Sin duda al hablar de diversidad en la ciencia es necesario hablar de diversidad de género. Históricamente, la ciencia y la academia fueron espacios exclusivamente masculinos con acceso restringido a las mujeres. Si bien desde hace ya varias décadas la ciencia y la academia han abierto sus puertas, seguimos encontrando brechas de género en varias disciplinas, sobre todo en aquellas con un fuerte componente matemático, así como en los cargos más altos y de mayor prestigio en la academia. Adicionalmente las mujeres en la ciencia y en la academia continúan reportando la existencia de barreras en, por ejemplo, la evaluación de proyectos de investigación, contrataciones y publicación, así como en las expectativas ligadas a los roles de género tradicionales, por ejemplo, con relación a la maternidad y el trabajo, que les impiden participar en igualdad de condiciones en la producción de conocimiento.