Editorial
Lina Chaparro
‘Guachos’ no entierran todos los días, líderes sociales sí
La noticia de que Walter Arizala alias ‘Guacho’ habría resultado gravemente herido como resultado de una operación militar del ejército colombiano, en el marco de una persecución que en los últimos tres meses han intensificado las Fuerzas Armadas ecuatorianas y colombianas, representa un hecho central en los esfuerzos nacionales en la lucha contra la criminalidad organizada. Su importancia es doble. Por un lado, significa un golpe táctico militar contra disidencias de las FARC que operan en la convulsionada región comprendida en la frontera entre Colombia y Ecuador, y el departamento de Nariño en particular. Este suceso llevará a una revisión de los eventuales remplazos de Guacho, al reacomodamiento de la estructura criminal a la que pertenecía, y a disputas por el poder con los otros grupos ilegales que se ubican en el territorio. La población civil seguramente se verá afectada por la espiral de violencia que se avecina. Como lo destaca un reciente informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), estas disidencias actúan como ‘saboteadores armados’ con capacidad para desestabilizar la seguridad en ámbitos rurales y urbanos, entorpecer la implementación del Acuerdo y robustecer el funcionamiento de economías ilícitas, por tanto, detener su avance y golpear su estructura resulta positivo, siempre que el Estado logre traducirlo en presencia y control de estos territorios.
Adicionalmente, la disidencia liderada por ‘Guacho’ tiene comprobados vínculos con carteles dedicados al narcotráfico, por lo que su disputa por el territorio obedece también a una necesidad de control de las rutas de comercialización hacia Centroamérica principalmente. Sin embargo, el éxito militar debe ser llevado a su debida proporción. Calificar, como algunos lo han hecho, el operativo como si fuera un ‘golpe a las estructuras escondidas de las FARC’, es poco riguroso, alarmista y falso. A la fecha, no contamos con información oficial unificada, verificable y contrastable sobre la magnitud de los grupos disidentes de las FARC. Las cifras no coinciden: mientras el Ministerio de Defensa reportaba cerca de 1.100 disidentes, organizaciones como la FIP hablaba de por lo menos 1.200. Estas cifras, a su vez, difieren del porcentaje aproximado de miembros del grupo armado que no se acogieron al Acuerdo de Paz firmado en Bogotá (el cual, dicho sea de paso, es muy cercano a los estimados considerados como ‘normales’ tras los procesos de desmovilización de grupos armados: un 10% del total): una cifra cercana a los 1.500 guerrilleros.
El éxito del golpe contra Guacho consiste en la posibilidad que ofrece para desarticular la estructura criminal, así como la oportunidad de que el Estado haga presencia en el territorio, atienda a las comunidades que allí se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y ponga en marcha el Plan Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos. El éxito duradero no puede ni debe seguirse midiendo en ‘bajas’.
Es también una oportunidad para la constatar la predicada ‘centralidad de las víctimas’ en el posconflicto en Colombia. Ante la noticia de los avances en la persecución a ‘Guacho,’ un sector de la opinión pública se apresuró a sugerir que algunos lo reportarían como “un líder social asesinado”. La insinuación es, como mínimo, cruel y muy grave. Decir que los líderes sociales asesinados son miembros o colaboradores de las FARC o de los grupos armados ilegales conformados por las disidencias, desconoce el contexto regional, la vulneración de los derechos humanos de las comunidades ubicadas en Tumaco, y la ocurrencia de un fenómeno sistemático de violencia armada homicida contra líderes sociales en todo el país. La insinuación, deliberadamente, los pone en un riesgo aún mayor al que ya corren.
Reconocer el lugar central de las víctimas en nuestro proceso de posconflicto pasa por ubicarlas -como se ha hecho durante la última década- en el centro del discurso. Pero debe también incluir muchas otras acciones, como garantizar sus derechos a la seguridad personal y familiar, a la protesta social y a la oposición, a la vida y a la integridad. Estas garantías deben darse en el marco de acciones coherentes del Estado encaminadas a denunciar imaginarios y afirmaciones que fungen como señalamientos sin fundamento. Los derechos humanos y los derechos de las víctimas son un compromiso de los gobiernos y sociedades democráticas, y su defensa implica la protección del más vulnerable como una cuestión ética fundamental. A las víctimas hay que garantizarles capacidad y posibilidad de referirse a sus propias necesidades a través de sus líderes. La centralidad de las víctimas exige ubicarlas en el centro del debate público, y que se les garantice usar su voz para denunciar y tomar posición.
Este es un llamado a que se respete la vida e integridad de los líderes sociales en todo el país. Que se respete su honra y su buen nombre sin sugerencias acusatorias que los ponen en riesgo. Que se reconozca que son diferentes de los criminales, que son víctimas de ellos, que ‘Guachos’ no enterramos todos los días, pero líderes sociales, sí.
