Editorial

Mateo Morales**

Palabras de grado

Entre gigantes…

“Somos como enanos a los hombros de gigantes. Podemos ver más, y más lejos que ellos, no por la agudeza de nuestra vista ni por la altura de nuestro cuerpo, sino porque somos levantados por su gran altura”. Bernardo de Chatres (Siglo XII)

Si alguna vez nos hemos preguntado qué estamos haciendo cuando leemos un texto, entramos a un aula de clase o recitamos una teoría, nos puede atravesar el pensamiento esta frase cargada de muchos significados, que ha sido objeto de reflexión por diversos autores situados en los más disimiles ámbitos del conocimiento. Pese a que esta sentencia puede resultar incomoda, si se toma como una reafirmación de la incesante evolución y acumulación del conocimiento, no es precisamente el mensaje que se quiere dejar. Es más bien acerca de nuestra condición limitada y minúscula a la hora de dar sentido y orden al mundo natural y social y, por ende, ser conscientes de la humildad con la que debemos afrontar esta tarea de gigantes; pero a la vez, nos invita a pensar sobre nuestro potencial de generar nuevas ideas y cambios sobre esta realidad social.

Estar entre gigantes nos puede producir desasosiego y ansiedad, al pensar que nunca estaremos a su altura y que nuestras contribuciones habrán de ser siempre menores y transitorias. No obstante lejos de ser paralizante esta condición, es necesario ver la oportunidad que nos brinda para emprender el ascenso, no hacia la erudición total, sino a entrever el brillo de una realidad que nos enceguece y abruma desde su complejidad. Estos últimos años de posgrado, pueden ser entendidos como un escalón más en este ascenso, que normalmente implica un proceso de especialización y profundización en áreas más acotadas del conocimiento que consideramos son de nuestro interés. Considero que uno de los propósitos de embarcarse en este proceso, consiste en distanciarse de las dinámicas usuales de repetición irreflexiva de argumentos para demostrar dominio, para acercarse a una compresión de las profundidades, matices y multiplicidad de visiones que se despliegan de la realidad social.

En este sentido, el abogar por una mayor especialización no debe llevarnos a un repliegue o encasillamiento, que nos conduzca a limitar de antemano con quién dialogamos, a quién escuchamos y qué nos permitimos ver, arrastrándonos hacia la indiferencia y la ceguera. Por el contrario, una profundidad analítica, crítica y teórica nos debe inducir a comenzar a plantearnos la existencia de complejas relaciones y correspondencias que pueblan la realidad social. De lo anterior se desprende que, visitar autores y teorías de distintas procedencias disciplinares, atrevernos a traspasar nuestra zona de confort y reconocer otras realidades ocultas a nuestro radar, son ejercicios necesarios para proyectar nuestra mirada, tal vez no más lejos que nuestros gigantes, pero si con un prisma diferente.

Este discurrir dentro del conocimiento puede parecer la tarea de un yo solitario, que por generación espontánea descubre verdades. Y si bien este puede ser el caso de algunos, es innegable que un parte sustancial de los aportes al conocimiento se dan en nuestra relación con el otro y el conjunto. Entonces, la invitación es a repensar quiénes son esos gigantes a los que debemos tanto, pues muchas veces solo consideramos dignos de esta etiqueta a los grandes pensadores que nos precedieron. Pues cuando ascendemos por este camino no lo hacemos en hombros de un solo o unos pocos titanes, sino por complejas escaleras humanas que están constituidas por nuestros profesores, compañeros de carrera y de estudios, amigos y distintos miembros de la comunidad académica e indudablemente nuestras familias. Estas últimas, en particular, no solo nos permiten estar aquí presentes, sino que son una fuente inagotable de experiencias humanas que, aunque a veces dejamos de lado, son esos colosos invisibles que nutren de manera insalvable nuestro trabajo.

El ascenso no solo implica estos pasos que ya hemos remarcado, sino tener presente que el privilegio que compartimos al haber concluido nuestros estudios y haber contado con tales maestros-amigos, sugiere la necesidad de desarrollar una conciencia y responsabilidad moral, frente a lo que podemos decir, proponer y construir en y sobre el mundo.

** Estudiante graduado de maestría en Ciencia Política.