista completa se puede encontrar en el siguiente vínculo:
https://www.elespectador.com/entretenimiento/un-chat-con/francisco-leal-el-maestro-de-la-ciencia-politica-articulo-836092
Nuevo número de Colombia Internacional
La revista Colombia Internacional publicó su más reciente número, correspondiente a los meses de enero a marzo del 2019. En esta oportunidad el tema tratado fue el de las comisiones de la verdad, en los diferentes contextos de la lucha por la memoria, en América Latina.
El número completo se puede consultar en el siguiente vínculo:
https://revistas.uniandes.edu.co/toc/colombiaint/current
Defensa de tesis doctorales
Cuatro estudiantes de doctorado defendieron satisfactoriamente su tesis de grado, el pasado mes de diciembre. A continuación encontrarán la información general sobre sus trabajos. ¡Felicitaciones a todos!
Título: Entendiendo la convergencia de políticas: La política comercial de Chile, Colombia y Perú (1995-2017)
Autor: Gabriel Jiménez Peña
Título: Evangélicos y política. Origen y Viabilidad de los Partidos Políticos en Colombia (1980-2018)
Autora: Bibiana Astrid Ortega Gómez
Título: Trayectorias de la Democracia su nacional en Colombia. Enlaces nacionales y contratistas: competencia y alternancia política en los municipios (1988-2015)
Autor: Juan Federico Pino
Título: A la sombra de la Revolución. Grupos Contrarrevolucionarios en América Latina: los casos de Colombia, Perú y El Salvador (Década de 1980)
Autor: Javier Fernando Torres Preciado
Dato de la Semana
Crédito: Observatorio de la Democracia
Estos son los principales problemas del país según los habitantes de la Colombia Rural Posconflicto
Agenda
Seminario De Política
Título: El impacto de la venta de marihuana en farmacias en la estigmatización de los usuarios, la aprobación de la ley, la percepción de inseguridad y el crimen
Autoras: Rosario Queirolo, Eliana Álvarez y Lorena Repito (Universidad Católica de Uruguay
Fecha: Miércoles 6 de febrero – 12:00 a 2:00 pm
Lugar: Sala 2 del 6to Piso, Edificio Franco (G).
Directora
Laura Wills-Otero
Editor
Carlo Nasi
Asistente
Juan Felipe Monroy Simbaqueba
Diseño Gráfico
Víctor Gómez