Análisis de investigación
Las estructuras internas de los partidos políticos colombianos en perspectiva comparada.
Por: Laura Wills Otero
¿Cómo son las organizaciones internas de los partidos políticos? ¿Cuáles son sus fuentes de financiación? ¿Qué tantos activistas tienen y cuáles son las funciones que cumplen? Estas son algunas de las preguntas que intentamos responder en el Semillero de Partidos Políticos creado este semestre bajo mi dirección. El semillero y las preguntas se enmarcan en un proyecto más amplio, liderado por Susan Scarrow y Paul Webb, profesores del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Houston, así como por Thomas Poguntke de la Heirich-Heine-Universität de Düsseldor en Alemania. Este proyecto es un esfuerzo multinacional que tiene como objetivo nutrir una base de datos sobre partidos políticos existentes en diferentes democracias representativas. Este año se inició la segunda ronda de recolección de información, y se incluyeron 10 partidos políticos colombianos. El objetivo es lograr cubrir 260 partidos en 41 países. Una vez se complete la recolección de los datos, será interesante responder preguntas como las formuladas arriba, entre otras.
Este semestre el semillero está conformado por nueve estudiantes del pregrado de Ciencia Política, y por mí quien coordino el proyecto en Colombia. Además de asistir a reuniones quincenales en las que analizamos aspectos de las estructuras partidistas, los estudiantes han empezado a investigar sobre algunos de los partidos vigentes actualmente en el país. Para esto, han revisado leyes de partidos y movimientos políticos, así como estatutos. También han hecho visitas a las sedes de los partidos y al Congreso de la República, con el objetivo de buscar información a través de fuentes primarias. Al final del semestre, esperamos nutrir la base con datos de algunas de las variables allí especificadas. En el siguiente vínculo se puede encontrar información detallada del proyecto: Political Party Database.
La foto
Ciclo “Teorizar el presente”
Crédito: Mauricio Salinas
El pasado miércoles 19 de Septiembre el profesor Luis Javier Orjuela presentó su conferencia «¿Es el llamado “populismo” realmente un populismo?» La conferencia estuvo acompañada de los comentarios del director del Departamento de Filosofía Carlos Manrique.
Noticias
Grupo Las Troyanas en la Fiesta del Libro de Medellín
El grupo Las Troyanas, en el que participan estudiantes de Ciencia Política, Filosofía, Psicología, Antropología, Literatura y Artes estuvieron presentes en la programación de la Fiesta del Libro de Medellín. Allí, el domingo 16 de Septiembre, presentaron con aforo completo, la conferencia Troyanas: reconfiguraciones y diálogo sobre lo que se resiste a ser nombrado, y llevaron a cabo el taller Expo-taller de Las Troyanas: Construyendo memorias, deconstruyendo violencias. Allí compartieron con Ángela María Escobar de la Asociación Red de Mujeres Víctimas y Profesionales.
Crédito: Juan Felipe Monroy Simbaqueba
Visita de estudiantes de Introducción a la Ciencia Política a coordinador residente de la ONU, FARC, Congreso de la República y Consultora Dattis.
Estudiantes del curso “Introducción a la Ciencia Política” visitaron la oficina del coordinador residente de la ONU para aprender acerca de la misión y la historia de esta organización en Colombia. Otros grupos del mismo curso visitaron la sede del partido FARC, el Congreso de la República y la consultora Dattis. En la foto, los estudiantes aparecen con Alonso Tobón (egresado de la Maestría en Ciencia Política) y Mariano Aguirre, ambos altos funcionarios de la Oficina del Coordinador Residente (OCR).
Crédito: Angélika Rettberg
Dato de la Semana
Crédito: Congreso Visible
Agenda
Lanzamiento de Libro.
Título: Dignidad humana y paz duradera en el Magdalena Medio colombiano.
Autor: Gabriel Murillo Castaño.
Panel de comentaristas: Francisco de Roux, S.J., presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV);
Alejandro Angulo, S.J., exdirector del Cinep y actual coordinador del equipo de Derechos Humanos del Cinep/PPP, y
Santiago Sánchez, coordinador del proceso de gestión de conocimiento de la Red Prodepaz.
Fecha: Jueves 27 de Septiembre
Hora: 6:00 PM
Lugar: Salón SD 704
Invitan: Departamento de Ciencia Política y el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP)
Invitación a todos los amigos del Departamento a la celebración de los 50 años.
Cierre de inscripciones para aplicar a Maestría y Doctorado de Ciencia Política: Octubre 5 de 2018.
Información acá:
Maestría:
Doctorado:
Directora
Laura Wills-Otero
Editor
Carlo Nasi
Asistente
Juan Felipe Monroy Simbaqueba
Diseño Gráfico
Víctor Gómez